El escritor está procesado por incitar a la violencia contra las obras de
la línea Turín-Lyon
El escritor Erri de Luca. / RICARDO DE LUCCA (IBERPRESS)
El escritor Erri De Luca (Nápoles,
1950) conserva en las manos las huellas del obrero que fue. Y su mirada permite
aún hacerse una idea del calibre de sus encontronazos con la policía cuando, a
finales de los 60, formó parte del grupo de extrema izquierda Lotta Continua.
Pero, a pesar de una vida curtida en mil batallas, De Luca reconoce que el
proceso que se sigue ahora contra él en la ciudad italiana de Turín por
instigación a la violencia le ha robado el sosiego hasta el punto de impedirle
escribir. A lo único que ha alcanzado es a pergeñar un “panfleto político”
titulado La palabra contraria —que en Italia ha vendido ya
casi 100.000 ejemplares y que Seix Barral publica ahora en España— en el que
explica las “razones cívicas” que le llevaron a pedir el sabotaje de las obras
del tren de alta velocidad entre Turín y Lyon. Ya desde la portada del libro,
De Luca deja claro que el arrepentimiento no forma parte del paisaje: “Si mi
opinión es un delito, no voy a dejar de cometerlo”.
La historia
empezó hace una década. Erri De Luca, ya convertido en un escritor de éxito en
Italia, se enteró de que la policía había atacado “a bastonazos y en medio de
la noche” un campamento de los activistas del grupo No-TAV que, desde hace 22
años, se oponen a la perforación de “unas montañas del valle de Susa [noroeste
de Italia] repletas de amianto”. De Luca decidió entonces apoyar con su
“presencia física y con la palabra escrita y hablada” una protesta popular —“de
niños, de ancianos, de bomberos y alcaldes”, apostilla el autor— que unas veces
discurre por cauces pacíficos y otras incluye actos de sabotaje que han
provocado un retraso en las obras.
En septiembre de 2013, el escritor
realizó sendas declaraciones al diario digital Huffington Post y
a la agencia de noticias Ansa en las que dejaba clara su oposición radical a
las obras del tren de alta velocidad: “El TAV ha de ser saboteado. Para eso
precisamente sirven las cizallas: son muy útiles para cortar las verjas. Las
mesas de negociación del Gobierno han fracasado. El sabotaje es la única
alternativa”. La empresa francesa LTF, constructora de la línea de alta
velocidad, se querelló entonces contra De Luca y la fiscalía de Turín lo
procesó por un delito de incitación a la violencia que en Italia puede acarrear
una pena de entre uno y cinco años de prisión. Su respuesta es un libro de
pequeño formato y apenas 100 páginas en las que el antiguo revolucionario trata
de explicar sus “razones cívicas” y su “deber, antes que derecho, a la palabra
contraria”.
Antiguo albañil y conductor de
vehículos de apoyo durante la guerra de los Balcanes, De Luca, que se sentará
ante el tribunal el próximo 16 de marzo, dice que su libro es un intento de
defenderse él y también de defender la libertad de expresión. A la pregunta
—formulada de diversas formas—- de si no sería más acertado invitar al sabotaje
pacífico, ante la posibilidad de que las protestas puedan causar heridos o
incluso muertos como ya ocurrió en acciones similares en otros lugares
—incluida España—, De Luca se cierra en banda. Dice que la labor de un escritor
es dar voz a los que no la tienen y que el sabotaje es, ante lo que considera
una colusión de intereses entre el Estado italiano y el poder económico, la
única respuesta que les queda a los habitantes del valle afectado.
El debate está en si la pública
llamada al sabotaje forma parte de la libertad de expresión, como sostiene el
escritor napolitano, o constituye un delito de incitación a la violencia. Según
la empresa LTF, las afirmaciones de Erri De Luca “nada tienen que ver con la
libertad de expresión” y solo “instigan a cometer actos ilícitos”. Autor de
novelas como Aquí no, ahora no oLos peces no cierran los
ojos, el escritor, que denuncia la actitud helada de los intelectuales
italianos hacia su causa, considera que sus palabras son la base irrenunciable
de su libertad. Además de un éxito editorial.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/17/actualidad/1424203543_617013.html
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