Festival de Verano. Teatro Auditorio San Lorenzo de El Escorial.
Joven Orquesta Nacional de Canadá. Michael Francis, director musical. José
Miguel Moreno, guitarra barroca. 4 de agosto de 2019. Obras de M. de Falla, A.
Vivaldi, S. Prokófiev
“Yo quiero verte
danzar
Al son de los
cascabeles del kathakali.
Y gira todo en torno
a la estancia, mientras se danza…”.
Franco Battiato
Programa
---Antonio Vivaldi (Venecia, 4 de
marzo de 1678 – Viena, 28 de julio de 1741)
..Concerto for Mandolin, String & Continuo in C major RV425
Allegro
Largo
Allegro
..Concerto for lute, strings & continuo
RV93
Allegro giusto
Largo
Allegro
Solista: José Miguel
Moreno, guitarra barroca y laúd.
---Manuel de Falla
(España, 1876, Argentina, 1946).
..Suites I y II de El
Sombrero de tres picos
Pausa
Sergei Prokófiev (Sontzovka,
Ucrania, 27 de abril de 1891- Moscú, Rusia, 5 de marzo de 1953)
..Suite from Romeo and Juliet Op. 64
The Montagues & Capulets (Suite 2, No. 1)
Juliet the Young Girl (Suite 2, No. 2)
Friar Lawrence (Suite 2, No. 3)
Minuet (Suite 1, No. 4)
Masks (Suite 1, No. 5)
Romeo and Juliet (Suite 1, No. 6)
Death of Tybalt (Suite 1, No. 7)
Romeo and Juliet Before Parting (Suite 2, No. 5)
Dance of the Antilles Girls
(Suite 2, No. 6)
Romeo at Juliet’s Grave (Suite 2, No. 7)
Romeo & Juliet 46’
Suites: 6’, 4’, 3’, 3’, 2’, 8’, 4’, 8’, 2’, 6’
Comenzó la tarde del concierto con el lucimiento de José Miguel Moreno, considerado por la
crítica como uno de los principales intérpretes mundiales de guitarra barroca y
laúd, solista en esta ocasión de composiciones de Vivaldi.
Música angélica, plácida, recogida y a la vez gozadora, evocadora
de todos los placeres mundanos. Acompañado por un grupo de músicos jóvenes,
hicieron las delicias del público que colmaba la sala de este lugar tan querido
por los reyes de España para su reposo definitivo. Construido por Felipe II
para dar comienzo a uno de los panteones más visitados de Europa, todavía
atesora esa magia cuyo manejo se le atribuía también al rey cuatro veces casado
y protagonista del Don Carlos de Verdi-Schiller, que dio origen y alimentó en
parte la leyenda negra de un país conquistador y bárbaro, tan contestada.
Elegante, bien timbrados los instrumentos que lo acompañaron, José
Miguel Moreno, anunciado en segundo lugar, abrió en cambio una velada de lujo,
inesperada, por la calidad del repertorio y la ejecución, la afluencia de
oyentes y el entusiasmo de su respuesta hacia los intérpretes.
El músico madrileño José Miguel Moreno se ha especializado en la
interpretación histórica, siendo su repertorio muy amplio -desde el siglo XVI a
principios del XX-, ejecutándolo con instrumentos de época: vihuela, guitarra
renacentista y barroca, laúd renacentista y barroco, tiorba y guitarra
clásico-romántica, todos ellos originales o copias fidedignas.
Así, en este ámbito, Moreno es unánimemente reconocido como uno de
los mayores especialistas de la actualidad. Ha actuado en los festivales y
centros musicales más importantes del mundo como el Théâtre des Champs Elysées
de París, el Teatro Real y el Auditorio de Madrid, el Brisbane Biennial, el
Wigmore Hall de Londres, la Sala Pushkin de Moscú, la Sala Glazunov de San
Petersburgo, el Metropolitan Museum de Nueva York, el Konzerthaus de Viena o la
Hokutopia de Tokio.
La Joven Orquesta de
Canadá
Los compositores escogidos dieron a los jóvenes instrumentistas la
ocasión de lucirse bajo la batuta de un director de privilegio, sensible,
receptivo, atento, enérgico, con una empatía absoluta por dos compositores
universales, en este caso de ballet, pero no necesariamente fáciles de
asimilar, por la rareza de sus recreaciones nacionalistas y un sinfonismo que
puede derivar con facilidad en una interpretación simplista y convencional.
Por más de cinco décadas, la Joven Orquesta Nacional de Canadá
disfruta de una reputación icónica como escuela de finalización orquestal de
Canadá. El conjunto musical organiza el programa de capacitación más complejo y
completo disponible hoy en día para los mejores jóvenes músicos clásicos del
país. Como puente entre la educación y una carrera musical, la Joven Orquesta
Nacional de Canadá capacita a los músicos orquestales para que puedan prosperar
en todo tipo de entornos de interpretación.
El maestro inglés Michael
Francis es un joven conductor
sinfónico elegante y sedcutor, que comenzó como contrabajista en la London
Symphony Orchestra, para saltar a la dirección en 2007 realizando sustituciones
para algunos de los mejores del panorama mundial. Hoy en día goza de una gran
reputación, especialmente en Norteamérica y en Asia, al frente de las orquestas
de Nueva York, Houston, Atlanta o Pittsburgh, así como con las Sinfónicas de
Montreal, Toronto y Ottawa. Sus compromisos europeos han incluido la Radio de
Berlín, la Filarmónica de Dresde, la Filarmónica de Helsinki, la Orquesta
Sinfónica de RTVE en Madrid y la Orquesta Mariinsky. En Asia, Francis dirigió
la Sinfónica NHK, la Orquesta Sinfónica Nacional de Taiwán, así como las filarmónicas
de Hong Kong, Japón, Malasia y Seúl. Los solistas con los que trabaja incluyen
a Lang Lang, Arcadi Volodos, Itzhak Perlman, Christian Tetzlaff o Rufus Wainwirght,
entre muchos otros intérpretes.
Michael Francis se expandió en un sonido aglutinador y totalmente
físico y envolvente, donde cada sección de la orquesta tuvo una actuación
destacada. No fue un conjunto fantástico, sino parcelas sonoras de gran potencia,
bien asentadas, con unas dinámicas poderosas y un desarrollo de las obras
meticuloso y detallado. Nada improvisado, nada dejado al azar. Pero la fluidez
de la música se podía palpar y disfrutar en una secuencia interminable.
Falla resonó en el Auditorio de El Escorial, como un pura sangre
corriendo por las praderas andaluzas, brioso, arabizante, sensual. Como la
narrativa umbilical y ondulante, que se envuelve sobre sí misma del Makbara de
Juan Goytisolo. Se cumplen 100 años del estreno de El sombrero de tres picos,
pero parece que fue ayer, un clásico siempre renovado y actual, de pulpa y
carne. Electrizante e hipnótico. Acompasado luego por la partitura de ballet
también de un Prokoviev interpretado como lo podría haber hecho un director
ruso. Y no quiero escribir el nombre de aquel en el que todos podemos estar
pensando…
Fue en ambos casos un redescubrimiento, otra vivencia, una
prestación de campanillas.
Y tres propinas
nunca oídas
Si la Orquesta Joven de Canadá toca con brillantez, canta con no
menos exquisito gusto y afinación. Tres pequeñas obras de enjundia sin embargo,
la primera en inglés y las otras dos en francés, haciendo gala de las lenguas
nacionales de un país peculiar, algo lejano, civilizado y cosmopolita. Sus
enormes bosques fueron el eco de las voces de los músicos, que, a capella,
dejaron, definitivamente conquistado al público, sin ningún tipo de peros ni
objeciones.
(video ultima propina)
(video ultima propina)
https://photos.google.com/share/AF1QipNofyqQZjORnuMJZkC0NsrRgG2wh-HHS6pbiUh3ZEM-3u6lrrREOpSGNqWo-6GuEw?key=eFI2cklSblBTMTkzZ2pMUDBZZmZhUF9YaUtCN2p3
Coda
Convocando a un público variado y disponible, el de El
Escorial de verano, es probablemente uno
de los principales festivales de nuestro país, donde la música, la lírica y la
danza visten las noches de la sierra hasta el 9 de agosto, en que todos nos
iremos, por el momento, de aquí, a descansar y a atravesar otras fronteras
artísticas y geográficas, para bucear en otras aguas.
Como colofón a la actuación de la Joven Orquesta Nacional de
Canadá, el Festival de Verano ofrece dos estrenos esperados: “Yo, Farinelli, el
capón (7 de agosto) y “Yo, piano”, una propuesta visual creada por Carlos
Bianchini y Tagore González (9 de agosto), además del estreno en la Comunidad
de Madrid de Antígona, la última propuesta del bailarín y coreógrafo Víctor
Ullate Ballet con Lucía Lacarra y Josué Ullate como protagonista (8 de agosto).
That´all folks!
Alicia Perris
No hay comentarios:
Publicar un comentario