Subasta dominical en el jubileo imperial de
Rueil- Malmaison
8 de marzo de 1796. Esa es la fecha que lleva el contrato de
matrimonio del futuro emperador Napoleón y de su primera esposa, Josefina AFP
Rafael Poch | París
El
domingo, coincidiendo con la trigésima edición de la "jornada del
patrimonio", en la que doce millones de franceses han confirmado su amor
por la historia de Francia y por su extraordinario patrimonio nacional
visitando todo tipo de instituciones (la cola para visitar los jardines del
Palacio del Eliseo era de cuatro horas), en medio de todo eso, la localidad de
Rueil-Malmaison, diez minutos al oeste de la parisina Place de l'Étoile,
organizó el Segundo Jubileo Imperial, conmemorando el bicentenario de la
campaña de Francia, cuando Napoleón estaba de franca retirada.
Fue un tremendo despliegue con desfiles militares recreando Austerlitz y otras gloriosas carnicerías, con hasta 500 uniformados, una exposición -"Josefina, emperatriz de la moda"- y el chocolatero Maiffret presentándole al público sus "tabletas Napoleón" a 7,90 euros la pieza y la bolsa con la soldada de los granaderos, graciosamente rellenada de monedas de chocolate, a 8,90.
Fue una jornada perfecta de disfraces, con un americano llamado Marc Schneider, bajito y moreno -aunque un poco más alto que Bonaparte- encarnando al emperador, y una francesa, Catherine Delbarre, representando a la Beauharnais.
Pero lo que más ha trascendido de la jornada ha sido el martillazo del subastero, adjudicando al Museo de las cartas y manuscritos de París el documento de los capítulos matrimoniales entre Napoleón y Josefina por la friolera de 437.000 euros, cinco veces su valor de partida estimado. Es un documento fechado el 8 de marzo de 1796, es decir tres años antes del golpe de Estado bonapartista que inicia el Consulado, en el que se estipula "que no habrá ninguna comunidad de bienes entre los futuros esposos", él, Napoleón Bonaparte, militar, ella Marie Josèphe Rose Tascher de La Pagerie, llamada Joséphine de Beauharnais, y que, por tanto, "no serán responsables de deuda o hipoteca del otro".
El inusitado precio pagado por el documento "simboliza la pasión que rodea al Emperador" -que dejó tanta grandeza en las calles de París y hoy solo da nombre a una más que discreta calleja-, ha explicado el comisario de la compra. "Es la magia de un Napoleón que surgió de la nada para llegar a lo más alto; esta adquisición fantástica sanciona, pues, un ex- traordinario ascenso que fascina a millones de personas", dice.
El matrimonio imperial duró trece años, hasta 1809, cuando Napoleón solicita el divorcio de su esposa, seis años mayor que él, para casarse con María Luisa, hija del Emperador de Austria y de la hija de Maria Carolina de Nápoles -es decir, sobrina de María Antonieta- de 18 años de edad. Dos años después la pareja tuvo al Rey de Roma. Era el apogeo, pero muy pronto comenzaría el descenso hacia Waterloo.
En la subasta se han vendido también otros dos documentos napoleónicos. Uno doble que contiene la orden de detención y puesta en libertad, once días más tarde, de Bonaparte durante la Convención, de 1794, y una carta del pintor Jacques-Louis David en la que el artista responde a la petición del Emperador y su madre, Leticia Bonaparte, de retocar el célebre cuadro Coronación de Napoleón I, una tela de seis metros por nueve, hoy colgada en el Louvre, que simboliza cierta síntesis entre el viejo y el nuevo régimen, y viene presidida por la figura de Napoleón -que se coronó a sí mismo- coronando a Josefina. Leticia Bonaparte, que no se llevaba bien con la emperatriz, no asistió a la ceremonia, pero en el cuadro de David aparece sentada, justo en el centro de la escena.
"Nunca se dirá que el rey formulara un deseo sin que yo cumpla mi deber de satisfacerlo", escribe el pintor, que, efectivamente, retocó la obra. El palacio de Malmaison, en Rueil, continuó siendo el domicilio de Josefina hasta su muerte.
Fue un tremendo despliegue con desfiles militares recreando Austerlitz y otras gloriosas carnicerías, con hasta 500 uniformados, una exposición -"Josefina, emperatriz de la moda"- y el chocolatero Maiffret presentándole al público sus "tabletas Napoleón" a 7,90 euros la pieza y la bolsa con la soldada de los granaderos, graciosamente rellenada de monedas de chocolate, a 8,90.
Fue una jornada perfecta de disfraces, con un americano llamado Marc Schneider, bajito y moreno -aunque un poco más alto que Bonaparte- encarnando al emperador, y una francesa, Catherine Delbarre, representando a la Beauharnais.
Pero lo que más ha trascendido de la jornada ha sido el martillazo del subastero, adjudicando al Museo de las cartas y manuscritos de París el documento de los capítulos matrimoniales entre Napoleón y Josefina por la friolera de 437.000 euros, cinco veces su valor de partida estimado. Es un documento fechado el 8 de marzo de 1796, es decir tres años antes del golpe de Estado bonapartista que inicia el Consulado, en el que se estipula "que no habrá ninguna comunidad de bienes entre los futuros esposos", él, Napoleón Bonaparte, militar, ella Marie Josèphe Rose Tascher de La Pagerie, llamada Joséphine de Beauharnais, y que, por tanto, "no serán responsables de deuda o hipoteca del otro".
El inusitado precio pagado por el documento "simboliza la pasión que rodea al Emperador" -que dejó tanta grandeza en las calles de París y hoy solo da nombre a una más que discreta calleja-, ha explicado el comisario de la compra. "Es la magia de un Napoleón que surgió de la nada para llegar a lo más alto; esta adquisición fantástica sanciona, pues, un ex- traordinario ascenso que fascina a millones de personas", dice.
El matrimonio imperial duró trece años, hasta 1809, cuando Napoleón solicita el divorcio de su esposa, seis años mayor que él, para casarse con María Luisa, hija del Emperador de Austria y de la hija de Maria Carolina de Nápoles -es decir, sobrina de María Antonieta- de 18 años de edad. Dos años después la pareja tuvo al Rey de Roma. Era el apogeo, pero muy pronto comenzaría el descenso hacia Waterloo.
En la subasta se han vendido también otros dos documentos napoleónicos. Uno doble que contiene la orden de detención y puesta en libertad, once días más tarde, de Bonaparte durante la Convención, de 1794, y una carta del pintor Jacques-Louis David en la que el artista responde a la petición del Emperador y su madre, Leticia Bonaparte, de retocar el célebre cuadro Coronación de Napoleón I, una tela de seis metros por nueve, hoy colgada en el Louvre, que simboliza cierta síntesis entre el viejo y el nuevo régimen, y viene presidida por la figura de Napoleón -que se coronó a sí mismo- coronando a Josefina. Leticia Bonaparte, que no se llevaba bien con la emperatriz, no asistió a la ceremonia, pero en el cuadro de David aparece sentada, justo en el centro de la escena.
"Nunca se dirá que el rey formulara un deseo sin que yo cumpla mi deber de satisfacerlo", escribe el pintor, que, efectivamente, retocó la obra. El palacio de Malmaison, en Rueil, continuó siendo el domicilio de Josefina hasta su muerte.
http://www.lavanguardia.com/internacional/20140923/54416236036/napoleon-y-josefina-se-casan.html#ixzz3EG3e65GH
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