domingo, 2 de febrero de 2014

LA FILARMÓNICA RINDE HOMENAJE AL CONSAGRADO DIRECTOR FRÜHBECK DE BURGOS CON UN CONCIERTO DE CAMPANILLAS EN EL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID


Piotr Ilich Chaikovsky (1840-1893), Concierto para piano y orquesta núm. I. en Si Bemol Menor, op. 23 (1874-1875), piano: Arcadi Volodos. Héctor Berlioz (1803-1869), Sinfonía fantástica Op. 14 (1830). Épisode de la vie d´un artiste en cinq parties. Orquesta Sinfónica Nacional de Dinamarca. Director: Rafael Frühbeck de Burgos. Jueves 30 de enero, 2014. Auditorio Nacional, Sala Sinfónica.

A la velada se unieron con sus adhesiones el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, la Wiener Symphoniker, el Palau de la Música de Valencia, la Deutsche Oper Berlin, la Orquesta y Coro Nacionales de España, la Boston Symphony Orchestra y la New York Philarmonic Orchestra    entre otras formaciones musicales. También estuvo presente Su majestad la Reina Sofía y su hermana Irene, que fueron aplaudidas a la llegada y a su salida de la sala.
El concierto de Chaikovsky, se trata de una composición cuyo estreno tuvo mucha aceptación en Boston, en 1875, a cargo del conocido Hans von Bülow, que supo apreciar el estilo y la originalidad de las ideas que lo estructuran. El piano establece aquí con la orquesta un diálogo privilegiado, metido de llena su factura en el contexto de un Romanticismo tardío que conserva intacta toda su frescura y capacidad de seducción.
Arcadi Volodos lleva a cabo como nadie, con gusto, con matices, el desafío de prestarle al instrumento su mayor brillantez, en una comunicación perfecta con el compositor de su propio país. Siempre en gira, habitual de las propuestas musicales del Auditorio Nacional, Volodos se prodiga con las orquestas más famosas y reconocidas del panorama internacional. Tiene una capacidad única para conectar a la vez, con el director, el público y aún más, con los propios integrantes de la orquesta, sobre todo con las cuerdas, cuya ejecución no pierde vista ni un momento.
La Sinfonía Fantástica se encuentra esmaltada de referencias íntimas y literarias de Héctor Berlioz: esta obra se presentó por primera vez en la Sala del Conservatorio de París y corría el año 1830, una fecha mítica para la eclosión del Romanticismo en Francia, con las querellas en los teatros entre clásicos y modernos, simbolizadas en el estreno del Hernani de Víctor Hugo.
También hay que incluir los fogonazos revolucionarios, que surcaron prácticamente todo el  XIX francés y que en las primeras décadas del siglo, se opusieron a la monarquía de Carlos X provocando su caída. Como recuerda en el programa de mano Juan Manuel Viana, siempre tan correcto y exhaustivo en sus explicaciones, es el momento en que Delacroix pinta su inefable “La libertad guiando al pueblo”, que ahora engalana las salas del Museo del Louvre en su nueva sede en Lens, al norte de Francia.

 La Sinfonía fantástica es una partitura llena de guiños, de intención, de pasión y lirismo, características lógicas de ese Romanticismo de la primera hora que enardeció los corazones y el patriotismo de los europeos y que venía sembrando la semilla desde tiempo atrás con las “Rêveries d´un promeneur solitaire” de Jean Jacques Rousseau o las novelas legendarias de René de Chateaubriand, por ejemplo, ya que el siglo XIX francés ya se encuentra en germen en el XVIII de Voltaire, Diderot y la inigualable obra de la Enciclopedia.
La Orquesta Sinfónica Nacional de Dinamarca está integrada por 99 músicos y desde 2012 su director titular es el maestro Frühbeck de Burgos. La compenetración que existe entre esta agrupación musical y el director madrileño homenajeado ahora (antes de comenzar la 2da parte de la velada, D. José María Santo Tomás, Presidente del Consejo Asesor de la Filarmónica le entregó la medalla de honor de la entidad al maestro), es conmovedora.
Se trata de un director fraguado en mil batallas, con una trayectoria impresionante y una longevidad musical que debe valorarse, porque en este ámbito la experiencia y el recorrido son grados y no deben desperdiciarse.
El maestro Frühbeck conoce a la perfección las posibilidades de la orquesta que dirige y tiene un gesto y un reconocimiento para cada uno de sus músicos. Su repertorio, rico y variado, despliega una paleta sonora que va desde la tradición rusa, a la francesa y española, y por supuesto, a la alemana.
La Filarmónica ha organizado otra de sus noches inolvidables en el Auditorio. Hay que agradecerles el esfuerzo y el perfeccionismo que observan en cada convocatoria, en la elección de los artistas y en la propuesta clásica y conocida pero irrefutable de su agradecido repertorio. Sin olvidar la colaboración generosa con la prensa especializada y la intención ejemplarizante y didáctica tan necesarias, con sus sugerencias sobre cómo guardar el silencio y la compostura durante los conciertos. Enhorabuena siempre.
Alicia Perris

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