La exposición Ignacio
Zuloaga en el París de la Belle Époque pretende ofrecer una imagen de la obra
del pintor de Eibar poco habitual en España. Sin obviar la interpretación
tradicional que le une al tópico de la España negra, el recorrido expositivo
excede esta concepción y muestra cómo la pintura de Zuloaga (Éibar,
1870-Madrid, 1945) combina un profundo sentido de la tradición con una visión
plenamente moderna, especialmente ligada al París de la Belle Époque y al
contexto simbolista en el que el pintor se mueve por aquellos años.
Para poder contar esta
visión de Zuloaga es necesario situar su obra junto a la producción de otros
artistas contemporáneos como Paul Gauguin, Paul Sérusier, Pablo Picasso,
Francisco Durrio, Santiago Rusiñol, Maurice Denis, Émile Bernard, Giovanni
Boldini, Jacques Émile Blanche o el escultor Auguste Rodin, entre otros. La
muestra, con más de 90 obras, ha contado con más de 40 prestadores, entre
colecciones particulares nacionales e internacionales además de la propia
familia Zuloaga, e instituciones como la Galleria Internazionale d’Arte Moderna
di Ca’ Pesaro, Venecia; Museum of Fine Arts, Boston; Musée d’Orsay, París;
Musée national Picasso, París; Musée Rodin, París; Museo de Bellas Artes de
Bilbao; National Gallery of Art, Washington D.C.; The State Hermitage Museum,
San Petersburgo o The State Pushkin Museum of Fine Arts, Moscú.
La exposición
En 1889, con tan solo 19
años, Ignacio Zuloaga llega a París, por entonces capital mundial del arte
moderno. En pintor encuentra una ciudad en plena ebullición cultural, en la que
se dan cita las más innovadoras tendencias y en la que pintores, escultores, y
escritores experimentan con nuevos lenguajes artísticos que conducirían hacia
la modernidad.
El pintor participa
activamente de este París de fin de siglo. Al poco de llegar, entra en contacto
con Paul Gauguin, Henri de Toulouse-Lautrec, Edgar Degas o Jacques-Émile
Blanche y presenta sus obras en los principales salones y galerías parisinos.
Asimismo, su obra refleja la influencia de algunos de los movimientos
artísticos en boga, como el simbolismo.
La experiencia parisina de
Zuloaga es fundamental para entender su obra, pues su pintura, a medio camino
entre la cultura francesa y la española, excede con mucho los límites que la
historiografía tradicional del arte ha establecido, asociando Zuloaga a la
generación del 98 y por lo tanto a la conocida como “España negra”, una España
de la tragedia, de lo hondo e incomprensible. No obstante, críticos como
Charles Morice o Arsène Alexandre, poetas como Rainer Maria Rilke, y artistas
como Émile Bernard o Auguste Rodin consideraron la obra del pintor vasco como
un referente para el arte moderno.
Fue en este París brillante
y dinámico, el anterior a la contienda, centro del gusto artístico y literario,
en el que Zuloaga brilló con luz propia, en un camino paralelo y comparable al
de muchos de los mejores artistas del momento. Estos años tendrán su punto y
final en 1914, no tanto por la trayectoria del propio Zuloaga, que una vez
encontrada su propia voz y su lugar en el escenario internacional, seguirá
trabajando dentro de unos mismos planteamientos, sino porque el París y la
Europa, de antes y de después de la Gran Guerra serán completamente distintos
Información práctica
Fecha de inicio:
28/09/2017
Fecha de fin:
07/01/2018
Localización:
Paseo de Recoletos 23,
28004 Madrid
Esta exposición es una
producción de Fundación MAPFRE, comisariada por Leyre Bozal Chamorro,
conservadora de colecciones de Fundación MAPFRE y Pablo Jiménez Burillo,
director del área de cultura de la misma.
https://www.fundacionmapfre.org/fundacion/es_es/exposiciones/sala-recoletos/zuloaga.jsp
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