La exposición recrea el
lento y espinoso camino que las artistas valencianas tuvieron que recorrer para
conquistar su visibilidad y profesionalización desde el final de la dictadura
de Primo de Rivera y la Segunda República –momento de verdadera emergencia de
las mujeres en la vida pública–, pasando por el franquismo –periodo en el que
este proceso sufrió un parón– hasta la década de los años ochenta –cuando su
integración y posicionamiento experimentó una fuerte consolidación.
Dos artistas marcan el
inicio y el fin de este trayecto. Por una parte, Manuela Ballester publica en
1929 una portada en Blanco y Negro que puede entenderse como un símbolo de
rebeldía contra el academicismo reinante en Valencia; disputa que continuará de
forma contundente durante la República en unos trabajos escasamente vistos. Por
otra, Carmen Calvo expone en 1980 en el Guggenheim de Nueva York en la muestra
New Images from Spain en un momento de transición que, institucional y
políticamente, rompía con el conservadurismo patriarcal.
En este paréntesis
cronológico se aprecia el compromiso político y social de las artistas
representadas en A contratiempo que, de manera más o menos explícita, supuso
una doble militancia: la que atañía a la situación política que les tocó vivir
y la que correspondía al hecho de ser mujeres en una sociedad que las
discriminaba y trataba como ciudadanas de segunda clase. La muestra reúne obras
de artistas como Amparo Segarra, Jacinta Gil, Juana Francés, Ana Peters, Monika
Buch, Isabel Oliver, Ángela García Codoñer, Cristina Grau, Victoria Civera,
Soledad Sevilla o Cecilia Bartolomé.
https://www.ivam.es/es/exposiciones/a-contratiempo-medio-siglo-de-artistas-valencianas-1929-1979/
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