MARÍA PORCEL
El diseñador francés, de paso en España como jurado de un concurso
de jóvenes talentos, celebra su medio siglo en la moda aupado por estrellas
como Madonna o Boy George
Sentarse a hablar con Jean Paul Gaultier es exactamente eso:
sentarse a hablar. Al francés no se le pregunta, ni se le entrevista, solo se
charla con él, se ríe a la par que él y se interviene lo justo en una
conversación que, si no tuviera un tiempo pautado y un par de asistentes
pululando alrededor, podría durar varias horas y cafés. A menudo, el diseñador
se mete tan a fondo en el coloquio —en el que mezcla español e italiano, toques
de francés y algún verbo en inglés— que olvida el origen de todo: "¿Qué
había preguntado? ¿De qué estábamos hablando?". Y, después, ríe.
Con 67 años y a punto de cumplir medio siglo entre telas, el
modisto francés sigue con ganas de más. De crear vestidos, de contar anécdotas
de sus creaciones, sus pasiones y sus amigos, de implicarse en el mundo de la
moda y enseñar a los que vienen detrás. Pasa por España como miembro de honor
del jurado del premio Who's On Next, que desde hace ocho años organiza la
revista Vogue para poner en valor el joven talento español, al que considera
"muy profesional". "La moda joven debe ser creativa, que esté
bien pensada, pero con la mirada en la calle. Que venda. Es un equilibrio
difícil", explica Gaultier.
Es una de las actuales obsesiones del maestro: la viabilidad
comercial. El de la moda no deja de ser un negocio, ¿cómo sostenerlo sin
ingresos? "Es un sistema destructivo, debo decir. Esto no solamente es un
show. Hay que hacer ropa para que se venda", defiende. Él mismo está
inmerso, lo reconoce, en un modelo complicado de mantener. "Se muestran
las prendas sobre las estrellas, que tienen el dinero para pagarlas, pero que
no las pagan porque tienen contratos para llevarlas. Hay un desequilibrio
total. Ellos tienen el tiempo y las situaciones para vestirlas, y el dinero,
¡pero no pagan! ¡No es normal!", argumenta.
Cuando él empezó a hacer ropa, en los años setenta, y cuando se
consagró, en los ochenta y noventa, el modelo no era ese. Él mismo vendía las
prendas a Madonna o Boy George, que eran clientes y, más tarde, amigos.
"Para mí era una recompensa ver mis prendas en sus videoclips. Teníamos
una relación normal, que no contractual. Ahora hay un intermediario, un
estilista, muchas personas por medio", opina. La diva del pop le ayudó a
alcanzar la fama gracias a sus ya míticos corsés de pechos cónicos. Su relación
se ha consolidado a través de los años y las giras: él la ha vestido para el
último Festival de Eurovisión con un diseño que rememoraba a aquellos. Estuvo
en Tel Aviv para dar los retoques finales a un traje que, reconoce, sufrió
bastantes cambios en el proceso. "La admiro, tenemos una relación especial",
afirma sobre la cantante.
El cansancio por tantas terceras personas le ha hecho decantarse
por otro modelo de creación. Hace cinco años decidió cerrar su línea de
prêt-à-porter, la ropa que se encontraba en webs y almacenes, y centrarse en la
alta costura. Una decisión a la que también le llevó el hastío. "Tenemos
demasiado de todo. Demasiada ropa, demasiadas colecciones, ¡demasiadas
películas! En Francia se estrenan cada semana 25. ¡Es imposible!". Él ha
limitado sus apariciones y hasta sus materiales: ha dejado de trabajar con
pieles, una decisión que PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales)
aplaudió. Ni hablar ya de la cuestión de la quema de excedentes en la moda: "Es
escandaloso. Absolutamente escandaloso".
Ahora solo realiza modelos a clientas específicas y por encargo. Es
decir, vuelve a sus orígenes. "El 24 de abril [de 2020] celebraré 50 años
en la moda. ¡El mismo día de mi cumpleaños!", adelanta, con los ojos
brillantes de ilusión. "Lo que yo hacía era algo cerca de lo artesanal. No
fui a la escuela. Mi primera colección la hice sin dinero, y no vendí nada. En
la cuarta había aún menos dinero, porque tenía muchas deudas. Conseguí llevarla
a una tienda de Saint Germain des Prés", recuerda sobre sus inicios en
París, antes de ponerse a trabajar para Pierre Cardin. "Luego llegaron
licencias con Japón, con Italia... Solo en Francia no sé si habría salido
adelante", reconoce.
"Con España tengo una relación particular" reconoce. Su
firma pertenece al grupo catalán Puig desde 2011. "Además de por estar en
Puig, están Pedro Almodóvar o Rossy de Palma. Pasé mis vacaciones de la
infancia en el País Vasco francés, luego bajé a Castilla, luego a Madrid, a
Andalucía...". Parte de su iconografía está inspirada en los símbolos más
clásicamente asociados a la cultura española, como los toros, los lunares, las
vírgenes o los volantes. "Me acuerdo de mi primer traje de luces, lo vi en
Dax. Luego recuerdo mi primera corrida, en Sevilla. ¡Indultaron al primer toro!
Tuve mucha suerte", relata entusiasmado.
Los recuerdos no le ciegan. Tampoco cruzar la línea del medio siglo
trabajando. Además del cabaré autobiográfico que creó el pasado invierno para
el Folies Bergère y que, espera, llegue a España el próximo año, ya está
ideando un nuevo espectáculo para las celebraciones. "¡Un gran show! ¡Una
gran fiesta! Es enorme, 50 años". Y retirarse, ¿no? "¡No, no, no!
¡Nunca! Jamais!", dice, en la mezcla de sus mil idiomas con la eterna
carcajada.
EN BUSCA DEL DEL JOVEN TALENTO 'MADE IN SPAIN'
Después de ocho ediciones peinando el panorama español en busca de
promesas de la moda, el concurso Who's On Next ha elegido a la diseñadora
asturiana Carlota Barrera como talento incipiente de este año. Barrera, que se
dedica a la sastrería masculina y busca internacionalizar su marca, tomó el
pasado jueves el relevo del mediático Palomo Spain, premiado la pasada edición,
y de anteriores ganadores como Juan Vidal, Moisés Nieto, Leandro Cano o Maria
Ké Fisherman, hoy consagrados.
"Aquí se les ofrece una oportunidad de ser libres, y eso es
algo difícil en este momento", reflexiona Gaultier sobre este galardón, de
cuyo jurado ha formado parte, creado por Vogue, patrocinado por el grupo
Inditex y dotado con 100.000 euros. "Quienes se presentan tienen que
demostrar que logran unir creatividad y capacidad de venta", reflexiona el
creador francés.
https://elpais.com/elpais/2019/05/23/estilo/1558623446_053113.html
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