El montaje es una nueva producción del coliseo de la calle Jovellanos, y en esta
labor de justa reparación histórica cuenta con dos grandes nombres del teatro y
de la música. Así, la puesta en escena está firmada por Natalia
Menéndez, y el MaestroMiguel
Ángel Gómez Martínez asumirá
la dirección musical al
frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro), del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela y de un elenco repleto de grandes nombres de nuestra lírica.
El reparto está encabezado en el
papel de Casilda por la soprano Nicola Beller Carbone,
cantante habitual en los mejores teatros de ópera del mundo, y
por eltenor Jorge de León, una
de nuestras voces más privilegiadas, en el papel de Don Fadrique, el
comendador. El cantante canario llega a La Zarzuela directo de la Wiener Staatsoper, donde ha interpretado el Macduff de Macbeth,
teatro al que volverá para protagonizar ‘Tosca’ en abril, y ese mismo mes
volará a Nueva York para meterse en el papel del Radamés de ‘Aida’ en el Metropolitan.
La soprano Maite Alberola y el tenor Andeka Gorrotxategi, asumen
asimismo el rol de Casilda y Don Fadrique, mientras que los barítonos Ángel Ódena y César San Martín se meterán en la piel de Peribáñez. El
reparto lo completan la soprano Milagros Martín, que será
Juana Antonia, la también soprano Sandra Ferrández, que hará las
veces de Blasa, el bajo Rubén Amoretti que tiene el doble cometido de personificar
al judío David y al rey, el barítono Manuel Mas, que cantará a
Roque, y los tenores Javier Tomé y Ricardo Muñiz,
que interpretarán a Olmedo y a Miguel Ángel. El actor Carlos Lorenzo encarnará
al lazarillo de Olmedo.
Todos ellos desarrollarán el drama
que por culpa del abuso del comendador se les viene encima a los recién casados
Casilda y Peribáñez, y lo cantarán entre trigales y cielos de Castilla.
De este mágico efecto se ha
encargado el escenógrafo Nicolás Boni con la estrecha complicidad de María Araujo, responsable del vestuario, y de Juan Gómez-Cornejo(AAI), fiel creador, como castellano que es, de
la luz exacta que requieren esos parajes tantas veces evocados por literatos y
poetas.
‘La villana’ es un claro homenaje a Lope de
Vega, y así lo reconoce Natalia Menéndez, quien la define como
una “tragicomedia que trata del abuso
de poder. Un desafío permitido contra la injusticia, donde el vicio, la
violencia y la tiranía son castigados, y la virtud, la honradez y la dignidad
obtienen su recompensa”. En cuanto a la música que envuelve el drama, la
directora de escena afirma que Amadeo Vives “conjuga el fondo tradicional y
popular con la melodía elaborada, transita en ellos sin miedo, con
contundencia, propio del pensamiento artístico que prevalecía a principios del
siglo XX”, y a esto añade que quizás lo más notable y latente, es “la alegría
que prevalece en su composición musical. Apuesta por el amor”.
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