La segunda entrega de sus diarios retrata a la intelectual y a la escritora
y supone, además, un mosaico de su vida íntima, sus sueños y sus ideas más
combativas
Susan Sontag, escritora y
periodista, fotografiada en el Hotel Clarís de Barcelona en 2003. /VICENS GIMÉNEZ (EL PAÍS)
...y esa niña huérfana de amor que desde pequeña
hizo las veces de madre de su mamá y de su hermana, un día descubrió lo que
quería ser y cómo conseguirlo: “Aspirar a ser muy buena (si soy extremadamente
buena, me amarán)”... Así, la niña desamparada se convirtió en Susan Sontag
(Nueva York, 1933-2004), una de las intelectuales más destacadas
de la segunda mitad del siglo XX: brillante, combativa,
militante de la igualdad entre hombres y mujeres, simpatizante del comunismo,
crítica con la política y la sociedad de su país, gran ensayista del arte,
enseñante de cómo entender los derroteros culturales del momento, escritora
respetada...
Oropeles que solo eran el medio para otro fin.
Pero oropeles que la convirtieron
en una persona muy admirada por unos, sí, pero también desdeñada
por otros. ¿Y alcanzó el fin?
Es uno de los secretos desvelados en La
conciencia uncida a la carne. Diarios de madurez, 1964-1980 (Random
House) y editado por su hijo David Rieff. Se trata del segundo de los tres
tomos que conformarán, según escribe Rieff en el prólogo, “no solo la
autobiografía que Susan Sontag nunca alcanzó a escribir, sino la gran novela
autobiográfica que nunca le interesó escribir". Un retrato de una persona
deseosa de aprender y comprender en una época de grandes cambios como fueron
los años 60 y 70 mientras se busca a sí misma.
Si el primer volumen, Renacida.Diarios
tempranos 1947-1963, apareció en 2010 rodeado de cierta
polémica acerca de si era lícito o no publicar los diarios de una persona sin
su autorización expresa —y eran jirones de su infancia y de su vida hasta que
cumple 30 años y ya asoma lo que habrá de ser el personaje— esta nueva entrega
es un mosaico íntimo, personal, social, intelectual, sentimental, político y
literario de lo que será Susan Sontag
para la Historia. Son los años del florecimiento y esplendor de una
persona que se casó a los 17 años con su profesor, el sociólogo Philip Rieff,
con quien tuvo su único hijo, que publicó su primera novela en 1963 y que amó a
las mujeres, en medio de la sensación de orfandad de cariño.
Porque esa mujer conocida por casi todos tenía un
secreto, vivo como una gota malaya, y cuyo sonido siempre la acompañó. Pero es
precisamente ese deseo de suplir ese eco de abandono y falta de cariño el que
impulsa y delinea su destino. Su vida se convierte en una huida que es una
búsqueda, la de encontrar amor, afecto... y es en aquellos años infantiles de
desconsuelo ejerciendo de madre de su madre cuando descubre que la clave está
en su capacidad de adquirir cultura y conocimiento. Sabe que podría haber
canalizado ese impulso en ser delincuente, por ejemplo, pero en cambio,
desvela: “Me dije, voy a ser extremadamente buena —y mereceré (atraeré) el
amor— y procuraré la responsabilidad, la autoridad, el dominio, la fama, el
poder”. Una realidad, pero una realidad a medias, porque como escribe su hijo,
el corazón de Susan Sontag “se rompió a menudo, y buena parte de este tomo es
la elaboración de la pérdida amorosa. En cierto sentido ello implica que se
tenga una impresión falsa de su vida, pues propendía a escribir más en sus
diarios cuando era infeliz, mucho más cuando lo era amargamente, y menos cuando
se encontraba bien”.
¿Y sus ideas, como por ejemplo el apoyo al
comunismo? “Nunca se retractó de su oposición a la guerra. Pero sí llegó a
arrepentirse y, a diferencia de muchos de sus pares, a retractarse públicamente
de su fe en las posibilidades de emancipación del comunismo, no solo en sus
encarnaciones soviética, china o cubana, sino en cuanto sistema”.
Me dije, voy
a ser extremadamente buena —y mereceré (atraeré) el amor— y procuraré la
responsabilidad, la autoridad, el dominio, la fama, el poder
Pero es el amor el ánima de su vida. Y ya con 33
años Susan Sontag descubrió que esa estrategia de dar conocimiento a cambio de
este era una trampa, otro desamparo sin fin: “Mi hábito de intercambiar informacióna
cambio de calor humano. Como poner un chelín en un contacto; dura cinco
minutos, después hay que poner otro chelín”.
Ahora, unos cuantos chelines que crean un
recorrido, en forma de abecedario, por algunos de los contenidos de Susan
Sontag en La conciencia uncida a la carne:
ABANDONO: Quiero ‘prometerme’. Una razón es la ansiedad
(quiero encontrar un puerto seguro, librarme del debilitante temor del
abandono).
AMOR: El amor es volar planeando, flotar. Pensar
es volar en solitario, batiendo las alas.
ARTE: Ya no debemos esperar que el arte entretenga
o divierta. Al menos no el gran arte.
-El arte es la condición fundamental de todo.
AUSENCIA: Mi universo, entonces, en contraste radical
con el de Eva, está poco poblado. No vivo el mundo como una invasión, una
amenaza, una agresión. La ansiedad primordial es la ausencia, la indiferencia,
el ‘paisaje lunar’.
COMUNISMO: Un gran tema el desamor de Occidente con el
comunismo. El final de doscientos años de pasión.
CONOCIMIENTO: Cuando entiendo algo plenamente, se muere.
De ahí que me atraiga el ‘exilio’. Estar cómoda es saber lo que es posible a
cada paso. Los acontecimientos están afianzados, tienen la protección de lo
posible. Al girar la esquina nada sorprende.
CRÍTICOS: Los dos críticos mayores y más influyentes
-Valéry; y después Blanchot.
CUALIDADES: Las cualidades que me atraen (alguien a
quien amo debe tener al menos dos o tres): 1- Inteligencia. 2-Belleza;
elegancia. 3- Douceur (delicadeza, dulzura). 4- Glamour; celebridad. 5- Fuerza.
6- Vitalidad; entusiasmo sexual; alegría; encanto. 7- Expresividad emocional,
ternura (verbal, física), afecto.
CORAJE: Es una palabra que solo se puede emplear en
tercera persona. El miedo, par contre, es un adjetivo de primera persona.
DAVID (su hijo): Estoy demasiado ‘cerca’ de David
en el sentido de que me identifico con él. Cuando paso mucho tiempo con él
pierdo la noción de mi edad; acepto los límites de su mundo.
-apacigua mis fantasías de ser un chico. Me
identifico con David, es el niño que habría querido ser –no necesito ser un
chico porque él existe.
DESAMOR: Nunca voy a sobreponerme meramente a este
dolor. Estoy helada, paralizada, con los engranajes atascados. Solo se
aliviará, disminuirá si de alguna manera puedo trasponer la emoción – como del
dolor a la ira, de la desesperación a la conformidad. Tengo que activarme.
Mientras me siga sintiendo como paciente este dolor insoportable no me
abandonará-.
ESCRIBIR: Vivo la escritura como algo que se me da –a
veces, casi, como un dictado. Dejo que sobrevenga, trato de no interferir con
ella. La respeto, porque soy yo y sin embargo es más que yo. Es personal y
transpersonal, ambas.
-Creo que estoy preparada para escribir. Pensar
con palabras, no con ideas
ESTADOS UNIDOS: La base calvinista de la ideología
estadounidense: la naturaleza humana es en lo fundamental oscura, malévola,
pecaminosa, egoísta y solo responde a motivos egoístas o materiales o
competitivos.
ESTILO: La manera en que las cosas se nos presentan
diseñadas para el placer.
LEALTAD: Mi lealtad al pasado –mi rasgo más
peligroso, el que más me ha costado.
EXISTIR: Nada existe a menos que yo lo mantenga (por
mi interés, o mi potencial interés). Esta es una ansiedad fundamental, sobre
todo subliminal. Por lo tanto debo permanecer siempre, tanto en principio + de
manera activa, interesada por todo. Adoptando como mi coto todo el
conocimiento.
FAMA: Ser famosa a fin de tener acceso a la gente,
de no estar sola.
GUERRA VIETMAN: Vietnam es la primera guerra televisada. Un
happening continuo. Estás allí. Los estadounidenses no pueden decir, como
pudieron los alemanes –pero es que no nos enteramos.
HONOR: Honor. Honor. Honor. Dar lo mejor de sí
misma siempre.
INDIFERENCIA: Mi experiencia más profunda es la
indiferencia, más que la censura.
INTELIGENCIA: La inteligencia no es necesariamente algo bueno,
algo que se haya de valorar o cultivar. Es más como una rueda de recambio
–necesaria o deseable cuando las cosas se averían. Cuando todo va bien, es
mejor ser estúpido… La estupidez tiene tanto valor como la inteligencia.
KENNEDY: Un asesinato: como una bombilla (foto
panorámica) que destella en un boscaje sombrío, iluminando toda la vida oscura
y asustada de los bosques. (Dallas-nov.1963)
LEALTAD: Mi lealtad al pasado –mi rasgo más peligroso,
el que más me ha costado.
LIBERACIÓN FEMENINA: La liberación de la mujer
debe ser la abolición de las convenciones sexuales específicas en todas las
actividades –salvo la procreación y, quizá, algunos trabajos que requieren
mucha fuerza física.
LITERATURA: El futuro de la ficción (la prosa narrativa)
está cada vez más + más en decirlo todo (¿la supresión de lo anecdótico, lo
particular?).
MADRE: M. no respondía cuando yo era niña. El peor
castigo –y la mayor frustración. Siempre estaba ‘distante’- aunque no estuviera
enfadada. (La bebida era síntoma de ello). Pero yo seguía intentándolo
- Mi ansiedad aguda + temor por su envejecimiento,
por parecer vieja –en algún momento hasta deseé morir primero porque no sería
capaz de soportar ver aquello- habría sido algo obsceno.
MORBOSIDAD: La estetización de la muerte. Véase el
osario de las catacumbas de París. La muerte se arregla para el espectador.
NOVELA: La novela como libertad: las únicas reglas
que puede romper son las internas –las que ella misma dicta.
PAISAJES. Mis dos paisajes modélicos: el desierto
(seco, duro, vacío, caliente) y el trópico (húmedo, pleno, incluso repleto,
caliente)
PERSONAS: Joe dice que hay dos clases de personas –las
que están interesadas en la propia transformación y las que no lo están. Ambas
requieren la misma cantidad de energía. Estoy de acuerdo con lo primero –y solo
estoy interesada en las personas dedicadas a un proyecto de transformación
propia. Pero con lo segundo: me gustaría poder creer algo tan optimista. Me
parece que se requiere mucha más energía para cambiar.
POP: El arte pop es el arte de los Beatles.
RELIGIÓN: En Estados Unidos, la religión equivale al
comportamiento. Se deja de ir a la iglesia o a la sinagoga por las
prohibiciones o el excesivo peso del ritual, no (como en Europa) por una crisis
de fe o de creencias.
RENUNCIA: Renuncié en primer lugar a mi sexualidad.
Renuncié a mi capacidad de comprenderme a mí misma como una persona ‘común’;
renuncié a la mayor parte de las vías normales de acceso a mí, a mis sentimientos.
Renuncié a la confianza en mí misma en las relaciones personales. (…) Renuncié
a tratar de ser atractiva.
SOLEDAD: Debo aprender a estar sola –y lo que he
descubierto es que con David no es estar sola (a pesar de mi profunda soledad).
Es todo un universo propio, al que me adapto. Con David soy una persona
diferente a cuando estoy sola.
-La soledad es interminable. Todo un mundo nuevo.
El desierto.
SUEÑOS: Todos los sueños son modelo del propio
análisis. Los sueños burdos son las declaraciones ingenuas o análisis del
‘problema’ propio. El sueño útil es el más complejo, la declaración o
dramatización menos reductiva. La parte importante del sueño es la declaración
analítica, no la resolución narrativa.
TELEVISIÓN: Es el factor más insensiblizador de la
sensibilidad moderna. (La TV altera todo el ritmo de la vida, las relaciones
personales, el tejido social, la ética- todo ello apenas comienza a ser
evidente. Nos obliga a pensar: ¿Qué es una imagen?)
URSS: La URSS no es el caso de una revolución que
fracasó, sino el de una revolución totalitaria que triunfó.
* Susan Sontag: La concienca uncida a la
carne. Diarios de madurez, 1964-1980. Editado por DAvid Rieff. Traducción
de Aurelio Major. Literatura Random House. 516 páginas
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/14/actualidad/1389727526_034092.html
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