VIVICA GENAUX, Mezzosoprano
y THIBAULT NOALLY, dirección musical y violín de Les Musiciens du Louvre. Obras
de Nicola Porpora, Riccardo Broschi, Geminiano Giacomelli, Johann Adolph Hasse,
Pietro Torri y Antonio Vivaldi. Martes, 9 de abril de 2019, 20:00 horas
Programa, en dos partes con pausa
NICOLA PORPORA
Sinfonía de Agrippina
PIETRO TORRI
Aria de Nicomedes: «Vo' che
in mezzo del furore», de Nicomede
N. PORPORA
«Oh volesser gli Dei…
Dolci, fresche aurette grate» de Polifemo
ANTONIO VIVALDI
Concierto para 2 violas y
violonchelo en sol menor, RV 578a
N. PORPORA
«Il piè s’allontana», de
Angelica e Medoro
RICCARDO BROSCHI
«Qual guerriero in campo
armato», de Idaspe
GEMINIANO GIACOMELLI
«Sposa… non mi conosci», de
Merope
N. PORPORA
«Come nave in ria
tempesta», de Semiramide, regina dell’Assiria
JOHANN ADOLPH HASSE
Fuga y Grave en sol menor
N. PORPORA
«Alto Giove», de Polifemo
R. BROSCHI
«Son qual nave ch’agitata»,
de Artaserse
La petite histoire
Según cuentan las
crónicas al uso, Farinelli, el famoso castrato, a quien se conmemora con el
concierto de Les Musiciens du Louvre y Vivica Genaux, en el teatro de La Zarzuela de Madrid, partió
para España en 1737, pasando por Francia, donde cantó ante el rey Luis XV. En
España, donde sólo tenía planeado quedarse unos meses, se instaló casi 25 años.
La reina utilizaba
su canto en sentido terapéutico, para curar al Rey Felipe V, el primer Borbón y
descendiente de Luis XIV de su depresión melancólica y sus famosas jaquecas. A
cambio, el monarca no sólo acabaría dándole poder, sino el cargo de primer
ministro. Farinelli era un hombre de mundo y sabio, como para usar esos
privilegios con discreción. Enamorado de una aristócrata de la cual no se sabe
el nombre completo, solo sus iniciales: S.I.L. residió en un palacio que mandó
construir en Aranjuez.
Durante veinte años
o más, cada noche, cantaba las mismas canciones al rey. Farinelli fue nombrado
director del Coliseo del Buen Retiro, en Madrid, y Aranjuez, y la mayoría de
las obras que montó tenían textos de Pietro Metastasio. Obtuvo el rango de
caballero en 1750 y fue condecorado con la Cruz de Calatrava. Utilizó su poder
en la corte para persuadir a Fernando VI para que instaurara la ópera italiana.
También dirigió el Colegio Real de Santa Bárbara de Niños Músicos, popularmente
conocido como «Casa de los Capones», en la calle de
Leganitos de Madrid, donde también vivía Domenico Scarlatti, otro músico
italiano instalado en España.
Con la llegada de
Carlos III a Madrid para ser rey, Farinelli se retiró en 1760 a Bolonia con la
fortuna que amasó y allí pasó el resto de sus días con Metastasio hasta su
fallecimiento, pocos meses después que él. Se podría decir que terminó rico,
acumulando obsequios de la realeza y
valiosos instrumentos musicales, como un violín Stradivarius y un clave,
construido por Diego Fernández, que le regaló Bárbara de Braganza, la consorte
real y al que le dio el nombre de “Correggio”.
No sólo cantó
Farinelli, sino que también tocó instrumentos musicales con teclado y la viola
d'amore. En ocasiones compuso, escribió el texto y la música de un adiós a
Londres y un aria para Fernando VI, así como sonatas para órganos.
Una película ya
legendaria, puso de moda a los castrati e incluso al repertorio barroco, algo
abandonado por entonces. Fue dirigida por el artista belga Gérard Corbiau, conocido
por sus dramas musicales, la melancólica y deliciosa Le maître de musique (1987)
(un tratado sobre la adolescencia y el aprendizaje del canto y sobre todo, la
relación discípulo-maestro y Le roi danse (2000). Por Farinelli, recibió varias
nominaciones a los Oscar como mejor película de habla no inglesa. Actualmente
vive en Bruselas, inmerso en varios proyectos.
Farinelli es una
película biográfica interpretada con libertad sobre la vida y la carrera del
cantante de ópera italiano Carlo Broschi, conocido como Farinelli, considerado
uno de los cantantes castrato más famoso de todos los tiempos. Está protagonizada
por Stefano Dionisi, La voz de Dionisi interpretando a Farinelli, se consiguió
gracias a la mezcla digital de las voces de Ewa Malas-Godlewska, una soprano de
origen polaco, y Derek Lee Ragin un contratenor estadounidense, con el objetivo
de recrear una voz auténtica de castrato.
El director musical
de la cinta fue el clavecinista francés Christophe Rousset. La grabación
musical fue en hecha en la sala de conciertos de El Arsenal en Metz, con la
orquesta Les Talens Lyriques. Entre los actores principales de esta cinta, Stefano
Dionisi como Carlo María Broschi (Farinelli), el siciliano Enrico Lo Verso como
---Riccardo Broschi---y Elsa Zylberstein como Alexandra Harris (Esposa de
Farinelli).
Como bien explica el
especialista José María Domínguez, “Las arias (estas que se escucharon en La
Zarzuela también) desde el punto de vista musical, presentan una paradoja.
Todas son iguales en su forma, el famoso da capo y suelen tener el mismo
principio formal: basadas en un breve poema de dos estrofas, la música de la
primera parte, se repite después de haberse cantado la segunda, dando lugar así
a una estructura musical tripartita. De esta forma, existe la posibilidad de
que el cantante improvise ornamentos vocales durante la repetición del
comienzo”.
El concierto en La Zarzuela: Memoria de Farinelli
Vivica Genaux
(Fairbanks, Alaska, 10 de julio de 1969) es una mezzosoprano norteamericana..
Ha cantado en óperas como El Barbero de Sevilla en la Ópera Metropolitana de
Nueva York, La Italiana en Argel en la Ópera Nacional de París y La Cenerentola
en la Ópera de Dallas y en la Bayerische Staatsoper.
Empezó sus estudios
vocales de joven con la soprano dramática norteamericana Dorothy Dow. Después
estudió con Nicola Rossi-Lemeni y con Virginia Zeani en la Universidad de Indiana
en Bloomington y, más tarde, estudió con Claudia Pinza (hija del bajo Ezio
Pinza). Su mentor, es el director René Jacobs, aunque también recuerda con
afecto a Gustavo Tambascio, colaborador habitual en el teatro de La Zarzuela.
Patricia Godes dice
de su forma de cantar: "Su vitalidad y su técnica le permiten enfrentarse
a los trinos y florituras más complicados y difíciles de la tradición más
extrema del bel canto como si fueran un mero pasatiempo para su garganta de
mezzosoprano superdotada. El placer de escucharle subir y bajar escalas,
repiquetear, trinar y gorjear es casi físico."
El repertorio
escogido por Genaux es un auténtico desafío, que ella gestualizó con honradez
al final de algunas de las arias más exigentes y conocidas del repertorio de
“Farina”. Está claro que tiene escuela, una excelente técnica y fiato, aunque a
veces el vibrato sobresalga demasiado y el trabajo de la máscara, someta a sus
prestaciones a un esfuerzo descomunal.
La dicción italiana
es mejorable, excelente en la rueda de prensa, pero evidentemente supeditada
durante el recital, al esfuerzo ímprobo de la coloratura y las agilidades, que
no dejan tiempo ni para pensar.
Nada parece sin
embargo arredrarla y surfea con solidez en unas partituras que transitaron o
revisitan monumentos musicales como Philippe Jaroussky (contratenor) o Cecilia
Bartoli (también mezzo), por citar a dos
casos muy excepcionales de potencia y saber hacer y cantar, dos estudiosos
además de la música del tiempo de los castrati y otras épocas.
Sin embargo, la
mezzo norteamericana es muy musical y conoce lo que canta. El vínculo con el
director y violinista de Les Musiciens de la noche, se deslizó con fluidez,
menos con los músicos del conjunto fundado por Marc Minkowski en 1982, dedicado
en exclusiva a la tradición barroca, que tocaron por momentos con falta de
pasión y un compromiso mayor. Vinieron doce para la velada de La Zarzuela, pero
el conjunto sonó más que digno. Y tocaron muy bien las obras instrumentales que
dieron un respiro a la cantante.
Éxito de público,
entregado y feliz, aforo atestado, el director musical de La Zarzuela, Daniel
Bianco, habitó con elegancia y galanura su palco, invistiendo a la velada con
más peso y reconocimiento si cabe.
Finalmente la mezzo
estadounidense regaló dos encore: «Giusti Cieli», un aria de la ópera
L’innocenza giustificata, del compositor italiano Giuseppe Maria Orlandini
(1676-1760) de gran fuste y exigencia y la muy frecuentada y conocida «Agitata
da due venti», de la ópera Griselda de Vivaldi, para un amiga presente en el
teatro, que (dijo Genaux aproximadamente), “piensa que si no canta esa pieza, no hay
concierto”. Un disfrute.
Alicia Perris
Foto del concierto: Julio Serrano
Foto del concierto: Julio Serrano
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