21 noviembre, 2018 – 22
abril, 2019 / Edificio Sabatini, Planta 1
Pablo Picasso, L'Enfant aux
colombes, 1943. © RMN-Grand Palais (Musée national Picasso-Paris) / Mathieu
Rabeau © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP,
La exposición explora la
contribución de los artistas extranjeros que después de la Segunda Guerra Mundial
trabajaron en París, ciudad que conservaba todavía cierta aura vinculada a su
mítica encarnación moderna como Ciudad de la Luz en el siglo XIX. Por aquel
entonces, la capital francesa intentaba, mientras se reconstruía política,
social y económicamente tras la contienda, modernizar la vieja imagen de la
École de Paris [Escuela de París], que siempre había contado con la
contribución de artistas extranjeros para el desarrollo de un discurso moderno.
Bajo su prisma, París se consideraba un lugar de libertad donde las
personalidades y las identidades individuales estaban permitidas, se fomentaban
y al mismo tiempo se medían meticulosamente de acuerdo con una especie de
comedimiento cartesiano.
Esta extensa muestra
colectiva da cuenta de la vitalidad y la vivacidad del ambiente artístico en
toda su complejidad, presentando las distintas tendencias creativas que
surgieron en la ciudad dentro y fuera de la Escuela de París, en una época de
intensos debates políticos que tenían como telón de fondo el nuevo escenario
global abierto por la Guerra Fría. Desde diversos ámbitos artísticos, como la
pintura, la escultura, el jazz, la literatura o el cine, los artistas
extranjeros hicieron frente a la creciente escalada de tensión y aportaron
planteamientos y esperanzas propias al entorno parisino, en un intento de
conectar con la tradición de la modernidad internacional sin perder por
completo su identidad cultural específica.
Esta pluralidad de
apuestas, enfoques y medios queda recogida en la exposición, donde es posible
redescubrir y poner en diálogo muchas obras que han sido a menudo olvidadas por
buena parte de la Historia del Arte. Gracias a la organización cronológica de
las salas, pueden apreciarse los cambios en los discursos y las respuestas de
los artistas a las modas parisinas o a las presiones políticas, así como las
variaciones en la composición de este entorno cultural en función de los
acontecimientos históricos. Por ejemplo, los artistas estadounidenses llegaron
en tropel a París a finales de los años cuarenta y durante los cincuenta por
dos motivos principales. Uno era la carta de derechos de los veteranos, la ley
que financió los estudios de los excombatientes de la Segunda Guerra Mundial en
reconocidas escuelas de arte como los talleres de Fernand Léger y André Lhote o
la Académie Julian y la Grande Chaumière; el otro era la presión para dejar
atrás un país reaccionario y con frecuencia racista controlado por las
políticas represivas del influyente senador Joseph McCarthy. Otros, entre ellos
un nutrido grupo de artistas latinoamericanos, llegaron animados por las becas
y ayudas del gobierno francés buscando mejorar sus expectativas profesionales
en el que, como se apuntaba, continuaba siendo un lugar de referencia y
estímulo para el arte moderno, con un clima favorable a la experimentación y al
debate no solo artístico, sino también político.
https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/paris-pese-todo
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