Del 31 mayo al 22
septiembre
Esta exposición
revisará un período muy concreto de la producción de Ceesepe, centrada
fundamentalmente en el lenguaje del cómic y la viñeta.
Antes de convertirse
en el pintor que extrajo poesía de las malas calles de Madrid, Ceesepe fue un
precoz, tenaz y brillante dibujante de historietas. Su obra en el ámbito del
cómic se desarrolló a lo largo de apenas diez años, pero su influencia y
resonancia no se limitó a ese periodo y, hoy, décadas después, se presenta como
un singular espejo de la vida que siguió a la muerte de Franco y el fin de la
dictadura. No se puede entender ese periodo fundamental de la historia española
sin el revulsivo de lo que se conoce como el «comix» underground. Los tebeos
del Rrollo en Barcelona y la Cascorro Factory en Madrid fueron dos de los focos
principales de un movimiento que aglutinó a jóvenes de diferentes
sensibilidades. Entre ellos, destacó un madrileño que desde la adolescencia
había desarrollado un original instinto para el dibujo.
Ceesepe tenía 16
años cuando editó su primera historieta. La protagonizaba el que sería su
figura más emblemática y transgresora, un calvo melenudo llamado Slober, en la
revista que sería uno de los pocos faros contraculturales de la España de
entonces, Star. Las viñetas viajaron en un sobre desde Madrid a Barcelona y
allí, su destinatario se encontró con un filón y con uno de sus más notables
colaboradores. Ceesepe, que poco después se convertiría en una destacada figura
de lo que se conoce como la movida, actúo de puente entre las dos ciudades
estableciendo un fundamental vínculo entre el Rastro y Las Ramblas, es decir,
entre dos lugares hegemónicos en el nuevo flujo de libertad que surgía en
Madrid y Barcelona. Políticamente incorrecto y contestatario por naturaleza, el
cómic permitía a un principiante como Ceesepe experimentar con el dibujo y
también con sus posibilidades narrativas. Sin embargo, el medio pronto se le
quedó pequeño y la obra de Ceesepe empezó a mutar atraída por las posibilidades
de la pintura. Las viñetas crecieron, el color empezó a conquistar el terreno y
las historietas, cada vez más sofisticadas y trabajadas, se convirtieron en
pequeños cuadros que anunciaban lo que estaba por llegar.
Ceesepe participó en
álbumes históricos, como Nasti de Plasti o Carajillo, y más tarde en El Víbora
y otras publicaciones más profesionales. Pero fue bajo el sello de la Cascorro
Factory —a cuyo núcleo primero, formado por Ceesepe y el fotógrafo Alberto
García-Alix, pronto se sumarían Ouka Leele y El Hortelano— donde publicaría su
obra más importante y fronteriza de esos años, Vicios Modernos, un fanzine
fundamental que incluía la historieta del título, creada a partir de
fotografías de García-Alix, y Bestias de lujo, en la que ya se distingue el
embrión de un nuevo rumbo. Antes de abandonar definitivamente el cómic, Ceesepe
creó la cartelería de la ópera prima de Pedro Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y
otras chicas del montón, y escribió, dibujó y rodó junto con García-Alix una
joya del cine amateur: el mediometraje El día que muera Bombita, cuya colorista
y dramática versión cómic despliega la personalidad del futuro pintor. Los
originales, las fotografías y los cuadernos, muchos de ellos escolares, que se
reúnen en la exposición «Vicios Modernos. Ceesepe 1973-1983» fueron en su
mayoría adquiridos al artista por el Archivo Lafuente. Junto con La Casa
Encendida, el Archivo trabajó mano a mano con el artista en esta exposición
hasta su muerte en septiembre de 2018.
https://www.lacasaencendida.es/exposiciones/vicios-modernos-ceesepe-1973-1983-9543
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