"No soy más que la
emanación del gusto del pueblo francés por lo novelesco”, dice el presidente
francés en una entrevista con la histórica revista literaria ‘Nouvelle Revue
française’
MARC BASSETS
El presidente Emmanuel
Macron esta semana en Sidney (Australia) PETER PARKS POOL EFE
Es uno de los templos de la
alta cultura francesa. La Nouvelle Revue française, conocida por las siglas NRF
y fundada en 1909 por André Gide y otros escritores, ha publicado a lo largo de
más de un siglo a los nombres más ilustres de las letras modernas. Proust,
Sartre y Faulkner, entre otros, firmaron en sus páginas.
Ahora es el turno del más
letraherido de los presidentes franceses recientes, el hombre que guarda en el
cajón una novela y que siempre quiso ser un escritor. No firma ningún artículo,
sino que le entrevistan. El director de la NRF, Michel Crépu, y el abogado y
escritor Alexandre Duval-Stalla conversan en el último número de la revista a
Emmanuel Macron. El presidente despliega su sensibilidad literaria y su talento
retórico, sin eludir el riesgo de la grandilocuencia y la afectación.
“La pregunta, para mí, es:
¿hay todavía en la política algo novelesco?”, dice Macron. Para él el
interrogante no es fútil: va al corazón de lo que, en su opinión, constituye lo
que él define como su doble trabajo, que consiste en “representar a la vez el
poder y la nación”. No hay política verdadera, política que sea algo más que un
ejercicio tecnocrático y superficial, sin literatura, sin novela, sin épica y
lírica, viene a decir el presidente.
“Los franceses”, argumenta,
“son infelices cuando la política se reduce a una técnica, cuando se convierte
en politiquería. Les gusta que haya una historia. ¡Yo soy la prueba viviente!”
Y es verdad que, cuando Macron lanzó la campaña que le llevaría la victoria en
las elecciones presidenciales de 2017, su historia personal formaba parte del
atractivo del candidato. Él mismo era el mensaje. Un hombre que a los 16 años
se enamoró de su profesora de teatro y contra las convenciones sociales acabó
casándose con ella; un joven de provincias que, como en las novelas del XIX,
conquistó París gracias a su inteligencia y encanto; un hombre que sin partido
ni experiencia electoral desafió también las convenciones políticas y a los 39
años se convirtió en presidente.
“En realidad, yo no soy más
que la emanación del gusto del pueblo francés por lo novelesco”, resume en la
NRF. Y se lanza en una defensa del lugar central de la literatura en la
política, y en la vida. “Aquellos para quienes la literatura no cuenta no toman
la medida de la espesura de lo cotidiano. La literatura lo permite”, explica.
“No sentir esto significa caer en una relación instrumental con la política. La
frecuentación íntima de la literatura permite sentir las cosas en su
profundidad”. El presidente añade que es consciente del espacio que hoy, en
tiempos de política del big data, ocupa la sociología, punto de encuentro,
dice, de la filosofía y la ciencia política. Pero añade: “Considero que el gran
escritor sigue y seguirá siendo un sociólogo fuera de serie”.
El presidente francés cita
a autores clave en su formación, escritores que le “transmitieron algunas cosas
antes de conocerlas”. “Conocí el olor de las flores en Colette y Giono antes de
respirarlas yo mismo…” Preguntado por sus autores predilectos ahora, cita dos
clásicos, uno antiguo, otro contemporáneo: Molière y García Márquez.
La literatura, según
Macron, permite salir de la insignificancia que es el signo de la “posmodernidad
mal digerida” en la que en su opinión vivimos. “Paradójicamente lo que me hace
ser optimista es que la historia que vivimos en Europa vuelve a ser trágica.
Europa no volverá a estar protegida como lo estuvo desde el final de la Segunda
Guerra Mundial. Este viejo continente de pequeño-burgueses que se sienten
protegidos en el confort material entra en una nueva aventura a la que se ha
autoinvitado lo trágico”, reflexiona. “Y en esta aventura, podemos retomar un
aliento más profundo, en el que la literatura no puede estar ausente”.
https://elpais.com/cultura/2018/05/03/actualidad/1525366111_204334.html
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