Aldo Ciccolini, pianista
francoitaliano.
El pianista y reputado profesor de
su instrumento Aldo Ciccolini (Nápoles, 1925) murió el pasado sábado en su casa
de París a los 89 años. En todos los diccionarios de prestigio su biografía se
encabeza como "pianista francés de origen italiano". Nacido en una
familia con refinados gustos musicales y verdaderos melómanos amantes de la
ópera, desarrolló una carrera precoz: a los nueve años, obtuvo una beca
especial para estudiar en el Conservatorio de Nápoles con Paolo Denza, el
legendario mentor del teclado que había trabajado entre 1921 y 1922 con
Ferruccio Busoni en Alemania. Denza transmitió a una primera generación de
alumnos entre los que estaban Ciccolini y Paolo Spagnolo (1930-2012) tres
elementos conscientes que llegaron a ser también parte consustancial de su
estilo: riguroso seguimiento del texto musical, capacidad del sentido
constructivo de la interpretación y los pormenores de una técnica cristalina y
depurada.
Ciccolini hizo bandera de esta
manera profunda y escolástica de abordar al piano, y profundizó en la
interpretación de Liszt, en la que llegó a convertirse en un maestro.
Especialmente estudiado es su registro discográfico de Années de
pèlerinage y Harmonies poètiques et religieuses.
El debú oficial de Ciccolini fue su
interpretación del Concierto en fa menor para piano y orquesta de
Chopin en el Teatro San Carlo de su ciudad natal a los 16 años. Muy joven
obtiene una plaza de profesor auxiliar en el prestigioso centro napolitano.
Después, en 1948 se alza con el premio de Academia de San Cecilia de Roma y un
año más tarde un jurado del que formaba parte Ernesto Halffter le declara
ganador del concurso Margarite Long-Jacques Thibaud, lo que decidió su destino
vital y profesional, puesto que fijó para siempre su residencia en París y
obtuvo la ciudadanía francesa en 1969. Su cátedra en el Conservatorio Nacional
de Música y Danza de la capital francesa se hizo mítica y ansiada por los
futuros concertistas. Durante décadas profundizó en el repertorio francés con
especial empeño en Fauré, Saint-Saëns, Ravel, Debussy y Satie. De este último
grabó la integral de sus obras para piano.
Entre sus muchas presentaciones en
teatros y auditorios españoles pueden señalarse las del Auditorio Nacional de
Madrid (en 1989, 1990 y 2000) En 1982 formó parte del jurado del VII Concurso
de Piano Paloma O'Shea en Santander, junto a Sergio Dorenski, Nikita Magalov y
Xavier Montsalvatge, entre otros. Fue solista en grandes orquestas sinfónicas,
con las interpretó a Juan Sebastian Bach, Domenico Scarlatti, Serguei Rachmaninov,
Edgard Grieg, Mozart, Beethoven, Schumann o Borodin bajo la dirección de
directores históricos de su tiempo como André Cluytens, Pierre Monteux, Charles
Münch o Wilhelm Furtwängler. Ya en 1989 Enrique Franco calificaba la pianística
de Ciccolini como “poderío de los medios técnicos y calculada pero efectiva
expresividad", y en 2000, a tenor del concierto inaugural de la Orquesta
Sinfónica de la Comunidad de Madrid, el crítico apuntaba la estrecha
colaboración del gran pianista con la nueva orquesta y su director José Ramón
Encinar en el complejo Concierto en do menor de Beethoven.
Ciccolini recibió en 1972 el premio
de la Academia del Disco francesa, y su interpretación de los conciertos de
Ravel le valió un indiscutido premio de la Academia Charles Cros en 1976.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/04/actualidad/1423088777_300609.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario