MÓNICA PARGA Madrid
Naomi Campbell en un desfile de La
Perla. / CORDON PRESS
Dos desfiles en siete días es un
promedio de trabajos normal para cualquier modelo. Incluso un tanto escasos,
siempre que la maniquí no esté retirada, claro. La semana pasada Naomi Campbell
desfiló para La Perla, fue la estrella
de la alta costura de Jean Paul Gaultiery anunció que ejercerá de anfitriona en
el evento solidario Fashion for Relief en la semana de la moda
de Londres. A sus 44 años, la supermodelo continúa firmando contratos con
grandes marcas y ocupando portadas. Su caso, como el de Kate Moss o Nieves
Álvarez, demuestra la influencia inconsumible de las tops consagradas
en los noventa y convertidas en iconos. Un fenómeno que convive con otra
tendencia aparentemente opuesta y que triunfa en la industria de la moda: la de
las Instagirls.
Empujadas por su éxito en las redes
sociales, modelos como
Cara Delevingne, Kendall Jenner, Karlie Kloss o Joan Smalls ven
aumentar su caché gracias a los millones de seguidores que amasan en Instagram
y Twitter. Precisamente a este grupo se ha dirigido Naomi Campbell hace pocos
días, aseverando que “lo que rápido llega, rápido se va”.
“Tengo 44 años, no 20 como estas
chicas. Participar en un pasarela es un honor”, dijo la maniquí británica tras
el desfile de La Perla, donde, enfundada en un conjunto de lencería, fue la
elegida para cerrar el espectáculo de ropa interior. Al día siguiente aparecía
transformada en un ramo de flores para Jean Paul Gaultier en su colección más
nupcial. Mientras, en la televisión interpreta un papel en la serie Empire.
Nieves Álvarez es el
mejor ejemplo español de este fenómeno. La semana pasada desfiló también en la
alta costura para presentar la colección de Stephane Rolland, de quien es musa.
“La moda ha cambiado mucho desde mis comienzos. Hoy en día las modelos son más
efímeras y en general tienen un look más homogéneo”, cuenta la
maniquí española por correo electrónico. “Antes, cada una resaltaba más su propia
belleza y personalidad, y eso se reflejaba en la pasarela. Tenías a Naomi, la
belleza clásica de Christy, la camaleónica Linda Evangelista”.
Tras más de 20 años de trayectoria,
Álvarez disfruta de una nueva etapa. “Tengo más seguridad que en mis inicios y
jamás pierdo la ilusión ni el miedo a hacer cosas nuevas”, expresa. “Ver
grandísimas modelos como Naomi, que siguen en activo y tan maravillosas, es una
fuente de inspiración ¡Si eres buena y pones pasión en lo que haces siempre hay
un hueco para ti! Tienes que saber ir evolucionando en tu carrera y adaptarte a
las etapas que te van llegando”, remata. “Unas se van de verdad, pero si les
hace una gran oferta económica o quieren mantener su interés, vuelven”, resume
Fernando Merino, agente de la agencia UNO Models. Linda Evangelista, que en la
cima de su carrera no se levantaba de la cama por menos de 10.000 dólares, ha
reaparecido este invierno en la campaña de Moschino. No hay temporada en la que
alguna marca no recurra a alguna top de los noventa para apelar
al glamourclásico.
Otras firmas se decantan por las Instagirls.
“Creo que las chicas de mi generación tuvimos que ganarnos el respeto y subir
muchos peldaños para conseguir nuestros logros. A veces me siento como... 'Dios
mío, hemos trabajado tan duro y continuamos haciéndolo. Y ellas les funciona
así”, defendió Campbell en el programa de televisión Meredith Vieira
Show de la cadena estadounidense NBC.
“Puedes hacer un desfile y te
conocerán los profesionales del sector, pero si tienes una red social estás
mucho más expuesta a todo tipo de público. Todo el mundo puede entrar en tus
cuentas y ver, investigar, saber quién eres, conocer tu imagen”, explica
Merino.
Supermodelos o Instagirls.
Algunas marcas, como Burberry,
optan por ambos grupos para integrar sus estrategias y abarcar
a todos sus públicos. Su campaña de primavera está protagonizada por Campbell y
Jourdan Dunn, dos décadas más joven que ella y con un millón de seguidores en
Instagram.
http://elpais.com/elpais/2015/01/30/estilo/1422638416_907487.html
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