lunes, 23 de febrero de 2015

LAS GALERÍAS HACEN LAS AMÉRICAS



El mercado del arte busca el dinero fresco: Asia, Oriente Medio, Latinoamérica. Existen, claro, otros factores a considerar pero tanto el comercio secundario de las grandes casas de subastas como el primario de las galerías multinacionales y las ferias migran de acuerdo a la fuerza de la demanda. ¿Cómo afectan estas dinámicas globales al mercado del arte español? ¿Y a ARCO? Es imperativo seducir a los coleccionistas extranjeros que están favoreciendo la supervivencia de muchas galerías españolas y están salvando la feria. ¿Qué direcciones adoptan nuestras exportaciones artísticas? ¿Qué mercados nos son más favorables? Galeristas por el mundo.

ELENA VOZMEDIANO 


La Galería Travesía Cuatro en MACO

Nuestra larguísima crisis económica ha tenido una seria repercusión en el coleccionismo interior, tanto particular como, sobre todo, corporativo e institucional, y las galerías españolas han tenido que orientar sus estrategias de venta hacia el exterior, no solo a través de ARCO y de ferias de otros países sino también en la televenta. Para mantener su estatus en el apretado calendario ferial internacional, ARCO se ve obligada a hacer un enorme esfuerzo económico para traer a Madrid a los coleccionistas extranjeros que salvan los resultados de la feria. Su director, Carlos Urroz, ha subrayado que el 50% de ellos vienen por primera vez, lo cual nos indica que la clientela es en buena parte fluctuante, como el propio capital. Nuevos compradores entran cada año en el circuito global y hay que conocerlos y seducirlos. Todos los que tienen cierto poder adquisitivo visitan cada año varias ferias en diversos países. Pero no pueden ir a todas. A veces por presupuesto y otras por falta de tiempo. ARCO compite con las ferias de invierno: fundamentalmente, Art Basel Miami Beach y sus satélites en diciembre, Zona MACO en febrero, The Armory Show y Art Basel Hong Kong en marzo.
Urroz informa a EL CULTURAL de que este año el programa de promoción internacional e invitaciones ha costado 1,5 millones de euros (un millón el año pasado), de los que 700.000 € se corresponden a la estancia en Madrid de coleccionistas y profesionales que participan en los foros y los encuentros. Los 800.000 € restantes se invierten en presentaciones en otros países, publicidad exterior de la feria, un equipo de cuatro “enlaces” (Jimena Blázquez en España, Cristina Candelero en Estados Unidos, Heather Flow en Alemania y Joelle Romba en Brasil) que trabajan a lo largo del año para identificar, contactar y convencer a los coleccionistas en esas regiones y otro de ocho personas que los atienden cuando están aquí. Serán más que el año pasado (300, de 34 países, que con sus acompañantes suman unas 450 personas); se les paga el alojamiento en el Hotel Palace (dos noches a los europeos y tres a los del resto del mundo) y los traslados en la ciudad, además de numerosas atenciones en forma de desayunos, cóctels, entradas y visitas privadas.
El coleccionista itinerante suele apreciar el componente social de estos eventos y a veces viaja en grupo"
 Para esta edición, entre otras actividades sociales y artísticas, han planeado una excursión a Toledo para ver las intervenciones de Cristina Iglesias en la ciudad. La mayoría de las ferias han adoptado esta práctica, aunque algunas de las más grandes no lo hacen, como Art Basel. No tengo datos sobre sus presupuestos pero apuesto a que ARCO es de las que más invierte en este capítulo, pues necesita “incentivar” la asistencia tanto de los coleccionistas como de los profesionales más influyentes (asesores entre ellos), que acuden, en parte, porque son incluidos en los programas de foros y “encuentros profesionales”; estos últimos, por cierto, se celebran incomprensiblemente a puerta cerrada. Los ponentes no reciben honorarios pero los directores de cada uno sí.
El coleccionista itinerante suele apreciar el componente social de estos eventos y a veces viaja en grupo, lo que fomenta la competitividad entre ellos y, a veces, facilita las operaciones. Así parece haberlo entendido Urroz, que ha invitado a catorce grupos de museos americanos, integrados por sus directores y un reducido número de miembros (uno, dos, tres) de sus patronatos.

¿Se hace un seguimiento de los resultados de este programa de invitaciones? Urroz afirma que a los invitados se les pregunta simplemente si han realizado alguna adquisición pero a las galerías participantes se les pide que señalen a los más activos compradores. Ellas, por cierto, contribuyen a la elaboración de las listas de invitados con sus propuestas.

¿Y qué sabemos de estos perseguidos coleccionistas? Hace muy poco, Larry's List, un portal en el que ellos intercambian información y hacen contactos, ha publicado el informe Art Collector Report 2014, basado en los 3.111 registrados en su base de datos, de los que solo 107 son españoles. El informe estima que hay en el mundo entre 8.000 y 10.000 compradores estables de obras de elevado precio, incluyendo tanto a los más visibles como a los más “discretos”, que abundan en Suiza o en Rusia. La mayoría de ellos (38%) son europeos y, frente a lo que cabría suponer, solo un 8% están en Latinoamérica. El país con mayor porcentaje es Estados Unidos (25%) y otra cuarta parte se reparte entre en Alemania, Reino Unido, China y Brasil.
No son jóvenes: la edad media es 59 años y casi todos superan los 40; menos de una tercera parte son mujeres. Sus colecciones son enormes -un 28% posee más de mil obras- y muchos ambicionan crear un museo: habrían abierto ya 350, en 46 países. En Lationamérica, Brasil sigue siendo el país más activo, con un 57% de coleccionistas de ese área; sorprende el segundo puesto de Argentina y la relativa debilidad de México (8%). En Europa el reparto está más equilibrado, aunque dominado por Alemania (21% del continente) y Reino Unido (19%). En España viven un 7%, muy en línea con nuestros vecinos italianos (7%) y franceses (8%).

Estand de Elvira González en ArtBasel 2014


Las galerías españolas dependen de estos compradores extranjeros. ¿En qué medida? No tenemos cifras verificadas. Las que ofrece el informe El mercado español del arte en 2014 de la Fundación Arte y Mecenazgo no nos sirven: la encuesta incluyó a más de 650 empresas, de las que muchas no venden arte contemporáneo o tienen una clientela local, a veces conservadora, y una actividad internacional irrelevante; de ahí que concluyera que más del 70% de las ventas se hicieron a españoles y dentro de España. Aún con manga ancha, creo que podríamos limitar a unas 180 las galerías a estudiar. De ellas, 105 forman parte del Consorcio de Galerías Españolas de Arte Contemporáneo, a las que habría que sumar algunas catalanas que no han querido unirse a la asociación y las más jóvenes y/o con pocos medios para estar en ella. Las que tienen mayor presencia exterior y por tanto capean mejor la crisis no serían más de 60.
Alberto de Juan, presidente del Consorcio, afirma que este último grupo factura entre un 50% y un 80% de sus ventas a clientes foráneos. Solo aquellas galerías que disponen de una suficiente estructura de personal (al menos tres o cuatro empleados) y medios para trabajar fuera han podido emprender esta aventura. Para los participantes en ARCO, dice, el incremento de invitaciones a esos coleccionistas ha supuesto una ventaja manifiesta pero también para los demás: han constatado que algunos de los que vienen a ARCO regresan fuera de feria. En solitario o, a menudo, en grupos: en viajes organizados por asociaciones de museos o empresas que se dedican a esto, como la española Art Around.
Hay entre 8.000 y 10.000 compradores estables de obras de elevado precio"
Hay galerías que venden al exterior desde España, en ARCO y a través de la web y el teléfono, o gracias a estas visitas presenciales, no muy frecuentes, de coleccionistas extranjeros. Pero claramente la asistencia a ferias en otros países determina el éxito internacional. Examinar en cuáles de ellas concentran los galeristas sus esfuerzos nos indicará cuáles son las direcciones que sigue nuestra exportación artística.
Cruzando el Atlántico
Pero hay que tener en cuenta que los españoles no van siempre donde quieren sino donde pueden. Con excepciones, no a las cinco o seis grandes ferias internacionales sino a las celebradas en países emergentes, las de arte emergente, las nuevas, las paralelas o las “satélites” de las más grandes. La admisión en las ferias más prestigiosas, que son tremendamente caras, ha estado limitada a un pequeño número de galerías españolas, casi siempre las mismas.
Esto se explica, en parte, porque nuestras galerías no representan en exclusiva o en primer término a los artistas más demandados en el mercado internacional y porque no pueden, por lo general, aportar a estas ferias nuevos coleccionistas con gran poder adquisitivo. De otro lado, es casi imposible amortizar los elevadísimos gastos con la relativamente modesta cotización de los artistas con los que trabajan la mayoría de ellas. En 2014 (me referiré siempre desde aquí a este año) han asistido a Art Basel seis, de 286 expositores: Juana de Aizpuru, Helga de Alvear, Elvira González, ProjecteSD, espaivisor (en el sector Feature) y Polígrafa (sector Edition). Son más, en cualquier caso, que las de países latinoamericanos como Brasil o México (cuatro galerías cada una). Hubo, eso sí, otras once españolas en las ferias paralelas: cinco en Volta y dos en Liste, Scope y The Solo Project.

A Basilea le pisa los talones Londres, una de las tres urbes con más coleccionistas en el mundo, según Larry's List, con un 6% de ellos, solo detrás de Nueva York (9%) y por delante de São Paulo (3%). Las condiciones fiscales para la importación (5%), entre otros factores, hacen que su cuota de mercado sea altísima. Frieze no es tan grande como Art Basel, por lo que las restricciones son aún mayores; tres galerías españolas pasaron el corte: Juana de Aizpuru, Helga de Alvear y Elba Benítez. Es más fácil entrar en Pinta London (feria de arte latinoamericano), y más barato, pero también granjea menos prestigio; lo consiguieron Set Espai D'Art, Alba Cabrera, Blanca Soto, Espacio Mínimo, Álvaro Alcazar, Bacelos, José de la Mano, Oliva Arauna, La New Gallery con la Twin Gallery, Rafael Ortiz y Víctor Lope. España fue protagonista de esa edición, que incorporó dos exposiciones: Black and white in spanish geometry from 1950 to 1970 y Gaur [sic], comisariada por Nekane Aramburu, directora de Es Baluard, y financiada por el Instituto Vasco Extepare.

El mercado europeo es en general difícil, por la recesión y porque está dominado por las más potentes “marcas” galerísticas. No obstante aún hay españolas que prueban suerte en Artissima, Turín (Sabrina Amrani, Casado Santapau, MaisterraValbuena, Projecte SD, ADN y PM8), o en Art Brussels (Heinrich Ehrhardt, Max Estrella, Michel Soskine, Senda, ADN, Horrach Moyà), siendo marginal la participación en FIAC, París (Guillermo de Osma, Parra & Romero, Projecte SD) o en Art Cologne (Helga de Alvear, espaivisor, Javier López). Miguel Ángel Sánchez, director de ADN, con un 80% de ventas al exterior, mantiene un fuerte lazo con el mercado franco-belga -que no es frecuente en el conjunto galerías españolas pero no es raro en las catalanas- en parte por representar a artistas franceses desde hace años, y cree que Turín es ahora para nosotros una plaza más para las relaciones profesionales que para los negocios. 

Luis Adelantado hace unas semanas en Zona MACO

Asia y Oriente Medio, ya potentísimos mercados, son terrenos prácticamente inexplorados por los galeristas españoles, o con resultados decepcionantes, y, en la frontera, Estambul está en dubitativa consolidación como destino.

Las ferias que mejor nos funcionan ahora son las americanas, en las que se respira optimismo económico. Estados Unidos es el país con más coleccionistas del mundo y la mitad de ellos están en Nueva York, ciudad que se resiste a los españoles. La principal cita, Frieze New York, contó solo con tres galerías nacionales, Elba Benítez, Travesía 4 (Focus) y espaivisor (Spotlight); y en The Armory Show 2015 intervendrán únicamente Mayoral y Casado Santapau, esta en la sección Armory Presents. Miami parece ser un enclave más favorable. Art Basel Miami Beach es una feria gigante y cupieron el año pasado diez galerías españolas: Guillermo de Osma, Elba Benítez, Elvira González y Leandro Navarro en Galleries, Parra & Romero, Marta Cervera, Maisterravalbuena y Travesía Cuatro en Nova, Polígrafa en Editions y espaivisor en Survey. Además, hubo otras nueve en la feria paralela Untitled Miami Beach, y dos más en Pulse.

Art Basel Miami se creó con la mirada puesta en los coleccionistas latinoamericanos, que siempre han tenido más cercanía a nosotros, por cuestiones culturales pero también por la labor realizada por ARCO durante años. Muchas galerías españolas trabajan con artistas latinoamericanos, y eso es fundamental para entrar en aquellos mercados. El más potente, de lejos, es Brasil. São Paulo es la meca sudamericana y no es inaccesible para los españoles; participaron en SP-Arte nueve galerías: Carreras-Múgica, Elvira González, Elba Benítez, Espacio Mínimo, Fernando Pradilla, Mayoral, MaisterraValbuena, Nogueras Blanchard y Polígrafa.
Por comparar: hubo en esa feria cuatro francesas e italianas, ocho inglesas, nueve alemanas y once estadounidenses. De otro lado, las galerías catalanas hicieron un desembarco en la más joven ArtRio gracias a una ayuda de la Generalitat de 40.000 € a repartir entre las ocho admitidas, ADN, Joan Prats, Marc Domènech, Mayoral, Senda, Trama, Polígrafa y +R, a las que se unieron tres más españolas, Elba Benítez, Horrach Moyà y Espacio Mínimo. ¿Los resultados? Justitos, dice Miguel Ángel Sánchez, en parte por el desfavorable cambio de euros a dólares que hizo que a los brasileños les resultaran caros los artistas emergentes que él ofertaba. Es comprensible, admite, que allí los coleccionistas prefieran comprar obras de sus compatriotas -lo que se ha visto siempre desde fuera como una señal de fortaleza- porque para hacerse con las de extranjeros ¡deben darse de alta como importadores! Este grave hándicap de Brasil, recuerda Sánchez, lo comparten otros países en desarrollo: son muy proteccionistas y los trámites, aranceles e impuestos en la importación no llegan a ser compensados por la ventaja de poder vender allí sin IVA.
Zona MACO, en México, Es la feria americana favorita para el mercado español.

Zona MACO, en México DF, es la feria americana favorita para el mercado español. Nada menos que 14 galerías fueron admitidas en ella: Bacelos, La Caja Negra, Cayón, Carreras-Múgica, Heinrich Ehrhardt, Luis Adelantado, Sala Gaspar, Javier López, NF, Paula Alonso, Espacio Mínimo, Travesía 4 y Mayoral. En los últimos años, algunas galerías españolas han abierto sede en Latinoamérica y lo han hecho de preferencia en México. El primero en dar en salto fue Luis Adelantado, que, desde Valencia, se aventuró inicialmente en Miami y tiene ahora espacio en DF. La Caja Negra ha establecido allí Proyecto Paralelo, Travesía Cuatro tiene sucursal en Guadalajara y, en otra línea, Sala Gaspar en Monterrey. Estas andanzas no se improvisan sino que son fruto de un prolongado trabajo previo con artistas y coleccionistas del país.

Pero hay otra escena artística en crecimiento en la que los españoles encuentran grandes oportunidades: Colombia, el país invitado a ARCO este año. Allí, o en Perú, los grandes coleccionistas hacen sus compras importantes en Art Basel Miami Beach o Frieze pero hay un comprador medio que tiene bastante peso en estos mercados emergentes y está abierto a una oferta más heterogénea.

ARTBO, en Bogotá, es la feria colombiana de referencia. Al ser tan pequeña, solo 66 stands de galerías, las nueve españolas se han hecho notar: Elba Benítez, espaivisor, Formato Comodo, La Caja Negra, José de la Fuente, Maisterravalbuena, Max Estrella, Nogueras Blanchard, y Travesía Cuatro, acompañadas de artistas de Moisés Pérez de Albéniz y Senda en la sección Proyectos.

Si ARTBO es pequeña, Ch.ACO, en Santiago de Chile, es mínima. Son nada más que 30 galerías, cuatro de ellas españolas. Algo más grande es ArteBA, en Buenos Aires, con 81 stands, y también cuatro de nuestro país. A pesar de que hay muchos coleccionistas en Argentina, esta feria es bastante local o, en todo caso, regional. En este momento tiene más futuro Perú, que ha plantado batalla en el mercado latinoamericano con dos ferias, ArteLima, con ocho galerías españolas de calidad desigual (Juana de Aizpuru, Bernal Espacio, Fernando Pradilla, Imaginart, Pantócrator & Shu, Sicart y 6+1) y la más reciente y pequeña PArC, que se celebra en el Museo de Arte Contemporáneo de Barranco, con solo dos (La Caja Negra y Casado Santapau). Concha Santapau, co-directora de esta última, explica que han abierto en Lima una oficina para tratar con sus clientes peruanos y, en general, americanos. Con un 90% de artistas no españoles en su nómina, sobre todo alemanes y latinoamericanos, han ampliado gradualmente y sin gran esfuerzo a esos ámbitos su actividad: los coleccionistas que buscan a determinados artistas se dirigen a las galerías que los representan.

Internet ha sido una herramienta clave en el proceso. Ya trabajaban con artistas peruanos cuando dieron el paso de instalarse allí y consideran que aquel es un coleccionismo muy serio y no tan nuevo como se cree. También en Lima ha abierto espacio expositivo un histórico, Pepe Cobo, que se ha posicionado bien en el mercado local.
Subvenciones y ayudas
Diversos sectores económicos en España han optado, como el arte, por la exportación. Esta dinámica es clave para la supervivencia del mercado pero puede ser también beneficiosa para nuestros artistas. Es cierto que el arte español aún interesa poco fuera de nuestras fronteras y que un galerista se la juega si hace ferias limitándose a él pero es positivo que se vaya integrando en la oferta comercial internacional, sobre todo ahora que la promoción exterior institucional está bajo mínimos. ¿Cuentan las galerías con ayudas de las administraciones? El importe de las del exMinisterio de Cultura ha ido disminuyendo año a año desde los 1.225.000 € (incluían otros conceptos) de 2011 hasta los 101.000 € de 2014. Extraoficialmente, se ha hecho saber al Consorcio de Galerías que este año podría extinguirse el programa. Había dejado ya de ser sustancial pues lo que recibieron el ejercicio pasado las 37 galerías beneficiarias (entre 2.360 y 3.354 €) supone, con gastos que pueden ir de 25.000 a 60.000 € en las ferias principales, casi un apoyo simbólico

Proyecto Paralelo, la sede en México de la galería La Caja Negra (Madrid)

Algunas comunidades autónomas apuestan por la exportación artística. A la cabeza, Cataluña, en la que a pesar de los recortes se entregaron 115.558 € en subvenciones para la asistencia a ferias extranjeras (30 ayudas, la mayoría de 4.000 €). Tienen también suerte las cántabras, que cuentan con las subvenciones del gobierno autonómico para asistencia a ferias fuera de la región (se incluyen, sin desglosar, las nacionales): 54.000 euros que se reparten entre cinco galerías. Además, el año pasado ese gobierno financió la exposición El claro en el bosque en Art Beijing, con seis artistas cántabros. La Comunidad Valenciana mantiene sus ayudas para fomento y apoyo de actividades de promoción cultural y/o artística, museos y colecciones museográficas, y para la participación en ferias de arte, con un importe global de 300.000 € de los que 39.872 € se concedieron a diez galerías, sin especificar si era para ferias foráneas.
El País Vasco, por su parte, subvencionó en 2014 a dos galerías y por importe total de 23.800 € para las ferias en el exterior; Galicia apoyó con 15.239 € cuatro eventos de ese tipo. Y la Región de Murcia prepara una convocatoria para ir a ferias nacionales e internacionales dotada con 40.000 €: un máximo de 5.000 por proyecto y 15.000 por empresa. Concluyendo: a pesar de que las ayudas autonómicas son algo más cuantiosas y dan respiro para las ferias españolas, no garantizan que no se produzcan pérdidas importantes en el exterior. Advierte Alberto de Juan que es muy difícil cuantificar los resultados de las ferias porque las operaciones a menudo no se cierran en los stands. Muchas galerías vuelven de ellas con pérdidas notables, que pueden cubrirse en los meses posteriores con ventas en otras ferias o a distancia. La inversión se destina, ante todo, a mantener viva la relación con los coleccionistas, con los profesionales, con otros galeristas. La apuesta es siempre arriesgada.

http://www.elcultural.es/revista/arte/Las-galerias-hacen-las-Americas/36001

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