Un estudio muestra por primera vez cómo se comunican para
coordinarse en beneficio mutuo
"Tras muchos años estudiando la cooperación en chimpancés
hemos observado muy poca comunicación entre ellos, y se sabe muy poco sobre
cómo se comunican en contextos cooperativos en libertad, por ejemplo cuando
cazan", explica la primatóloga Alicia Pérez Melis. Este vacío sobre cómo
se hablan los chimpancés entre ellos contrasta con la cooperación en humanos,
que ya que desde muy pequeños usan gestos y señales que intentan propiciar actividades
conjuntas indicando al compañero qué hacer. ¿Cómo es esta comunicación entre
chimpancés cuando tienen que colaborar entre ellos con un objetivo que
beneficie a ambos? ¿Hacen gestos señalando objetos, hacen indicaciones con la
mirada?
Gracias a un estudio publicado por Melis esta semana ya sabemos que
son capaces transmitir instrucciones concretas a otro compañero para llevar a
cabo un plan conjunto. Melis, de la Universidad de Warwick, y su colega Michael
Tomasello, de la de Duke, diseñaron hace seis años una "caja de
colaboración", un mecanismo que obliga a coordinarse a dos chimpancés
separados por unos barrotes para alcanzar juntos el premio y con el que han
estado trabajando desde entonces.
Dos chimpancés están a cada lado de unos barrotes y tienen que
colaborar, cada uno con una herramienta apropiada, para conseguir unas uvas
metidas en esta caja. Ellos saben cómo funciona el mecanismo, pero Melis añadió
una complicación para que tuvieran que comunicarse previamente para colaborar.
Uno de los chimpancés tiene en su celda dos cajitas opacas y solo en una de
ellas están las herramientas. El otro chimpancé tiene la llave que abre estas
cajitas y sabe en cuál de las dos están estas herramientas. Es decir, debe
darle la llave e indicarle en cuál usarla para cogerlas.
Ocho de los diez chimpancés empleados en la prueba comunicaron
repetidamente la ubicación de las herramientas a sus socios. "El resultado
fue una forma fructífera de colaboración compleja que incluyó la transferencia
exitosa de información entre socios", apunta el estudio, que publican en
Proceedings of the Royal Society B. "Este es el primer estudio que muestra
parejas de chimpancés que desarrollan espontáneamente, sin medios comunicativos
artificiales, una estrategia comunicativa exitosa para garantizar la
coordinación en una tarea de colaboración", concluyen Melis y Tomasello.
Hasta ahora se ha logrado que los chimpancés se comuniquen invirtiendo mucho
tiempo en entrenamiento y con sistemas de apoyo, pero no de forma natural, como
sucedió en este caso.
Diseño esquemático de cómo funciona el experimento con la caja de
colaboración (collaboration box) en los barrotes que comparten ambos
chimpancés. MELIS ET AL.
"Es importante porque demuestra que tienen capacidades para
colaborar y garantizar la coordinación entre ellos cuando tienen un objetivo
común, más allá de simplemente haber aprendido a realizar una acción
determinada y complementaria a la del compañero", resume la científica. Y
añade: "Son capaces de desarrollar una estrategia comunicativa".
Precisamente, Melis y Tomasello argumentan en otro artículo que el desarrollo
humano de motivaciones altruistas y capacidades comunicativas podría haber
surgido en contextos colaborativos de este tipo, de interdependencia entre
congéneres. Los humanos primigenios, como los chimpancés en este experimento,
sabían que merecía la pena colaborar y desarrollaron estrategias para hacerlo
mejor, comunicándose. "Estos resultados indican que los chimpancés tienen
más conocimiento del que pensábamos sobre lo que conlleva colaborar",
señala Melis, "y cómo las dos acciones y los dos roles son necesarios para
poder obtener ese objetivo final".
"Estos resultados indican que los chimpancés tienen más
conocimiento del que pensábamos sobre lo que conlleva colaborar", señala
Melis
"Creemos que en este estudio entendieron el contexto y la
intención del compañero de encontrar las herramientas e indicar su
localización", asegura Melis. "Podían ver como el compañero se
dirigía de manera intencionada a una de las cajas y ofrecía ahí la llave",
explica la primatóloga de Warwick. Además, este comportamiento del chimpancé en
el papel de comunicador suele ir acompañado de miradas de interés hacia la
caja, indicando con sus ojos que ahí está la clave.
Esto es interesante porque en una fase previa del experimento, como
se muestra en el vídeo, era la propia Melis la que indicaba a los chimpancés la
ubicación de las herramientas con su dedo índice, llamándolos por su nombre y
haciendo gruñidos indicativos de comida. Los chimpancés no hacen eso, no usan
el índice para señalar algo de interés como los humanos, pero en este caso lo
entendieron en la mayoría de las ocasiones, optando por la cajita correcta.
"Es muy interesante que los chimpancés de este estudio hayan
comprendido la forma de señalar de los humanos, porque en muchos otros estudios
no parecían hacer caso o entender la intención comunicativa del gesto",
afirma Melis. Como explica la primatóloga, señalar ayuda mucho a los humanos en
la comunicación no verbal, ya que permite referirnos a entidades externas que
no tenemos a nuestro alcance. Como los chimpancés podían acercarse a las cajas
para indicar la correcta, escogieron esa estrategia comunicativa: pegarse a la
cajita buena, mirándola, y entregando allí la llave. "No sabemos si los
chimpancés podrían encontrar una manera de referirse a una de la cajas si no
pudieran acercarse: podrían mirar a la caja, pero ¿sería suficiente para ser
interpretado como una indicación?", se pregunta.
https://elpais.com/elpais/2019/04/22/ciencia/1555925066_155810.html
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