El museo más grande de Nueva York ocupará desde marzo el edificio diseñado por Marcel Breuer, antigua sede del Whitney Museum
IRENE CRESPO
El edificio
del Met Breuer, anterior sede del Whitney Museum. Ed Lederman
Nueve minutos y nueve segundos es el tiempo que
“la mayoría de la gente” tardará en llegar de la sede principal del Metropolitan en
el número 1.000 de la Quinta Avenida de Nueva York a su nuevo espacio en
Madison Avenue, The Met Breuer. El icónico edificio de hormigón diseñado por
Marcel Breuer, ocupado por el Whitney hasta hace dos años, cambia de nombre, de
inquilino y reabrirá al público el próximo 18 de marzo. “Estará dedicado a
presentar el arte del siglo XX y contemporáneo en el rico contexto de nuestra
colección histórica y global”, anunció el martes en su restaurado espacio,
Thomas P. Campbell, director del Metropolitan.
El proyecto del traslado a la
fortaleza de Breuer comenzó hace ocho años cuando el Whitney inició su mudanza
hacia el Sur de la ciudad al edificio diseñado por Renzo Piano. La apertura de
The Met Breuer llega para llenar ese vacío que dejó el Whitney en la parte alta
de la isla y suma una nueva dimensión imprescindible en el tejido artístico
contemporáneo expuesto en Nueva York.
Como todos los museos de arte contemporáneo, el
Met Breuer abarcará los 116 años que van de 1900 hasta hoy, pero en sus tres
plantas de exposiciones se podrá ver mucho más. “Nuestra aproximación al arte
moderno es diferente porque estamos en una posición única”, explicó Sheena
Wagstaff, directora del departamento contemporáneo del Met. Gracias a los
fondos del museo madre y a que en él se abarca toda la historia del arte
universal, en esta nueva sede abrirán “un nuevo punto de entrada al arte
contemporáneo”. “Podemos ir más allá de estas convenciones tradicionales;
podemos contar historias que van más allá de 1900, y que se extienden por
muchas geografías”, continuó Wagstaff.
Mirar al
pasado
El objetivo de la nueva sede será “revitalizar” la
relación natural entre arte e historia para romper y expandir el orden del arte
contemporáneo. Mirar hacia el pasado será clave en las exposiciones temporales.
Como Unfinished: Thoughts Left Visible (‘Inacabado:
pensamientos visibles’), una de las muestras inaugurales, en la que se recorren
más de quinientos años —desde el Renacimiento a hoy— a través de más de 190
obras inacabadas de artistas como Tiziano, Picasso o Cy Twombly. Pinturas y
esculturas sin terminar a propósito, por descuido o por tragedia que forman un
género en sí mismo y son la representación de los pensamientos del artista.
“Por fin puedo decir que he expuesto junto a Leonardo Da Vinci”,
bromeó en la presentación el artista Kerry James Marshall, con una obra en esta
exposición y a quien dedicarán la gran retrospectiva de otoño.
Además de inaugurar sede, el pasado martes el
Metropolitan de Nueva York estrenó nueva imagen. La conocida M enmarcada en el
círculo y el cuadrado —como el Hombre de Vitruvio de Da
Vinci— que llevaban usando desde 1971 ha sido sustituida por un logo
tipográfico en el que se lee en grandes letras rojas: THE MET, como se le
conoce coloquialmente.
El cambio, anunciado hace dos semanas, trajo
muchas críticas en el mundo del arte neoyorquino ya que consideraban que se
perdía un emblema del museo . Diseñado por la firma Wolff Olins, está pensado
para ser “atemporal”, y representar así los 5.000 años de historia que muestra
el museo y atraer una audiencia de todas las edades. También han actualizado el
plano para facilitar la visita al turista abrumado por su tamaño.
En su programa, el Met Breuer pondrá atención en
artistas vivos como Marshall, pero sin olvidar el pasado reciente del que
muchos aprenden hoy para atraer a una “audiencia diversa”. Por eso junto a Unfinished han
organizado la primera retrospectiva en EE UU dedicada a la artista india
Nasreen Mohamedi, en la que ha colaborado el Museo Reina Sofía de Madrid. Y en
verano la relevará una exposición con trabajos de la fotógrafa Diane Arbus.
El edificio de Marcel Breuer también forma parte
de su proyecto para reactivar el arte contemporáneo mirando al pasado. Con la
guía de los arquitectos Beyer Blinder Belle, han limpiado y restaurado el
granito y hormigón para respetar su pátina de los años sesenta. “Con el nombre,
Met Breuer, quisimos rendir homenaje a su arquitecto. Cuya visión y arte dejó
uno de los edificios más icónicos e influyentesde Nueva York”,
dijo Campbell. Es contenedor de arte y arte en sí mismo, “una escultura por
derecho propio”. A la que se tarda nueve minutos y nueve segundos en llegar, lo
que dura la pieza musical que John Luther Adams ha compuesto encargada por el
Metropolitan para acompañar el paseo.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/03/02/actualidad/1456948272_576815.html
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