Orquesta y Coro
Nacionales de España. Miguel Ángel Gómez Martínez, dirección. Gautier Capuçon,
violonchelo. Auditorio Nacional de Música de Madrid. Sala Sinfónica.
Jueves 9 de octubre de 2014.
Programa
Maurice Ravel
(1875-1937): Alborada del Gracioso
Camille Saint- Saëns
(1835-1921): Concierto para violonchelo y orquesta número 1, en la menor, opus
33.
Jesús Guridi
(1886-1961): Diez Melodías Vascas
Manuel de Falla
(1876-1946): El Sombrero de tres picos. Suites número 1 y 2.
Fue una noche
deliciosa, redonda, la que se eligió para conmemorar este deseo y este proyecto
que relata ahora las influencias musicales entre España y Francia, completando
así los vínculos que nos unen con la cultura, la historia y las tradiciones del
país de Molière.
La Asociación de
Diálogo, de Amistad Hispano-Francesa que convoca y patrocina entre otros
sponsors esta velada, tiene como
objetivo acercar las realidades de España y Francia, para lo que promueve
actividades empresariales, culturales, universitarias, científicas e
informativas.
En el ámbito
artístico, ya desde el siglo XVI y especialmente durante el XVII, los matrimonios reales provocan una simetría
en la música de ambos países, que, desde el siglo XIX y comienzos del XX, se encuentra con
compositores franceses que han recibido influencias de la música española
(Bizet, Lalo, Ravel, Debussy, entre otros) y con artistas españoles que las han
incorporado ya.
Compositores como
Falla, Albéniz o Turina tienen mucho que agradecer al apoyo de los grandes músicos franceses y sus
mecenas.
En la elección de la
Alborada del gracioso de Ravel, se pone de manifiesto la influencia que ejerce
la tradición musical hispánica, aunque el Concierto para violonchelo que bordó Gautier
Capuçon con la orquesta dirigida por el maestro Miguel Ángel Gómez Martínez,
posee unos ribetes galos, con la pátina de la música francesa del siglo XIX,
destacando el virtuosismo ejercido para el instrumento solista y la
magnificencia de una espléndida orquesta como acompañante.
Las Diez melodías
vascas de Guridi evocan una tradición fronteriza, la del País vasco español y
francés, con una preponderancia del folklore que el compositor sabe exaltar a
la perfección. Se trata de partituras fogosas, brillantes, llenas de energía.
Las Suites del
Sombrero de tres picos de Manuel de Falla son obras poderosamente difundidas y
muy estudiadas.” La primera está construida con madera a dos, solo dos trompas
y dos trompetas y una pequeña percusión. Los dos primeros números de la segunda
ya tienen cuatro trompas y un corno inglés añadido a la madera que conducen
hacia una apoteosis final de gran brillantez sonora”, como destaca el propio
director Gómez Martínez con sus propias palabras en un cuidado programa de mano.
La Orquesta y Coro Nacionales
de España, tiene más de setenta años de historia y comienza una nueva andadura
con el nombramiento del maestro David Afkham. Habiendo colaborado con los
mejores directores de orquesta y solistas del siglo XX y continúa, esta
institución trabaja de forma activa en la creación y desarrollo de nuevos
públicos, a través de un planteamiento innovador que promueve el acercamiento a
potenciales aficionados a la música al derribar las barreras que impiden el
disfrute de nuevas experiencias musicales.
No solo director de
orquesta, sino también compositor, Miguel Ángel Gómez Martínez tiene una
trayectoria pletórica de éxitos y logros. Ha dirigido a las figuras más
emblemáticas de la lírica española e internacional y habría que destacar que es
una verdadera lástima que no dirija más a menudo en nuestro país y en Madrid.
Tiene una musicalidad,
un gusto y una profesionalidad para
hacerse cargo de la orquesta, que hace que ésta perciba una autoridad y un
conocimiento que se trasfunde por las obras con mano de seda. Y alegría sobre
todo. La constelación del maestro Miguel Ángel Gómez Martínez parece
entrelazarse con el “savoir faire” secular y una enorme cuota disponible de entusiasmo.
¡Qué se puede decir de
Gautier Capuçon, de ilustre familia de músicos! Toca un violonchelo Matteo
Goffriler de 1701 al que le saca un sonido fantástico.
Concentrado pero
relajado, pendiente de los músicos del entorno y las indicaciones del director,
su ejecución en el Concierto de Saint-Saëns es pulcra y apasionada, con la
contención necesaria cuando la partitura lo requiere. Nos dejó como propina El canto de los pájaros, nostálgica y emocionante.
Hermano de otro grande
de las cuerdas, Renaud, es un entusiasta también de la música de cámara y
colabora con directores de la talla de Gergiev, Dudamel o Bychkov y solistas
como Marta Argerich, Nicholas Angelich o su propio hermano. Viaja por todo el
mundo con un repertorio amplio y rico y le encantó recibir al público del
Auditorio la noche del concierto para intercambiar unas palabras y firmar
autógrafos después del concierto. ¡Una delicia!
Es de esperar que
ocasiones y propuestas como ésta de hermanamiento, de cultura y visión
geopolítica, en estas circunstancias utilizando a la música como traductora
universal de emociones e historias, puedan repetirse con el éxito que alcanzó
la noche del jueves 9 de octubre. Un logro y un éxito merecido para agradecer y
recordar.
Alicia
Perris
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