Expectativa y memoria no es sólo una selección
característica de trabajos visuales de diferentes épocas, sino más bien un
ámbito para establecer, a través de una mirada global que resalte las
prolongadas influencias sostenidas, una aproximación de mayor alcance a una
sociedad contigua y amiga.
Paradójicamente, la frontera que significa el Estrecho de Gibraltar representa el límite entre dos continentes opuestos cuya unión comparte muchos elementos comunes, un eslabón poco reconocido entre dos culturas afines que deben acercarse entre sí para potenciar sinergias. Es precisamente en el terreno de la expresión contemporánea, poco inclinado a reforzar estos lazos y ajeno a muchas de esas conexiones naturales, donde se hace especialmente necesario revisar desde un punto de vista positivo las relaciones hispano-marroquíes, una circunstancia condicionada en exceso por la particularidad de un entorno internacional marcado por el desentendimiento entre occidente y el mundo árabe-islámico.
Paradójicamente, la frontera que significa el Estrecho de Gibraltar representa el límite entre dos continentes opuestos cuya unión comparte muchos elementos comunes, un eslabón poco reconocido entre dos culturas afines que deben acercarse entre sí para potenciar sinergias. Es precisamente en el terreno de la expresión contemporánea, poco inclinado a reforzar estos lazos y ajeno a muchas de esas conexiones naturales, donde se hace especialmente necesario revisar desde un punto de vista positivo las relaciones hispano-marroquíes, una circunstancia condicionada en exceso por la particularidad de un entorno internacional marcado por el desentendimiento entre occidente y el mundo árabe-islámico.
En este esfuerzo de aproximación, la Fundación Ankaria ha
pretendido crear una red de comunicación y aprendizaje para estimular la
reciprocidad entre ambas sociedades. Para ello, ha concebido una exposición que
toma como punto de partida las fotografías de época de Nicolás Muller y
Bartolomé Ros, dos autores fundamentales para aproximarnos al norte de África
durante la primera mitad del siglo pasado. En la selección se ha procurado que
la mirada a ese tiempo fuese equilibrada, estableciendo equivalencias que
acentúen los rasgos humanos y den protagonismo a las personas, evitando siempre
el sesgo colonialista inherente en muchas escenas de ese momento, más pendiente
en algunos casos del costumbrismo que de las situaciones de vida cotidiana. Al
mismo tiempo, y esa es la novedad de este proyecto, se procura una concordancia
y avenencia de las imágenes históricas con otras de creadores contemporáneos
del siglo XXI, un encuentro a través del tiempo que permite no sólo recapacitar
sobre el pasado y el futuro, sino sobre cómo se construye la identidad de un
territorio a través de su imagen.
La elección de estos dos momentos para contextualizar la
exposición, por un lado principios del siglo XX y por otro la actualidad, es de
suma importancia. En 1912 se firmó el acuerdo para la creación del Protectorado
español de Marruecos, una conjunción que unió ambos destinos por varias décadas
y llevó a muchos españoles al norte de África, especialmente por cuestiones de
trabajo. Desde los años 90 del siglo pasado, el aumento de los flujos
migratorios ha generado un proceso inverso: una vez que España adquiere
desarrollo económico se convierte en receptor de ciudadanos marroquíes, que
buscan en el sur de Europa una oportunidad de vida que no encuentran en su
lugar de origen. Dos situaciones distintas que han prodigado, por avatares
distintos, un encuentro inesperado entre lugares adyacentes.
Tal como explica el islamista Juan José Sánchez Sandoval, “en estos momentos se hace necesario señalar que el debate crítico en torno a las relaciones España-Marruecos no es nuevo, y que siempre ha preocupado a los intelectuales españoles, como en el caso de José Ortega y Gasset y Miguel de Unamuno en el primer tercio del siglo XX. En este sentido, cabe indicar que, en la actualidad, otros intelectuales han empezado a señalar el importante papel de lo cultural en el análisis de las relaciones entre los pueblos marroquí y español, un papel crucial en la historia actual y futura”.
Tal como explica el islamista Juan José Sánchez Sandoval, “en estos momentos se hace necesario señalar que el debate crítico en torno a las relaciones España-Marruecos no es nuevo, y que siempre ha preocupado a los intelectuales españoles, como en el caso de José Ortega y Gasset y Miguel de Unamuno en el primer tercio del siglo XX. En este sentido, cabe indicar que, en la actualidad, otros intelectuales han empezado a señalar el importante papel de lo cultural en el análisis de las relaciones entre los pueblos marroquí y español, un papel crucial en la historia actual y futura”.
http://www.realacademiabellasartessanfernando.com/es/actividades/exposiciones/expectativa-y-memoriaespana-marruecos-xx-xxi
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