Ryan Gosling protagoniza la
continuación de una película icónica de la cultura. “He tenido que procesar la
idea de formar parte de algo inmenso”, afirma.
Ya no queda nada sagrado en
el cine. De todo se pueden hacer remakes, segundas partes, nuevas adaptaciones,
reboots, spin offs y cualquier palabro que se le ocurra a Hollywood. Si hasta
de Casablanca se rodó una versión futurista con Pamela Anderson (Barb Wire),
era plausible que hubiera una continuación de Blade Runner, una vez acabados
los distintos lanzamientos comerciales de su versión sin voz en off, del
montaje del director, de... "Bueno, yo llevo preparándome toda la
vida", confiesa Ryan Gosling (London, Ontario, 1980).
"La película se
estrenó cuando yo tenía dos años. E influyó en la cultura en la que yo crecí.
La vi a los 12 años y me dejó impactado. Se convirtió en parte de mí, porque
con 20 años me hice preguntas sobre el futuro que están en Blade Runner. Me
mudé a Los Ángeles, me convertí en actor y viví en el Downtown, muy cerca del
edificio Bradbury. Un día me entrevisté con Ridley Scott, que me adelantó
partes de la historia por si me interesaba, y mientras procesaba el concepto de
formar parte de algo inmenso, ya estaba en Budapest rodando junto a Harrison
Ford". A Gosling le ha tocado heredar en Blade Runner 2049, dirigida por
Denis Villeneuve, el detective protagonista de la película, el oficial K, muy
similar en vestimenta, soledad y melancolía al mítico Rick Deckard, que vuelve
a la pantalla porque en este siglo XXI a Ford
-presente también en la promoción en Madrid del filme junto a Ana de
Armas- le gusta recuperar sus personajes.
¿Cómo fue leer la
continuación de un título de culto? "En mi caso todo depende de la
conexión con el libreto. La primera vez que leí el guion de Blade Runner 2049
me perdí en la historia, me sumergí atrapado por la inmensa apuesta visual y a
la vez íntima reflexión sobre la vida de unos personajes complejos". ¿Le
pasa habitualmente? "Busco trabajar con directores ambiciosos, que me
dejen colaborar en sus visiones cinematográficas". Ya, pero como contaba
su película anterior, La La Land, todo eso es muy bonito, y todo actor lo
busca. Ahora bien, si no hay suerte...
Por primera vez, Gosling se ríe: "Lo sé, lo sé. Es verdad. Lo que hago es
sentir que conecto con el guion, con el director, entender lo que estás
haciendo, sentir las emociones de tu personaje. Luego ya...".
EL ACTOR QUE NO ENCARNA
SUPERHÉROES
Ryan Gosling, como todos,
tiene un pasado. Empezó en la tele en enero de 1993 en el Club Disney, y como
estaba lejos de su Ontario natal, vivió durante dos años en casa de la familia
de uno de sus compañeros de programa, Justin Timberlake. Cogió experiencia como
protagonista de la serie El joven Hércules y ahí comenzó su despegue
cinematográfico, mezclando títulos más olvidables -categoría en la que entra el
taquillazo El diario de Noa- con dramas como El creyente, Half Nelson o Lars y
una chica de verdad. Hoy es de los poquísimos actores de categoría A, de los
grandes (ahí están La La Land, Los idus de marzo, Drive, Blue Valentine), que
no está metido en ninguna saga de ciencia-ficción o de superhéroes. "Por
ahora no he sentido conexiones de ninguna de las propuestas con mis
experiencias vitales. Tengo familia [dos hijos con la actriz Eva Mendes], así
que mucho me tiene que importar el filme como para alejarme de ellos... ¿Y no
crees que mis trabajos con Nicolas Winding Refn están construyendo el arquetipo
de un moderno superhéroe?", remata a carcajadas. ¿Habrá segunda parte de
Drive? Porque en novela ya existe. "No creo. Nic y yo hablamos de ello,
pero el material no nos gusta mucho. Y sería romper el misterio del
personaje".
Su siguiente paso tiene
marchamo especial: encarnará a Neil Armstrong en First Man. "La
investigación está siendo maravillosa, inspiradora. Y me gustaría calificarlo
como superhéroe de carne y hueso".
Gosling ha aparecido con el
tipico jersey regalo de una abuela en Navidades. Ni él sale bien parado en
elegancia con esa prensa. Lo suyo es otra cosa: encarnar hombres difíciles,
complejos, nada de guapitos planos. "En Blade Runner se mostraba un tipo
de héroe muy distinto del habitual en la pantalla. "Era una de las
preguntas claves que planteaba la primera parte, que inquiría al espectador
sobre las diferencias, a veces mínimas, entre héroes y villanos", recuerda
Gosling. "No puedo decir mucho más, porque creo que el espectador debe
disfrutar de la experiencia como yo lo hice la primera vez que leí el guion.
Han pasado 35 años y merece la pena esperar a la pantalla". Con ello justifica
también que los periodistas que entrevistan a los actores solo hayan podido ver
parte del filme: hace diez días The New York Times reveló un spoiler, un
detalle clave para la trama, y los productores enfurecieron: hasta pocos días
antes del estreno, el 6 de octubre, nadie más verá íntegra Blade Runner 2049.
Así que son los actores
quienes proporcionan la información: "¿Qué podemos contar? Pues que Ford
encarna de nuevo a Rick, que el trabajo de los blade runners, los
cazarreplicantes, se ha vuelto más complicado porque el contexto ha cambiado.
Ahora son parias, realizan un trabajo que nadie quiere afrontar. Mi personaje
lleva una existencia solitaria, sin conexiones humanas. Y en este arranque de
la película explora sus emociones para intentar ser algo más que su trabajo".
Gosling no tiene problemas en responder a una pregunta fundamental: ¿Blade
Runner 2049 es la segunda parte de qué versión de la primera? Porque hay
pequeñas variaciones visuales en alguna que sin embargo cambian por completo al
personaje de Deckard. "Continúa la historia de la versión del
director". A buen entendedor...
HARRISON FORD ASEGURA QUE
SE MANTIENE EL TONO DE “PESADILLA EXISTENCIAL"
Harrison Ford, Ana de Armas
y Ryan Gosling, presentando 'Blade Runner 2049'. CLAUDIO ÁLVAREZ
https://elpais.com/cultura/2017/09/19/actualidad/1505834979_423123.html
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