Frente a la voz rugiente, la amante volcánica, la politoxicómana y la
estrella prematuramente mártir, el documental 'Janis', de Amy J. Berg, afronta
un reto difícil: ir más allá de los estereotipos sobre la cantante y mostrar a la
chica frágil y rechazada que un día quiso vivir como sentía.
El 5 de octubre de 1970 llegó un telegrama a la recepción del Landmark Motor Hotel de Hollywood. En el remitente ponía "David Niehaus" y en el mensaje se podía leer: "Te echo mucho de
menos. Las cosas no son iguales cuando estás solo. Me podría reunir contigo en
Katmandú cuando quisieras, pero a finales de octubre es la mejor temporada. Te quiero, nena. Más de lo que tú sabes". Sin embargo, su destinatario en la
habitación 105 no llegó nunca a leerlo. Janis Joplin había muerto un día antes de una sobredosis de
heroína, en plena grabación de su disco Pearl, que se publicó de forma póstuma tres meses
después. ¿Qué habría pasado si aquel telegrama
hubiese llegado a tiempo? ¿Se habría convertido Janis en la mártir del rock que
es desde entonces, una más
de ese Club de los 27 en el que figuran las estrellas muertas prematuramente?
Las preguntas bailan en el terreno de los What if..., las conjeturas sobre que
hubiese pasado si... Pero la vida de Joplin ha quedado marcada por ese momento
final que no tendría por qué haber ocurrido y que, según la documentalista Amy J. Berg,
contamina todo lo que sucedió hasta entonces. Por eso, porque una vida no tiene
que estar condicionada por su colofón, se propuso hacer Janis,
película que se estrena este viernes en versiónonline y
en salas españolas, y que sigue la vida de la rugiente cantante paramostrar una faceta más frágil y
humana, frente a los excesos y leyendas de la mitología.
Janis, que lleva por subtítulo Little girl blue (Pequeña
chica triste, como el título de la canción de Rodgers y Hart que Joplin hizo suya) se articula en
torno a la correspondencia de Janis con su familia y amigos. Leídas por Chan
Marshall (Cat Power), las cartas
ejercen de contrapeso a las imágenes de las actuaciones de Janis en el festival
de Monterrey, en Woodstock o en aquelSan Francisco del Verano del Amor donde la música
explotó como forma de vida gracias a grupos como Grateful Dead, Jefferson
Airplane o los Big
Brother and the Holding Company, donde ella ejercía de cantante.
"Las cartas fueron, para mí, el factor de
motivación para hacer la película", explica Berg. "Leí el intercambio epistolar
entre ella y su amante David Niehaus. Y al contemplar estas cartas, me dejó
enormemente triste la idea de que, tal vez, si ella hubiese tenido ese
telegrama en sus manos, las cosas podrían haber sido diferentes".
http://www.elmundo.es/cultura/2016/03/03/56d7616d46163f93118b463e.html
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