La exposición
Madrid-Barcelona, con la que La Fiambrera Art Gallery da la bienvenida al
verano, utiliza esta eterna dualidad para disipar una rivalidad ficticia, pues
como demuestran los ilustradores Sonia Pulido y Roberto Maján en su
interpretación de ambas urbes, ambas sufren, viven, disfrutan, sangran y
respiran por los mismos sitios. Los autores realizan esta revisión a través de
los edificios y vistas más emblemáticas, los tópicos más manidos, las
costumbres, el paisaje, y el paisanaje, para revelarnos así lo más bello de
ellas, así como sus sombras y sus horrores. La exposición se compone de más de
cuarenta obras realizadas para la ocasión por ambos artistas, en las que se
combina la acuarela y el dibujo con la serigrafía y técnicas mixtas.
Sonia y Roberto, artistas
de La Fiambrera Art Gallery, celebran juntos su segunda exposición en la
galería. Ambos cuentan con varios premios en su haber y amplias trayectorias en
el mundo de la ilustración editorial y en el mundo de la comunicación,
colaborando habitualmente con El País, entre otros grandes medios. Los dos son
figuras muy relevantes del dibujo y la ilustración en España, con mundos muy
personales en los que han desarrollado un lenguaje y una estética propios que
resultan inconfundibles. En la muestra, este madrileño de adopción y esta
barcelonesa de nacimiento, despliegan todo su talento artístico retratando sus
ciudades con los recursos que mejor manejan, el pincel y el humor. En el caso
de Sonia, sus visiones se plasman en obras que nos recuerdan estéticamente a
los carteles panfletarios americanos de la Guerra Fría o a las películas de
Ciencia Ficción de los años 50 y 60; por el lado de Roberto se nos propone un
ejercicio humorístico también, pero con un claro guiño estético a las
vanguardias artísticas de comienzos del siglo XX, encontrando obras que nos
recuerdan a los clásicos maestros de las vanguardias como Picasso, Braque o
Fernand Lèger.
Sonia Pulido utiliza la
exposición para plasmar su desacuerdo con el rumbo que ha tomado Barcelona en
los últimos años para ser “Barcelona, la mejor tienda del mundo”, slogan
utilizado por el Ayuntamiento de la ciudad contra el que la artista muestra su
enfado. Sonia protesta contra la mundialización y la gentrificación que
transforman su ciudad hasta el punto de hacerla extraña. Así, a modo de
“ultra-cuerpos” Sonia nos enseña sombreros mejicanos invasores, turistas
gigantes que pisotean la ciudad, u ojos enormes que observan fríamente y que
hacen que los propios barceloneses se sientan ajenos y extraños en una ciudad
que ya no reconocen, sin poder de todas formas renunciar a su belleza, a sus
raíces, y a todos los símbolos que antes de ser un reclamo turístico, forman
parte de su patrimonio personal…..
https://www.lafiambrera.net/portfolio/madrid-%C2%B7-barcelona/
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