La
ópera infantil Brundibár,
de Hans Krása (1899-1944), entrañable exaltación de la fantasía y la
solidaridad, que fue interpretada 55 veces en 1943 y 1944 por los niños del
campo de concentración de Terezín, se estrenará la próxima semana con la
presencia especial de Dagmar
Lieblová, superviviente del holocausto que cantó la obra en el coro de
niños de Terezín.
Esta
pequeña ópera, una divertida fábula de apenas 45 minutos —que será interpretada
por niños y jóvenes, tanto en los papeles protagonistas como en el coro y la
orquesta—, es la atractiva propuesta
familiar del Teatro Real para
el fin de semana del 9 y 10 de
abril (4 funciones) y para el domingo 24 de abril (2 funciones) en su sala principal.
Dagmar Lieblová (1929),
superviviente del holocausto que interpretó Brundibáren
el coro de niños del campo de concentración de Terezín, en 1943, antes de que
su familia fuera deportada a Auschwitz-Birkenau, asistirá a los ensayos finales y al
estreno de esta nueva producción del Teatro Real, con dirección de escena de Susana Gómez e interpretación de los solistas y
coro de losPequeños Cantores y
la Joven Orquesta de la
Comunidad de Madrid (JORCAM), bajo la batuta de Jordi Francés. Asimismo,
Lieblová estará presente en la inauguración de una pequeña muestra con dibujos pintados por
prisioneros de Terezín, y participará en la conferencia
de Arnoldo Libermantitulada De Parsifal
a Moisés y Aarón, un itinerario conmovedor, que tendrá lugaren la Sala
Gayarre del Teatro Real el 31
de marzo, viernes, a las 19.30 h.
El
campo de concentración de Terezín, situado en una antigua fortaleza a 60 km de
Praga, fue utilizado por la propaganda nazi como una “ciudad balneario”
ejemplar, donde los reclusos judíos podían trabajar, estudiar e incluso
desarrollar diversas actividades artísticas. En realidad, era un lugar tránsito
hacía los campos de exterminio, donde acabó la mayoría de su población,
incluyendo sus cerca de 50.000 niños.
Ahí
se interpretó Brundibár —antes de que su compositor fuera
asesinado—, llenando de alegría la vida de los niños, como recuerda Dagmar Lieblová: “En Terezín participé en los
ensayos de la ópera de Hans Krása y Adolf Hoffmeister, compositor y libretista
de Brundibár, hoy
famosa en todo el mundo. Cantaba entonces en el coro. Los ensayos empezaron en
algún momento a principios del año 1943. Para todos los participantes era un
gran acontecimiento. Desde el principio estuvimos totalmente
entusiasmados.
Tanto en los ensayos como
en las representaciones no podíamos pensar en si teníamos hambre, o si nos
amenazaban todo tipo de enfermedades, o si cualquier día nos podían enviar a
otro campo de concentración. Cantábamos con alegría y con entusiasmo.
Brundibár era para nosotros como un cuento
sobre la vida normal. Sobre el mundo en el que se vendían bollos y helados,
donde los niños iban a la escuela y no tenían que llevar una estrella amarilla.
Canté en el estreno del día 23 de septiembre y después ya solo en unas pocas
representaciones más, ya que en diciembre de 1943 nuestra familia fue enviada a
Auschwitz-Birkenau. A pesar de eso, para mí Brundibár en Terezín supuso una
experiencia inolvidable para toda la vida”.
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