ENTREVISTA ESTRELLA DEL AMERICAN BALLET THEATRE. ROBERTO BOLLE: "TODAVÍA NO ME HA LLEGADO EL MOMENTO DE DIRIGIR"

El bailarín italiano Roberto Bolle, que actúa en el Festival de Peralada. LUCIANO ROMANO

Antes de hablar de la gala, es inevitable preguntarle por el gran tema. Su nombre siempre aparece cuando se habla del próximo director del Ballet del Teatro de La Scala de Milán. ¿Lo ha considerado alguna vez?

Con la marcha de Makhar Vaziez, la compañía me pidió ser el director y creo que lo haré algún día, pero no es el momento. Cuando pare de bailar, dentro de unos años, querré tener tiempo para mí. Después, sí, me encantaría. Amo mi teatro y puedo aportarle toda mi experiencia internacional. Pero no inmediatamente. Puedo ser director cuando tenga 50 o 60, no es necesario tener 40 años. No hay esa limitación de edad.

Por suerte, porque ya hay bastantes imposiciones de edad para ser bailarín.

¡Exacto! ¡Exacto! (risas) Ya tenemos las dificultades ahora... No me gusta hacer muchas cosas a la vez, me parece muy arriesgado. Prefiero centrarme en pocas cosas y dar lo máximo. Admiro a las personas que pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero no es mi caso.

En esa situación está Tamara Rojo, dirigiendo y bailando a la vez ¿Cómo la ve al frente del English National Ballet (ENB)?

La admiro muchísimo por el trabajo maravilloso que está haciendo como directora. Es muy inteligente, una mujer muy lista. Con ella, además, he tenido algunas de las mejores experiencias de mi carrera. En el ENB protagonizamos juntos la creación de Romeo y Julieta, en 1998, siendo muy jóvenes, y hemos bailado muchas veces juntos.

En Peralada presenta un programa con títulos poco vistos en otras galas de danza.

Me gusta ofrecer piezas diferentes y también la mezcla entre los clásicos de Petipa, como Don Quijote o El corsario, con piezas contemporáneas, como las de Forsythe o Wheeldom. Pienso que la diversidad es importante para alcanzar a todo tipo de público.

Y usted baila cuatro, entre ellas, los pasos a dos de 'L'Arlesienne' y de 'Proust o las intermitencias del corazón', muy raros de ver en España.

Quiero que el público me vea en otras facetas interpretativas. Y Roland Petit fue un genio. L'Arlesienne es muy dramática, con un crescendo fuerte porque el personaje que interpreto está loco. Proust... es un paso a dos masculino, un combate entre dos ángeles, uno fuerte y otro débil. Es una obra maestra. Abro la noche con un solo de Massimiliano Volpini, lleno de efectos digitales. Y la cierro con el Grand pas de deux de Christian Spuck, muy divertido, una broma sobre el mundo del ballet. Hacer buena comedia sobre nuestro arte no es muy fácil y por eso me gusta.

Y de los bailarines que ha elegido para acompañarle, ¿qué puede destacar?

Me gusta poner la calidad por delante de los títulos. Algunos no son primeros bailarines, como Timofej Andrijashenko, con quien bailo Proust, pero lo será porque posee mucho talento. Osiel Guneo, por ejemplo, es el mejor del mundo interpretando El corsario, con una técnica extraordinaria y la pareja del Ballet de Dresden, Christian Bauch y Elena Vostrotina, son de los mejores interpretando Forsythe. Qué decir de Anna Tsygankova (Dutch National Ballet), Matthew Golding (Royal Ballet) o Sarah Lane, (American Ballet)... Son estrellas y cada uno es genial en lo que ofrece en la gala.

Cuando los bailarines pasan los 40, como en su caso, surge el tema de la retirada. ¿Le preocupa la edad?

Seguir bailando los clásicos más difíciles, no sé, pero puedo ver gente ahora como Alessandra Ferri que, con 53 años, acaba de regresar al American Ballet a hacer Romeo y Julieta. Para mí, ella es un buen ejemplo de que no hay límites, si te sientes bien y el cuerpo te responde. Por supuesto, requiere mucho sacrificio, no es fácil, pero si trabajas duro, lo consigues. Yo espero hacer lo máximo posible en los próximos años.

Como imagen que ha sido de diseñadores, ¿piensa que entrar en el universo de la moda ayuda a promocionar la danza?

Son mundos muy cercanos y trabajan juntos de forma fácil, además de que ayuda a abrir el ballet a más personas. El año pasado hice un evento con Dolce & Gabbana en la Scala y muchos diseñadores también colaboran con el ballet. Me gusta el mundo de la moda porque es muy bello y lleno de glamour, como el ballet clásico. Siendo italiano, he crecido oyendo los nombres de Giorgio Armani o Gianfranco Ferré y me es muy natural.

Les une, además, la glorificación del cuerpo y siempre se ha dicho que los de los bailarines son los más bellos...

Sí, absolutamente. Porque no se trabaja con peso, sino de forma armónica y nuestras proporciones son equilibradas. Eso sí, ¡Siempre con mucha dedicación y trabajo!

El discreto encanto de lo perfecto

Roberto Bolle (Casale Monferrato, 1975) es un príncipe del ballet, de ello dio fe el director Robert Wilson cuando creó Perchance to Dream, una video instalación con 30 pantallas donde figuraba en posturas escultóricas, pero siempre busca nuevos retos. No se conforma con ser la primera figura del American Ballet Theatre y étoile del Ballet del Teatro de La Scala de Milán o inspirar a Dolce & Gabbana . Con esta función en Peralada de la gala Bolle & Friends, concluye en nuestro país su gira, que lo ha llevado desde el Festival de Spoleto a las Termas de Caracalla. Junto a él, ocho bailarines, con nombres consagrados como Matthew Golding, Anna Tsyngakova o Sarah Lane, junto a jóvenes que ya están dando mucho que hablar.

http://www.elmundo.es/cultura/2016/07/28/5798f0cc268e3e55308b45e3.html

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