P. UNAMUNO
Simón Tapia Colman, uno de
los rescatados en 'Spanish cello sonatas' EL MUNDO
Un disco rescata obras de
cinco compositores españoles muertos en el exilio
En noviembre de 1930, el
compositor Gustavo Pittaluga leía en la Residencia de Estudiantes el Manifiesto
de los Ocho, génesis de lo que se daría en llamar la Generación del 27 y de su
equivalente musical, la Generación de la República, cuyo legado quedó prácticamente
arrasado con la Guerra Civil y su posterior dispersión y olvido.Parte de esa
música la han recuperado recientemente iniciativas muy loables de Paula Ríos,
que ha salido al rescate de 'Rosita' García Ascot, o Jorge Robaina, que ha
hecho lo propio con Julián Bautista, Juan José Mantecón y el propio Pittaluga.
Ahora, Iagoba Fanlo (chelo) y Pablo Amorós (piano) han llevado a cabo un arduo
trabajo de investigación que ha conducido a la publicación de varias obras para
esos instrumentos de aquella generación perdida de compositores españoles y
que, en algunos casos, no se habían grabado nunca.
Spanish cello sonatas,
editado por IBS Classical, reúne piezas de cinco creadores que se vieron
forzados a vivir y morir en el exilio. Rodolfo Halffter, María Teresa Prieto y
Simón Tapia Colman recalaron en México, éste último después de pasar varios
meses en dos campos de refugiados franceses; Salvador Bacarisse, a quien la
salida de España le dictó un estilo neorromántico y conservador, dio con sus
huesos en París, y Robert Gerhard se instaló en Cambridge después de una
carrera brillante que lo llevó a estudiar con los mejores pedagogos musicales
de su tiempo: Felipe Pedrell y Enrique Granados en Barcelona y Arnold
Schoenberg en Viena y Berlín.El disco reúne la Sonata de Halffter, saludada en
su estreno como una obra maestra en la que "no hay un instante que no esté
repleto de música", y de su pupila la asturiana María Teresa Prieto
-hermana del músico y mecenas Carlos Prieto-, el Adagio y fuga, que escribió
bajo influjo artístico de Darius Milhaud, quien la había invitado a estudiar
con él en Oakland (California), y que dedicó a su sobrino, el violonchelista
mexicano llamado también Carlos Prieto.Junto a estas dos obras encontramos la
Sonata de Tapia Colman, composición a caballo entre el folclorismo de sus
trabajos primeros y "la inminencia de un lenguaje ya alejado de la
tonalidad", según escribe Justo Romero en el folleto que acompaña al CD,
así como la 'Introducción y variaciones' de Bacarisse, compuesta originalmente
para violín y piano por quien se instalaría en París hasta su muerte, dedicando
sus días, para ganarse el sustento, a los programas en español de la radio
pública francesa.Rodolfo Halffter, integrante del Grupo de los Ocho germinal de
este movimiento, consideraba a Tapia Colman uno de los músicos aventajados de
su tiempo. "Es un compositor nato -decía de él-. Lo prueba la fluidez
natural y espontánea de su invención melódica, así como la textura limpia y
transparente". En México, el autor aragonés deriva, por su estrecho
contacto con Halffter y otros avanzados músicos españoles y locales, hacia el
universo atonal abandonando una inicial senda nacionalista.El álbum se completa
con la Sonata para viola del también muy dotado Gerhard, miembro de un colectivo
surgido en Cataluña al mismo tiempo y con parecido ideario que el grupo de
Madrid, si bien más receptivo a la música francesa que a la germánica. Gerhard
dedicó a Charles Chaplin y a su esposa, Oona, esta creación adscrita a su obra
tonal (compuso también abundantes piezas dodecafónicas) en la que recurre a un
lenguaje relativamente convencional y ajustado a la forma de la sonata
clásica.De las pesquisas para rescatar esta música habla en estos términos el
violonchelista Iagoba Fanlo: "La partitura de María Teresa Prieto, una
compositora de un enorme talento, con una personalidad muy especial y que es un
auténtico descubrimiento, la encontré en un anticuario de California y fue una
sorpresa y una alegría enormes. Conseguí la Sonata de Tapia Colman a través de
su sobrina, que la tenía en su casa entre otros papeles de su tío. En otros
casos ha sido un trabajo de investigación en archivos, como el de la Fundación
Juan March".El disco da cuenta de una generación de músicos que
reivindicaba la herencia de Manuel de Falla al tiempo que acogía con entusiasmo
las nuevas corrientes vanguardistas procedentes de Europa, "sin renunciar
a un nacionalismo de nuevo cuño que recuperaba la mirada al pasado remoto de
compositores como Cabanilles, Victoria, Sanz, Scarlatti o Soler", indica
Romero.
http://www.elmundo.es/cultura/musica/2017/07/04/595aa27946163f455b8b4649.html
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