La muerte del
diseñador Manuel Pertegaz, fallecido esta madrugada en Barcelona a los 96 años, ha
dejado huérfano al mundo de la moda, que recuerda al maestro
de la alta costura como innovador y pionero, un hombre enérgico, perfeccionista
y gran conocedor del oficio.
Madrid, 30 ago.- La muerte del diseñador Manuel Pertegaz, fallecido
esta madrugada en Barcelona a los 96 años, ha dejado huérfano al mundo de la
moda, que recuerda al maestro de la alta costura como innovador y pionero, un
hombre enérgico, perfeccionista y gran conocedor del oficio.
Un fallecimiento que han lamentado tanto Felipe VI y doña Letizia,
como los reyes Juan Carlos y Sofía, quienes han enviado sendos telegramas de
pésame a la familia de Pertegaz, creador del vestido de novia de doña Letizia y
diseñador durante años de los modelos de doña Sofía.
Según han indicado a Efe fuentes de la Casa del Rey, ambos expresan
sus condolencias y destacan el "carácter innovador" y la
"excepcional maestría" del fallecido.
Un catarro complicado por su avanzada edad, que degeneró en neumonía,
ha sido la causa de su muerte, ha informado a Efe la sobrina del artista Sionin
Caus Pertegaz, quien ha confirmado que sus restos mortales se enterrarán mañana
en una ermita situada en la localidad de Pineda del Mar, donde el modisto tenía
una casa.
Previamente, a las 12.30 horas, se celebrará un responso en el
tanatorio del barrio barcelonés de Sant Gervasi.
Premio Nacional de Diseño de Moda, Manuel Pertegaz, nacido en 1918 en Olba (Teruel), se consideraba a sí mismo
como "un pizca en el mundo de la moda", alguien que había sabido
hacer "un poco de moda" al que gustaba "mucho" el arte,
según sus propias palabras, que no solían ser muchas, como sus familiares y
amigos sabían, porque era un hombre discreto y callado.
Sin embargo, este diseñador menudo, de enorme sonrisa y amplia
cabellera, fue uno de los grandes creadores de alta costura, considerado entre
los mejores, y maestro al nivel de Cristóbal Balenciaga o Pedro Rodríguez.
Él fue el primer modisto español que conquistó la Quinta Avenida de
Nueva York y ganó parte de su fama al vestir a celebridades como Jacqueline Kennedy y actrices como Paulette
Goddard, Marisa Berenson o Ava Gadner. "Yo le cocino y él me cose",
contaba la protagonista de "Forajidos" (1946).
Autodidacta, trabajador infatigable, humilde y exquisito en los
detalles, Manuel Pertegaz, que siempre supo adaptarse a la personalidad y
peculiaridades de cada mujer, su modelo perfecta se encarnaba en la actriz Audrey Hepburn, "una mujer cisne,
esbelta, estilizada, elegante y etérea", decía.
Para Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Creadores de Moda
de España
(ACME), Pertegaz era un hombre "de energía desbordante", cuya muerte
no solo supone "la desaparición de un gran maestro, sino que es una
pérdida irreparable".
Coincide con Lomba su discípulo y admirador Ion Fiz, quien no podrá
olvidar "jamás" la experiencia de haber visto trabajar al maestro
durante tres años en su "atelier" de la avenida Diagonal en
Barcelona.
"Allí aprendí a valorar lo que es una prenda bien construida,
cómo se aploma una manga, a ver de cerca los acabados, abrir las prendas y ver
cómo tiene que ir rematado el interior de un forro; los detalles, en fin.
Trabajar con él fue un lujo", ha resumido.
"Era una maravilla. Lo que él te contaba era una especie de
biblia de la moda y yo era uno de sus creyentes", ha subrayado Juan Duyos
para quien Pertegaz era "una referencia y un modelo". "Se nos ha
muerto un mito".
Cerca de 80 años de su vida los pasó dedicado a la moda femenina,
sumergido entre mujeres, telas, hilos y agujas, una pasión que empezó poco
después de que su familia se trasladara a Barcelona, cuando apenas tenía 9
años.
Su carrera fue meteórica y con sólo 25 años, y en plena postguerra,
abrió su primera casa de modas de alta costura en Barcelona; poco después, en
1948, fue a Madrid y viajó a París.
Empezó a ser conocido internacionalmente y, cuando con 36 años marchó
a Estados Unidos junto a Valentino, Pierre
Cardin, Pierre Balmain y las hermanas Fontana, el genio ya recibía pedidos de
los grandes almacenes más selectos y la Universidad de Harvard otorgó el
prestigioso Oscar de la Costura.
En 1957 Christian Dior muere súbitamente y Pertegaz
es tentado como posible sucesor, pero él declina el ofrecimiento.
Cuando se le preguntaba por los diseñadores españoles decía: "les
deseo que tengan pasión y que ésta la vuelquen haciendo lo que les gusta. Lo
importante de la costura es hacerla y que luego se la pongan las mujeres".
En 2012 su taller dejó de coser, coincidiendo con la jubilación de sus
costureras más fieles, pero el estudio siguió abierto y continúa trabajando en
las líneas de complementos que desarrolla su equipo creativo y que hasta el
final supervisó Pertegaz.
Tras hacer el traje de novia de la Reina Letizia, en 2004, Pertegaz
empezó a retirarse, pero lo cierto es que vivió por y para su trabajó hasta
bien cumplidos los noventa años.
El modisto vivía retirado en una casa de campo en las afueras de
Barcelona donde ahora descansarán sus restos mortales.
(Agencia EFE)
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