El grupo arrasó en su
concierto de grandes éxitos en el Estadi Olímpic.
EFE. La cita anoche en el
Estadi Olímpic con los Rolling Stones estaba rodeada de una indisimulada
expectación por parte de los más de 40.000 incondicionales que se dieron cita
en el recinto de Montjuïc. Una expectación donde confluían la devoción por una
música, una actitud y unas canciones sentidas y vividas en propia carne por
varias generaciones y, a la vez, la sensación de que podía tratarse de la
última vez que se podía disfrutar en vivo de un concierto de ellos.
La asistencia fue
multitudinaria, y desde dos horas y media antes del arranque del concierto, la
circulación en automóvil era muy densa en todos los aledaños. Y ante unas
medidas de seguridad ya experimentadas en los conciertos de Coldplay y U2
(especialmente extremas con bolsos y bolsas, y sus contenidos, que generaron no
pocas protestas) muchos de un mayoritariamente maduro público fueron bien
madrugadores. Nadie quería perderse, queda dicho, una noche que de alguna
manera reflejó un repertorio, un concierto y una gira que busca mostrar al aficionado
cómo se encuentra la veterana banda ahora mismo.
Antes de que Mick Jagger,
Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts saltasen al escenario barcelonés, lo
habían hecho Los Zigarros, una intensa, acelerada y habilidosa banda comandada
por los hermanos Tormo, que durante tres cuartos de hora desgranaron buena
materia prima aún a plena luz y con las gradas llenándose poco a poco. Buen
sabor de boca para esperar los primeros acordes de “Sympathy for the devil”, la
mítica pieza firmada por Jagger/Richards con la que arrancó, con la guitarra de
Richards a un volumen desproporcionado y a su aire y entre cautivadoras luces
rojas, una noche memorable un cuarto de hora más tarde de lo previsto.
Los guitarristas de la
banda de rock The Rollings Stones Keith Richards (d) y Ron Wood, durante su
actuación esta noche en el Estadi Olímpic de Montjuic, en Barcelona, en el
único concierto ofrecido en España de su gira 'Stones-No Filter'. (Andreu
Dalmau / EFE)
El concierto -que duró más
de dos horas y se extendió por una veintena de temas- tuvo un fulgurante
inicio, pues, con unas de las composiciones más apreciadas por el grupo y una
preclara declaración de principios para decir que para Jagger (74 años),
Richards (73), Wood (70) y Watts (76) el blues está muy vivo todavía, tanto para
ellos como para el resto de los mortales. ¡Y tanto que lo estuvo anoche!, al
menos para como ellos lo viven, lo sienten y lo comparten. Y el público entró
desde ese primer minuto en sintonía, buena parte de él con los teléfonos
móviles en la mano. Un breve saludo, un despojarse de la chaqueta brillante y
quedarse con una camisa azul también brillante de Jagger, y ataque sin pausa de
tras el inconfundible arranque de “It’s only rock’n’roll (but I like it)”. Al
acabarla saludó con un “Hola Barcelona, bona nit! Estem contents d’estar aquí”,
y continuó con la no menos infalible rítmica de “Tumbling dice”……
http://www.lavanguardia.com/musica/20170927/431603845728/concierto-rolling-stones-barcelona.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario