Amberes, la ciudad belga que revolucionó la moda en los ochenta, estrena un
museo de la emigración. Visita a los ‘rubens’ de la catedral, a la pastelería
Popoff o a la tienda del diseñador Dries van Noten
Divertida, cosmopolita y de medidas asequibles,
Amberes es la gran sorpresa belga que surge entre la encantadora y medieval
Brujas y la internacional Bruselas. Una ciudad que se reinventa urbanizando
nuevos barrios y llenándolos de vida. Este es el caso de Het Eilandje, el
antiguo puerto fluvial que hoy rebosa de arte y restaurantes con encanto y
promete convertirse en la gran atracción de Amberes.
9.00 El
adiós de Einstein
Desayuno a lo belga con pastel casero y café en el
centro de la ciudad, cualquier establecimiento deWijngaasdstraat (1) vale.
Hay que andar un buen trecho para ir hasta el barrio portuario de Het Eilandje,
donde hace apenas unos meses se inauguró el Red Star Line Museum (2)(Montevideostraat, 3).
Abren a las diez de la mañana, aunque un poco antes ya se puede visitar el
vestíbulo y tomar un café en su agradable bar. Entre 1873 y 1934, millones de
europeos embarcaron aquí con dirección a Estados Unidos. Un viaje de 10 días a
través del océano que terminaba en Ellis Island, en Nueva York. La mayoría de
los pasajeros eran judíos que huían de los pogromos; los de Rusia en 1890 y los
del holocausto nazi de la II Guerra Mundial. Todo este horror se narra en este
museo ubicado en las antiguas instalaciones de la compañía naviera Red Star
Line, unos viejos edificios de ladrillo rojo. Estremecen los testimonios orales
de los inmigrantes y objetos cotidianos como una plancha para hacer gofres o
pequeños utensilios de campo. El Red Star Line Museum muestra las instalaciones
donde se realizaban las revisiones médicas, las duchas, las salas de espera;
reproduce las condiciones del viaje y habla con voces propias, como la de
Einstein, que embarcó en 1933 en el puerto de Amberes con destino a Princeton,
de donde nunca regresó.
11.00 Un museo de piedra roja
Desde la torre del Red Star Line se obtiene una
vista magnífica de la ciudad y el río Escalda. Enfrente se alza el MAS (3) (Museum aan de Stroom;
Hanzestedenplaats, 1), inaugurado en 2011, que se sitúa en la frontera entre
Het Eilandje y el resto de Amberes. La robusta torre del museo (del equipo de
arquitectos Neutelings Riedijk), hecha de piedra arenisca roja y hojas de
vidrio onduladas, alberga una colección de arte diverso. El acceso a su terraza
panorámica es libre. Una recomendación: merece la pena subir los 10 pisos de
este bulevar vertical e ir admirando cómo cambia la perspectiva.
13.00
‘Brunch’ en el restaurante Living
Basta cruzar la calle para llegar hasta el Felixpackhuis (4) (Godefriduskaai, 30),
un precioso edificio, antiguo almacén portuario que data de 1860, que hoy es la
sede del Archivo Histórico de Amberes. En la planta baja se halla el
restaurante Living, donde se pueden comer unos tradicionales y exquisitos
mejillones y donde en 2012 se inauguraron la cafetería y un mercado dedelicatessen que
es una gozada por su calidad y variedad. El brunch que sirven
los domingos tiene tanta fama que es imposible ir sin reserva. También hay un
menú diario.
15.00 La genialidad de Rubens
Todavía queda mucho que construir en Het Eilandje,
basta dar una vuelta por los alrededores para darse cuenta de que es una zona
en plena eclosión. Con la inauguración del edificio de la sede de la Autoridad
Portuaria (Havenhuis) (5), obra de Zaha Hadid, en 2015,
Amberes se consolidará como uno de los destinos más interesantes de Europa. Un
paseo por intrincadas callejuelas nos conduce hasta el centro medieval. La catedral
de Amberes (6), en la Grote Mark, es espectacular y
alberga una prodigiosa colección de pinturas en la que destacan varias de
Rubens (entre ellas, una de sus obras maestras, El descendimiento de la
cruz, fechada hacia 1612, en la que brillan la extraordinaria
composición de marcada diagonal, los escorzos y el claroscuro). Rodeando el templo
encontramos algunos lugares tradicionales para tomar un tentempié: el Paters Vaetje (7) (Blauwmoezelstraat, 1),
donde afirman que pueden servir hasta mil tipos de cerveza; y muy cerca, el Het Elfde Gebod (8)(Torfbrug), con su
decoración sacra a base de santos y ángeles.
16.00 Un recomendable callejón
La calle Oude Koornmarkt (9) es
otra de las sorpresas de Amberes. Además de la maravillosa pastelería Popoff (Oude
Koornmarkt, 18), de irresistibles elaboraciones caseras, y de varios
establecimientos donde saborear el excelente chocolate belga, aquí se halla el
diminuto pero fantástico callejón de Vlaaikensgang, con un puñado de
encantadores restaurantes como el Sir Anthony Van Dijck, el Estro Armonico o
el ‘T Hofke, y la galería de arte de Axel Vervoordt.
Sussies (10) (Oude
Koornmarkt, 69) es uno de los establecimientos que reflejan la forma de ser de
esta ciudad. Un local alegre y encantador donde tomar un té orgánico,
deleitarse con una tarta hecha en casa y comprar alguna prenda de segunda mano.
Muy cerca queda el Museo de la Moda (11) (MoMu;
Nationalestraat, 28), adonde nos dirigimos por Kammenstraat, vía llena de
tiendas de ropa original. Nos detenemos frente a los escaparates del diseñador Dries van Noten, uno de los Seis de Amberes, el grupo que
revolucionó la moda en los ochenta.
18.00 Una cerveza Palm
Kloosterstraat une la parte antigua de la ciudad
con el barrio del Zuid (12). Anticuarios, galerías
de arte, buenos restaurantes y pequeños bistrós flanquean esta preciosa calle.
En Oever, el La Porte (13) (Oever,
21) se aparece como un buen lugar para descansar tomando una cerveza. Es el
momento de probar la histórica Palm, cerveza belga de la que se tiene
constancia desde 1597, en una de las mesas de su avejentado y agradable jardín.
20.00 Cena con el chef Viki Geunes
Si ‘t Eijlande es el futuro próximo, el Zuid es el
pasado reciente. Esta parte de la ciudad pletórica desde hace unas décadas
tiene en su haber el Museo de la Fotografía (14)(FoMu;
Waalsekaai, 47); el Museo de Arte Contemporáneo (15) (M
HKA; Leuvenstraat, 32); el flamante Palacio de Justicia (16), creación
de Richard Rogers (2006), y numerosas galerías de arte. Para cenar habremos
reservado mesa en el ‘t Zilte
Restaurant (Hanzestedenplaats, 5), situado en el noveno
piso del MAS, en el barrio de Het Eilandje. En este dos estrellas Michelin, el
chef Viki Geunes crea sofisticados platos en un ambiente elegante y moderno.
Como telón de fondo, la bella panorámica de las luces de la ciudad.
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2014/02/20/actualidad/1392894209_887230.html
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