LOS SECRETOS DE LAS MOMIAS
DE MADRID
La última tecnología
tomográfica ha permitido realizar una "autopsia virtual" a las cuatro
momias del Museo Arqueológico Nacional y descubrir que Nespamedu era sacerdote
y médico del faraón
Llegaron a Madrid a finales
del siglo XIX y principios del XX. Hace justo un año salieron una madrugada de
las vitrinas del Museo Arqueológico Nacional (MAN) donde reposaban y ahora han
desvelado sus secretos. El MAN conserva cuatro momias, tres egipcias y una
guanche, que se han sometido a un completo estudio tomográfico que ha permitido
descubrir, gracias a los escáneres tomados en el Hospital Universitario Quirón
Salud de Madrid, que en la salas del museo descansa un personaje ilustre:
Nespamedu, un sacerdote y medicó del faraón del periodo ptolemaico.
Esta momia, la más valiosa
de las que conserva el MAN, llegó directamente del Museo de El Cario en 1925
donada por Ignacio Bauer. Inicialmente fue identificada como una mujer pero
ahora las nuevas pruebas y el estudio de los cartonajes dorados cubiertos de
inscripciones e imágenes religiosas que estaban ocultos entre las vendas ha
permitido saber que Nespamedu fue un sacedorte de Imhotep y médico del faraón
que ejerció su profesión en Saqqara o Alejandría. Los estudios radiológicos han
posibilitado una "autopsia virtual y una reconstrucción de estos
personajes del pasado", en palabras de la doctora Vadillo.
Reconstrucción facil de
Nespamedu (QuirónSalud/MAN)
Nespamedu es la estrella de
las momias que se conservan en España. "Desde el primer momento nos dimos
cuenta de que estábamos ante una persona muy importante porque los vendajes
eran muy cuidadosos", ha asegurado el doctor Martínez, jefe del
departamento de Diagnóstico por Imagen del QuirónSalud. En su estudio han
descubierto que tenía alrededor de 50 años cuando murió, pero la verdadera
sorpresa ha llegado al poder ver qué había entre las vendas. Allí han aparecido
nueve adornos como collares, brazaletes, pulseras y hasta 16 amueltos o placas
de cartonaje que han sido identificados como dos juegos de placas de los cuatro
hijos de Horus (los protectores de las vísceras); otras dos del dios Thot; dos
de las diosas Isis y Nefyts en actitud plañidera; dos ojos de Horus; un amuleto
de corazón y, lo más llamativo, una diadema con escarabeo alado invertido
(símbolo de la resurrección) sobre la frente y una sandalias. Tanto la
momificación como la profusión y símbolos de estos amuletos, ha añadido,
"indican que estamos ante una persona de alto rango social, no solo un
sacerdote sino probablemente un médico del faraón".
De hecho, Carmen Pérez Die,
jefa del Departamento de Antiguo Egipto y Oriente Próximo del museo, ha
destacado que en los cartonajes se puede leer su nombre, el de sus padres y sus
títulos: "médico del faraón" y "servidor de Imhotep el grande,
hijo de Path", es decir sacerdote seguidor de Imhotep, un sabio que
construyó la pirámide invertida de Saqqarah y que fue, posteriormente,
divinizado y seguido como dios de la Medicina. "Es un médico real que,
según las inscripciones, ejerció su labor en este templo", ha aseverado.
De ahí que todos los adornos que eligió para su camino ante Osiris "están
relacionados con su mundo personal, su profesión y su estancia".
Reconstrucción
tridimensional de la momia de la mujer joven (QuirónSalud/MAN)
Reconstrucción
tridimensional de la momia de la mujer joven (QuirónSalud/MAN)
"Nos ha sorprendido el
buen estado de conservación. Solo esperábamos encontrar los huesos, pero hemos
encontrado también tejido blando que nos ha permitido recrear sus
rostros", ha afirmado la doctora Vadillo. De hecho, tanto los médicos como
los arqueólogos han destacado que su embalsamamiento fue hecho con esmero dada
su enorme complejidad porque se realizó con tres tipos de vendajes y resinas
para compactarlas y posibilitar una mejor conservación. "Es una auténtica
obra de arte", ha dicho gráficamente el doctor Carrascoso. "Un
momento muy especial fue poder ver el rostro de una momia momificada hace más
de 2.000 años", ha agregado. Este año de trabajo desde que esa madrugada
del 5 al 6 de junio del año pasado cuando se llevaron con extremo cuidado,
incluso calculando las rutas con menos baches, desde el museo hasta el hospital
para tomar estas más de 2.000 imágenes ha permitido además reconstruir de forma
tridimensional las caras de estas momias.
La momia guanche mejor
conservada
Asimismo, los nuevos
análisis (que se suman a los radiológicos hechos en 1978) también han revelado
que las otras dos momias egipcias del museo son de dos mujeres. La primera de
ellas, que llegó al centro en 1887, es de una mujer joven de entre 20 y 35 años
del Tercer Periodo Intermedio entre los siglos IX y VII a.C. y no un joven
sacerdote como se pensó inicialmente. Las pruebas muestran una momificación más
'estándar' respecto a la de Nespamedu, que había estado embarazada o sus
problemas dentales. La otra momia femenina, que fue donada el mismo año por el
entonces director del Museo Real de Alejandría, es de una mujer de alrededor de
40 años de la época ptolemaica con artrosis y una pésima salud bucodental así
como restos del corazón, porque los antiguos egipcios conservaban el corazón
dentro de las momias porque para ellos era el órgano donde residía el
pensamiento y los sentimientos.
Realización de pruebas a la
momia guanche (QuirónSalud/MAN)
Realización de pruebas a la
momia guanche (QuirónSalud/MAN)
Por último, la momia
guanche, definida tanto por los médicos como por los arqueólogos como una de
las mejor conservadas de las pocas existentes de este tipo, procede de una
cueva funeraria del Barranco de Herques, en Tenerife. Llegó a Madrid en 1764 y
los nuevos análisis han revelado que los guanches no evisceraban (no extraían
las vísceras) en el proceso de embalsamamiento de sus muertos a diferencia de
los egipcios. "Fue muy impactante tener a esta momia sobre el escáner sin
ningún tipo de vendaje", afirma el doctor Martínez.
Esta particular momia
canaria conserva todos sus órganos así como una dentadura perfecta, algo que,
en opinión de Teresa Gómez, jefa de Conservación del MAN, pone de manifiesto su
dieta baja en azúcares, carne de cabra, oveja y aves y, sorprendentemente,
carente de pescado a pesar de vivir en una isla. Según ha explicado Gómez, este
tipo de momias se ungían con materiales orgánicos e inorgánicos de altas
propiedades absorbentes para deshidratar y desecar el cadáver así como con
plantas aromáticas; después se secaban al sol y se enfardaban (o enzurronaban)
con pieles, normalmente de cabra. "Ha sido muy importante ver su estado de
conservación porque no sabíamos cómo estaba por dentro", ha manifestado.
De hecho, lo más importante de este estudio ha sido descubrir que
"conserva todos sus órganos". Son los secretos que durante miles de
años llevan esperando a ser descubiertos entre las vendas o la piel de tan
ilustres personajes.
http://www.elconfidencial.com/cultura/2017-06-14/momias-arqueologico-nespamedu-egipto_1398874/
No hay comentarios:
Publicar un comentario