La compañía Nao d'amores y
la Compañía Nacional de Teatro Clásico rescatan la obra de Torres Naharro
María Besant y Silvia
Acosta, en una escena de la obra – CNTC
Hay muchas maneras de
recuperar la memoria histórica. Ana Zamora tiene una propia. Desde hace quince
años dirige la compañía Nao d’Amores, y con ella bucea en un repertorio
inexplorado, el del teatro prebarroco, para rescatar autores y textos. El nuevo
fruto de su trabajo es «Comedia Aquilana», de Bartolomé Torres Naharro; el
montaje, coproducido por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, se presenta en
el teatro de La Comedia desde hoy y hasta el 11 de marzo. La propia Ana Zamora
firma la versión y la dirección de la función, que interpretan Silvia Acosta,
María Besant, Javier Carramiñana, Juan Meseguer, Belén Nieto, Alejando Saá,
María Alejandra Saturno e Isabel Zamora.
«Tengo obsesión por la
recuperación del teatro prebarroco -reconoce la directora-, y por ello llevo
años indagando en un repertorio que no puede entenderse como un hecho aislado».
Es lo que, tirando del hilo de la obra de Torres Naharro, la llevó a Italia. En
los arranques del siglo XVI, fechas en que el dramaturgo escribió sus obras,
Italia era el centro del mundo y su influencia en el teatro español, añade Ana
Zamora, inocultable. Roma, relata, ha sido un destino imprescindible en el
proceso de investigación en torno a la obra, que ha durado cerca de dos años.
Allí estuvo la directora gracias a una beca de la Real Academia de España en la
capital italiana.
Pero Ana Zamora no es solo
una intelectual y una teórica; su labor consiste en devolver a la vida a
autores y obras con puestas en escena contemporáneas. De Torres Naharro dice
que a menudo se le lee «como un Lope de Vega imperfecto. Pero es que hay que
verlo en su contexto. Hay que aplicar esa perspectiva para lograr un Torres
Naharro más fresco, más lúdico, más renacentista. La finalidad no ha sido en
ningún caso realizar un trabajo de carácter academicista, sino establecer los
puntos de partida sobre los que fundamentar la posterior fase práctica, nuestro
encierro casi monástico de ensayos en Segovia, para llegar a construir una
puesta en escena que, siendo expresión viva de aquel ámbito de intercambio e
influencias que tuvo lugar en Italia a comienzos del siglo XVI, nos ha permitido
resucitar a Torres Naharro para nuestra escena contemporánea».
Lógicamente, para adaptar
el texto a nuestros días ha tenido que hacer Ana Zamora un gran trabajo de
poda. La obra, explica, es una comedia «a fantasía» -Torres Naharro cultivó
estas comedias y las denominadas «a noticia»-. «Comedia Aquilana» se debió
escribir en torno a 1520; es una obra de madurez de su autor, que se cree que
murió ese mismo año. «No ha habido actualización; mantenemos la fonética de la
época, así como la estructura de la obra y sus personajes. Sí ha habido un
trabajo de limpieza del texto y de ajuste, sobre todo del verso; Torres Naharro
es a menudo ripioso». Resume Ana Zamora que «Torres Naharro, perteneciendo a un
ámbito eminentemente renacentista, revela ya en esta obra un dominio absoluto
de la técnica teatral, construyendo una pieza divertida y a la vez evocadora,
que es a la vez todo un alarde de uso conciso y expresivo del lenguaje. Un
texto que fue un verdadero éxito en su época, y que a través de esta puesta en escena,
vuelve a formar parte de nuestro repertorio clásico español».
Ana Zamora tiene en Alicia
Lázaro su alter ego musical, un aspecto imprescindible en el teatro prebarroco.
Aunque no existen referencias sobre la música que se usó en «Comedia Aquilana»,
dice la directora musical que no ha sido difícil ponerle música al montaje. «Ha
sido un viaje de ida y vuelta, con músicas procedentes de Italia junto a danzas
españolas»…………..
http://www.abc.es/cultura/teatros/abci-comedia-aquilana-ejercicio-memoria-historica-201802240200_noticia.html
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