Es el único de estilo
cisterciense y el tercero más
grande de la región
madrileña
20.ago.14.- La Comunidad de Madrid está llevando
a cabo trabajos de
restauración y
consolidación en el Monasterio de Santa María la Real de
Valdeiglesias, situado
en el término municipal de Pelayos de la Presa. El
director general de
Patrimonio Histórico, Ignacio Muñoz Llinas, visitó hoy las
obras que se están
realizando en los muros del transepto norte, la nave
situada al norte del
conjunto que comunica con la nave principal de la
iglesia. Esta
construcción medieval del siglo XII es el único monasterio de
estilo cisterciense de
la región y el tercero más grande de la zona, tras el de
San Lorenzo de El
Escorial y el de Santa María de El Paular.
Muñoz Llinas explicó
que desde 2005 hasta 2013 la Comunidad
destinó 503.571 euros
para frenar el deterioro de este monumento
declarado bien de
interés cultural (BIC) en 1983. Entre las actuaciones que
se han realizado están
el desescombro de la cúpula de la capilla mozárabe
y de las estructuras
anexas al monasterio, la consolidación los muros y
arcos de la iglesia
así como el apuntalamiento y reparado de las bóvedas
del claustro y
dependencias anexas. Además se han realizado planos del
monasterio, estudios
geotécnicos y trabajos arqueológicos de
documentación
histórica.
Todo ello en
coordinación con la Fundación Municipal Santa María la
Real de Valdeiglesias,
titular del monasterio y encargada de su gestión y
conservación -su
anterior propietario, el arquitecto Mariano García, cedió
gratuitamente el
conjunto a dicha fundación-.
Por su parte, el
Ayuntamiento de Pelayos de la Presa está
desarrollando trabajos
de restauración y consolidación estructural en el
claustro del
monasterio bajo la supervisión de la Dirección General de
Patrimonio Histórico.
Único monasterio cisterciense
de la región
Desde época visigoda
esta comarca del oeste de la Comunidad de Madrid
fue centro eremítico
de primer orden, acogiendo gran número de templos y
ermitas, hasta el
punto de que Valdeiglesias es el término actual de lo que
en su día se llamó El
Valle de las Iglesias.
En 1150, en tiempos de
Alfonso VII El Emperador, los doce templos
mozárabes existentes
en El Valle de las Iglesias se unificaron bajo la Regla
de San Benito,
fundándose el Monasterio de Santa María la Real de
Valdeiglesias. En 1177
Alfonso VIII trajo monjes del Monasterio de la Santa
Espina de Valladolid,
incorporándose la Orden Cisterciense. A partir de
entonces, la historia
del monasterio de Valdeiglesias siempre estuvo ligada
al Císter y durante
los siglos XII y XIII, fue el centro hegemónico del valle.
A lo largo de los
siglos se fueron sucediendo las transformaciones
arquitectónicas en el
monasterio, pero su estructura original responde casi
literalmente al
esquema tipológico de los conventos cistercienses. La iglesia
se sitúa en el límite
norte, y el callejón de los conversos y la capilla
ochavada (un pequeño
recinto de forma cuadrada) están dispuestos entre el
muro sur de la iglesia
y el muro norte del claustro. Éste se encuentra
rodeado por la
sacristía, la sala capitular y la zona de monjes, al este; la
cocina y el refectorio
(comedor), al sur; y la zona de legos y la hospedería,
al oeste. Los restos
del claustro, de estilo gótico, son probablemente de la
fecha de
reconstrucción de la iglesia, en el siglo XV o XVI.
La iglesia es de una
sola nave de gran tamaño. La cabecera está
realizada en sillería
de granito con dos hojas y relleno de mampostería y con
el ábside circular,
flanqueado por otros dos pequeños ábsides de planta
cuadrada al exterior y
circular al interior. Los muros del resto de la nave de
la iglesia son de
mampostería de tipo mudéjar.
Hoy se conservan,
aunque no completas, las bóvedas románicas de
cañón de las capillas
de la cabecera, dos arcos perpiaños de la nave de la
iglesia y un arco
inferior del antiguo coro. Y se mantiene la portada de la
iglesia de sillería
barroca, aunque ha perdido parte de sus remates
ornamentales y de su estabilidad.
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