UNA MIRADA A LA
HISTORIA En los alrededores de Roquebrune, Beaulieu- sur- mer y el Principado de Mónaco, donde el sol aviva las pasiones y la
alegría de vivir, -nos cuenta Alicia Perris- varios
oasis recuerdan no solo la opulencia y el buen gusto de los dueños de mansiones
desbordantes de arte e historia, sino también, en dos de esos casos, su
legado al estado francés para disfrute de los habitantes del lugar y de los
viajeros que se atreven a soñar.
La Villa de Béatrice Ephrussi, née Rothschild, toda en rosa, con maravillosos
jardines y juegos de agua, propiedad ahora del estado francés, al igual que la Villa Kérylos helenizante,
que evoca una residencia de la isla de Delos en el siglo I o II a.c. o
finalmente Villa Clementina, bien merecen una visita este verano a
la Riviera. Atrévanse a seguirnos y descubran un milagro…
Villa Clementina
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