sábado, 20 de septiembre de 2014

CINE FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN. 'QUIZÁ SOY UN HOMBRE DEL PUEBLO, UN TIPO NORMAL CON UN PUESTO DE TRABAJO EXTRAORDINARIO'





El actor estadounidense Denzel Washington, durante la rueda de prensa de presentación de su película 'The Equalizer'. EFE

DARÍO PRIETO Enviado especial San Sebastián

Denzel Washington dice que, de joven, nunca recibió ningún premio por ninguna actividad artística, que lo máximo que conseguía era algún trofeo deportivo, de baloncesto o lo que tocase. Y que, incluso, cuando decidió ser actor, las películas que veía en el cine eran las de Shaft, 'Superfly' o alguna otra 'blaxploitation' porque lo máximo a lo que aspiraba era a hacer algún papel en Broadway o, si acaso, una peli de Nueva York como las de Robert de Niro y Al Pacino. "Quizá soy un hombre del pueblo, un tipo normal con un puesto de trabajo extraordinario", dijo ayer durante la presentación de la película 'El protector' ('The equalizer') en el Festival de Cine de San Sebastián, donde esta noche recibe el Premio Donostia por una carrera que le ha llevado a ser uno de los grandes iconos de Hollywood.
El actor, primer afroamericano en recibir el reconocimiento del festival donostiarra, defendió su participación en este 'thriller' hiperviolento dirigido por Antoine Fuqua, que ya trabajó con Washington en 'Training day', por la que el actor obtuvo su segundo Oscar. Lo hizo manteniendo el tipo de 'idem' normal, con las dosis medidas de simpatía y vacile, como cuando, sin venir mucho a cuento, preguntó en voz alta: "Pero, ¿qué pasó con la selección española de baloncesto? ¿Fue la presión? Vivo en Los Ángeles y veo a Pau Gasol como se mueve arriba y abajo, pero... ¿ante Francia? ¿Alguien tiene una respuesta?".
En la película, Washington interpreta a un justiciero al margen de la ley que antepone su objetivo de ayudar a los demás a los métodos para lograrlo. Es decir, si hace falta 'cargarse' al equivalente a la población de un pueblo pequeño en vidas humanas de 'malos' lo hace sin pestañear. "Es sólo una película. A veces, la sugerencia de la violencia da más miedo que la propia violencia", se defendió el actor, cuyo personaje es un hombre leído con especial afición por el 'Quijote' y su halo de tiempo perdido en el que los caballeros andantes combatían las injusticias de este mundo. "Todos tenemos la oportunidad y la responsabilidad de ayudar al prójimo. Si lo hiciésemos, muchos de los problemas de este mundo no existirían", dijo el actor sobre este aspecto. "Sin embargo, yo nunca escogería estos extremos para hacerlo", añadió antes de recordar que, "después de 'Training day' [en la que encarnaba a un policía corrupto] sólo me ofrecían papeles de 'malo' y antes nunca lo habían hecho".
"No puedo ser todo el mundo"
En ese sentido, habló de cómo, en el pase del filme, parte del público aplaudió a rabiar las medidas expeditivas de su personaje contra un grupo de rusos. "Si lo aplauden es porque quieren apoyar a una persona que tiene poder para solucionar o hacer cosas". Una facultad que, en una dimensión completamente distinta, ejercieron Steve Biko o Malcolm X, personajes a los que ha dado vida en el pasado y que, con Frank Lucas o 'Huracán' Carter, conforman su nómina de hombres reales a los que ha puesto voz y rostro en la pantalla. Suficiente, según él ("No puedo ser todo el mundo", bromeó), como para enfrentarse a la recreación de otros ilustres negros, como Martin Luther King o el propio Barack Obama. "No siento como una carga representar a los afroamericanos. Intento trabajar duro y hacer el mejor trabajo posible con las oportunidades que me han ofrecido. Y sí, espero ser un ejemplo para los jóvenes actores que empiezan", aseguró.
Así que Washington se siente tan satisfecho con esta película como con el resto de las que ha rodado desde que en 1981 debutase con la comedia 'Llámame Mr. Charly'. "No lamento nada de lo que he hecho profesionalmente, porque eso es lo que me ha traído hasta aquí, hasta San Sebastián", sentenció. "En este caso concreto, hemos hecho una película que la gente quiere ver y nosotros queremos que disfruten con ella".
Aún así, confesó que ha renovado su primera pasión hacia el teatro y la dramaturgia clásica, que ha transmitido a sus dos hijos actores, y que le ha llevado a producir montajes y contenidos televisivos de carácter escénico. "La mayoría de los grandes actores comenzaron sobre un escenario, pero ahora no siempre es así. Y creo que es necesario para evitar algunos males que aquejan hoy a los jóvenes actores; a veces es una maldición conseguir el éxito demasiado rápido".
http://www.elmundo.es/cultura/2014/09/20/541c8601ca474173788b456e.html

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