El restaurante Lhardy
de Madrid, que este año celebra el 175 aniversario de su apertura, ha donado a la Biblioteca Nacional
de España un conjunto documental compuesto por libros de contabilidad, reservas
y encargos de finales del siglo XIX y principios del XX, una colección de etiquetas de vinos y otras
bebidas alcohólicas, así como de confituras y otros productos que se elaboraban
en la propia casa (alrededor de 120), diversas facturas y otros documentos
personales de los años veinte, treinta y cuarenta del pasado siglo (unos 570),
una amplia colección de menús (130), y una muestra del papel pintado japonés
que decora uno de los salones del establecimiento madrileño desde sus
comienzos.
Entre los documentos
entregados, se pueden encontrar algunas curiosidades, como facturas de luz
eléctrica y de teléfono, facturas de los proveedores de Lhardy, como la pollería Martín Urosa, la pescadería Gustavo Martín, o la panadería La Vienesa.
Igualmente, se hace un
recorrido por la evolución de los menús, cartas de vinos y etiquetas…, y llaman
la atención los libros de pedidos y encargos. Esta donación, que completa sin
duda la colección de ephimera de la BNE, es una importante ayuda para los
investigadores en este campo, así como en otros, como la sociología o la
historia.
Milagros Novo y Javier
Paola, gerentes del restaurante, se encuentran “muy orgullosos de que la Biblioteca Nacional
de España tenga una archivo de Lhardy”. Aunque necesitaron ayuda para darse
cuenta del valor que tenía, como comenta Javier: “Nosotros no nos habíamos dado
cuenta de lo que teníamos, pero al descubrir etiquetas, libros antiguos… Al ver
ese tesoro, pensamos que dónde iba a estar mejor que en la Biblioteca”. Para
Milagros, “el apoyo de la Biblioteca ha sido muy importante. Es mejor que
cualquier galardón o medalla. Por lo que seguiremos colaborando con ella
siempre que lo necesiten”.
Lhardy ubicado en pleno centro de Madrid (Carrera de San
Jerónimo, nº 8) fue abierto en 1839 por su fundador, el francés Emilio Huguenin
Lhardy, y es considerado uno de los primeros y más antiguos
restaurantes de Madrid. Comenzó su andadura como una pastelería que poco a poco fue ofreciendo
comidas y también servicios de catering de alto nivel a los hoteles y a las
celebraciones de la alta sociedad, como se puede comprobar en parte de la
documentación donada.
A lo largo de sus casi
dos siglos de existencia este restaurante ha sobrevivido a muchos avatares,
desde una guerra civil hasta un incendio, y en sus mesas se ha labrado parte de la historia de este
país. Por él han pasado ilustres comensales del mundo de la gastronomía (Mariano
Pardo de Figueroa, Manuel María Puga y Parga, Ángel Muro…) y de la literatura
(Mesonero Romanos, Azorín, Benito Pérez Galdós, Bretón de los Herreros, Luis
Coloma…), y en 1909 el ministro de Fomento aprueba que Lhardy sea una marca
registrada. Igualmente, ha asistido al progreso del pueblo español, siendo el
primer lugar donde las mujeres podían ir solas sin sus maridos. Así, uno de sus
clientes más importantes fue Isabel II, quien vio nacer este lujoso y pionero
establecimiento madrileño.
Los archivos de Lhardy
reflejan fielmente la vida social, económica y política del Madrid de la época y su
evolución a través de la historia.
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