RAÚL DEL POZO
Ilustración: ULISES
Mayo del 68: una revolución
fallida que cambió la vida de generaciones
La chispa saltó en
Nanterre, la llama iluminó la Rive Gauche. Sade, Mao, Rimbaud, Picasso,
Althusser, Lacan, Breton, El Che, Ho Chi Minh, Luther King y, sobre todo,
Sartre, con megáfonos en mano, llamaron al amor y a la revolución como un
encuentro de libertades.Lo decían los afiches: "Cuanto más hago el amor,
más hago la revolución", "Las jóvenes rojas, cada vez más
hermosas". En mayo de 1968 hubo ocupaciones de fábricas: nueve millones de
trabajadores llegaron a estar en huelga, los estudiantes se hicieron con el
Barrio Latino. Al final, no tomaron la Bastilla ni el Elíseo, pero lograron que
descapullara la humanidad y que los jóvenes fueran alternativa de poder. A
partir del Mayo del 68 -"gocen sin límites", "desabrocha el
cerebro y la bragueta"-, estallaron las libertades en todo el mundo. La
revolución no llegó porque aquel happening de maoísmo-trosko-anarco era en
realidad una revuelta, no sólo contra De Gaulle, héroe de Francia, y su
banquero, sino contra la URSS y aquellos viejos del socialismo real que se
comían la boca. Cohn-Bendit reconoció que, si les hubiera apoyado el PC, el
régimen habría durado 15 días.
Los comunistas estuvieron en contra; por eso,
cuando los estudiantes intentaron tomar las fábricas, los obreros se
preguntaban: '¿Qué quieren estos nenes de papá?'. Georges Marchais, en el
diario L'Humanité, acusó al anarquista alemán Cohn-Bendit de ser un provocador
y, a continuación, hubo miles de detenidos. Gabriel Albiac escribe en Mayo del
68. Fin de fiesta: "El 68 fue eso: preludio de una revolución que no tuvo
lugar. Y que se abrió al vasto desierto de las esperanzas traicionadas, de los
anhelos marchitos".
El ideólogo de mayo no fue ni Mao ni Marcuse, a quien
no hay dios que lo entienda, sino Sartre, el existencialista marxista, "el
vampiro fáustico que intenta sorber sangre joven como un abuelo que pidiera
perdón por haber sido padre" (Manuel Vázquez Montalbán). Estaba fascinado
por la juventud rebelde guevarista y por los pirómanos de la Revolución
Cultural.
Eran los tiempos de "la juventud al poder", como si la
juventud fuera una clase, una vanguardia, una multitud humillada, cuando son
los que tienen el poder máximo, que es la belleza. El mito de "la juventud
al poder" continúa. No importa que los jóvenes confundan el capitalismo
con las personas mayores. Han vuelto a ser la edad de la venganza. Ya Ortega lo
profetizó cuando dijo: "Ha llegado a hacerse de la juventud un
chantaje". Los jóvenes sin casa, sin un duro y sin futuro son la
vanguardia cuando el Barrio Latino está en las redes sociales.
http://www.elmundo.es/opinion/2018/05/24/5b05a19f22601d06788b4606.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario