Orquesta de Cadaqués. Simon Trpceski, piano. Gianandrea Noseda, director.
Solista de piano: Simon Trpceski. Obras de Robert
Schumann (1810-1856) y C.Saint-Saëns
(1835-1921). Auditorio Nacional de Música de Madrid. Martes 29 de marzo de
2016.
PROGRAMA
…ROBERT SCHUMANN Sinfonía núm. 1, Si bemol Mayor, Op. 38, “Primavera”.
…ROBERT SCHUMANN Sinfonía núm. 1, Si bemol Mayor, Op. 38, “Primavera”.
Andante un poco
maestoso- Allegro molto vivace.
Larghetto
Scherzo (Molto
vivace)- Trío I -Trío II
Allegro animato
e grazioso
…C. SAINT-SAËNS,
Concierto para piano núm. 2 en Sol
menor, op. 22
Andante
sostenuto
Allegro
scherzando
Presto
…ROBERT SCHUMANN
Sinfonía núm. 4 en Re menor, op. 120
Ziemlich langsam- Lebhaft
Romanze (Ziemlich langsam)
Scherzo (Lebhaft)
Langsam- Lebhaft
Concierto
organizado por Ibermúsica, una de las muchas asociaciones que compiten por
atraer la atención del público melómano de siempre y especializado. La sala a
medio completar lamentablemente, porque la velada prometía (buenos músicos,
atrayente repertorio reconocible y disfrutable), debido con seguridad a unos
precios excesivos: las butacas de patio y primeras filas del primer piso a 200
euros y la más económica a 45 euros.
No son ofertas
ni para estudiantes de conservatorio ni para más modestos amantes de la música,
por lo que la propuesta parece encandilar a los abonados con posibles o las
élites de siempre, que redondean su agenda dejándose mecer por una música
fantásticamente interpretada. Tampoco parecía que hubiera muchos críticos al
uso en la sala, por lo que la difusión de esta programación podría carecer del
eco adecuado, a pesar de su trayectoria en el foro.
El éxito sin
embargo, clarísimo, fue mérito de una orquesta flexible, plástica, que trabaja
con disciplina con su director titular, Gianandrea Noseda, nacido en Milán, uno
de los más prestigiosos músicos de su generación. Líder también de la formación
del Teatro Reggio di Torino desde 2007, ha posibilitado que este coliseo se
transforme sin cesar, en un escaparate abierto al mundo.
Además fue
nombrado en enero de este año, octavo responsable titular de la National
Symphony Orchestra de Washington DC a partir de la temporada 2017-2018 y
frecuentado una relación con la London Symphony (LSO), realizando muchas
actuaciones en el Barbican Center con giras, y una residencia en
Aix-en-Provence.
Noseda tiene
guante de seda y espíritu de encantador de instrumentistas, con su fuego
interior que agita la orquesta hasta llevarla a altísimos vuelos de calidez e
intensidad. Despliega un trabajo físico e intelectual poco comunes con una figura
que amplifica constantemente una batuta de por sí expansiva y generosa. Tiene
talento, sensibilidad y conoce a la perfección el repertorio que ofrece en el
concierto. Jamás será un director de oficio, un funcionario de la estética,
porque en él se trasluce el alma y la pasión del trabajo bien hecho. A cada
momento parece musitar un mágico “Abrete Sésamo” a la orquesta.
La Orquesta de
Cadaqués nace en 1988 con un conjunto de músicos españoles y de otros países
europeos con unos planteamientos precisos: trabajar de primera mano con autores
contemporáneos vivos y a la vez, insistir en el legado de la música española,
ofreciendo una plataforma a la carrera de compositores, solistas y directores
emergentes. La formación realizó giras por doce países asiáticos, Estados
unidos, Hispanoamérica, Francia, Portugal y desde 2011 lleva a cabo una presentación
anual por Alemania.
Las dos
sinfonías de Schumann no pueden más que diversificar su capacidad para jugar
con los timbres, los colores, los volúmenes sonoros, la percusión de una
orquesta que da lo mejor de sí misma. El programa de mano tiene tal vez
demasiada publicidad y es mejorable.
El Concierto
para piano de Saint-Saëns, una elección deliciosa, fue defendido por Simon
Trpceski, nacido en Macedonia en 1979, fogueado con directores como Pappano, Ticciati, Tortelier, Zinman, y el
propio Noseda, entre otros muchos, recabando la fidelidad y la admiración de
los públicos para los que ha interpretado.
Porque efectivamente,
el solista no solo discurre por la partitura sino que la desmenuza técnicamente
con una capacidad emocional que coloca a la altura de la creación del
compositor francés, al público que viene para completarlo. Una obra escrita en
1868, dedicada a Madame A. de Villers, née de Haber, que se estrenó en la Sala
Pleyel de París con el compositor al piano y Antón Rubinstein en la dirección
orquestal, aunque luego alternaran los roles respectivos.
El concierto no
está concebido como indica la tradición en la elección de los movimientos. El
primero comienza con una intervención del instrumento solista con aromas
barrocos, hasta llegar a un clímax final. El Allegro scherzando, como indica su
nombre, permite al intérprete jugar con el teclado, la afectividad de una
música enérgica pero soñadora a la vez.
Conocidos e
intérpretes habituales, Noseda y Simón Trpceski se complementan a la
perfección. El pianista tiene un apasionamiento que, según algunos melómanos
que lo conocen bien comentaban, se ha disparado en los últimos años de su
carrera, en origen más austera y contenida en lo interpretativo.
Hubo un bis del
pianista también muy curioso: un dúo con un chelo avezado de la orquesta,
anunciado en un español comprensible y socarrón por Trpcski, nada habitual en
este tipo de propina: un pasaje de El lago de los cisnes de Tchaikovski.
La serata
concluyó con muchísimos aplausos, merecidos y ganados con un esfuerzo físico
grandioso por parte de Noseda, que, ya más relajado, saludaba a los visitantes
en su camerino, bañado en sudor y arropado por la cordialidad intensa de su
esposa Lucía. El Auditorio, peccato, tendría que haber estado completo.
Alicia Perris
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