domingo, 26 de octubre de 2014

SALTO LITERARIO PARA JOANN SFAR . EL DIBUJANTE Y CINEASTA FRANCÉS PUBLICA SU PRIMERA NOVELA, EL ETERNO, FIEL A SU APLAUDIDO IMAGINARIO FANTÁSTICO.



Clara Laguna


El sexo y la violencia están muy presentes en la novela de Joann Sfar.
Foto: Cordon Press
 Considerado uno de los impulsores de la nouvelle vague del cómic francés, Joann Sfar (Niza, 1971) es un humanista. Formado en Filosofía y Bellas Artes, fue aclamado por las series El gato del rabino –que llevó al cine– y La Mazmorra, y en 2010 dirigió el biopic Gainsbourg (vida de un héroe). En pleno rodaje de La dame dans l’auto avec des lunettes et un fusil (una adaptación de la historia policiaca de Sébastien Japrisot), nos habla de su primera novela adulta, El eterno (Reservoir Books), que trata sobre un violinista judío que se transforma en vampiro en la Primera Guerra Mundial.
¿Por qué un libro esta vez?
Hablo de alguien que no sabe en qué se ha convertido. Yo quería ver a través de sus ojos, pero no con imágenes claras, sino describiendo experiencias.
¿A quién va dirigido?
A los amantes del humor negro y las historias sobrenaturales. Tiene algo a medio camino entre Woody Allen y Tim Burton: monstruos, personajes con ansiedad… Es muy divertida, aunque oscura.
Divertida sí es, pero ¿optimista?
No, aunque tampoco nihilista. Siempre pongo un toque de romanticismo y esperanza.
El judaísmo es un tema recurrente en su obra. ¿Por qué le inspira?
Siempre he proclamado no ser creyente, pero mi padre murió hace dos meses y me encontré a mí mismo rezando. Es un misterio que aún no he resuelto, quizá por eso está siempre presente. Provengo de una familia judía, pero creo que todas las religiones comparten similares cuestiones. Si hay alguien ahí, qué hacemos con el ritual… Rezar lo es, escribir o dibujar también. Si crees que el mundo tiene sentido, haces todo eso. Si no crees en nada, te sientas delante de la tele y duermes.
Algunos de sus personajes son misóginos.
Conozco a muchos machistas y me parece interesante describirlos. Eso no significa que esté de acuerdo con lo que hacen. Y no pienso en crear hombres o mujeres, lo que busco es sorprender al lector.
¿Tenía en mente algún personaje femenino concreto al escribir?
Varios. Hay uno muy interesante. El vampiro y la víctima tienen un conflicto con el hecho de crecer y decidir. Él se ve obligado a morder. Ella no hizo nada malo, solo es la víctima. Tal vez es una crítica a cierto tipo de relaciones.

http://smoda.elpais.com/articulos/salto-literario-para-joann-sfar/5469

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