BEATRIZ
RUCABADO Bilbao
Fauvista, cubista, paisajista, amigo de poetas, músicos e
intelectuales... pero siempre Braque. Desde que conoció a Pablo Picasso
en 1907, Georges Braque (1882-1963) se embarcó en un viaje de continua
investigación artística que acabaría por convertirlo en una de las figuras
más destacadas de la vanguardia de principios del siglo XX. Junto a Picasso
empezó a explorar las posibilidades de la descomposición de los planos para
consolidar el cubismo, tras la Primera Guerra Mundial profundizó en las
naturalezas muertas y las canéforas, durante la ocupación nazi llenó sus obras
de símbolos como calaveras y peces negros y tras la Segunda Guerra Mundial
acometió series de billares, talleres y pájaros con los que continuó con sus
reflexiones artísticas.
Cuando acaban de cumplirse cincuenta años de su muerte, el
Museo Guggenheim Bilbao repasa ahora todas estas etapas creativas y las
contextualiza con la faceta más personal y desconocida del artista en la
exposición 'Georges Braque', una ambiciosa retrospectiva que, desde hoy y hasta
el 21 de septiembre, reúne en la pinacoteca bilbaína, con el patrocinio de la
Fundación BBVA, 250 piezas, entre obras y material fotográfico y
documental en que Braque habla de su arte.
'Naturaleza muerta con mantel rojo' (1934).
La exposición, organizada por el Museo Guggenheim Bilbao y la Réunion
des Musées Nationaux-Grand Palais, en colaboración con el Centre National d'Art
et de Culture Georges Pompidou de París, reivindica así con un recorrido
cronológico el papel en la Historia del Arte de un creador cuyo "estatuto
de artista oficial de la Francia gaullista le ensombreció indudablemente a los
ojos de la generación contestataria que le siguió", destaca la comisaria,
Briggite Leale, quien presentó ayer la exposición junto al director del Museo
Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, y el director de la Fundación BBVA,
Rafael Pardo.
La muestra, que en versiones distintas ha podido verse también en
París y Houston, reúne por primera vez en Bilbao una muestra del trabajo que
Braque realizó en el mundo de las escenografías del ballet y muestra al
público, por primera vez en mucho tiempo, el telón que realizó en 1924 para el
ballet Salade.
'El viaducto de L'Estaque' (1908).
Formado en la Academia de Bellas Artes de París, Georges Braque
(1882-1963) abrazó pronto el fauvismo tras descubrir las obras de artistas como
Matisse y Derain, y así lo atestiguan sus primeros paisajes de L'Estaque,
localidad del sur de Francia cercana a Marsella. Pero cuando en 1907 conoció
a Pablo Picasso de la mano del poeta Guillaume Apollinaire, Braque se
embarca en una nueva etapa pictórica en la que los planos sustituyen a los
volúmenes y el espacio cobra especial importancia. Fue un cambio radical en un
corto periodo de tiempo que la exposición pone de relieve mostrando en paredes
enfrentadas de una misma sala varias de sus obras fauvistas y otras como El
viaducto de L'Estaque de principios de 1908. Cuando Matisse contempló alguna de
estas imágenes, en la galería Kahnweiler de París en 1908, habló de «pequeños
cubos». Su expresión no tardó en convertirse en el nombre de las exploraciones
artísticas que habían emprendido Braque y Picasso.
En 1912, durante unas vacaciones con Picasso, Braque empezó a
experimentar con sus primeros papiers collés (papeles pegados), una de sus
aportaciones más importantes al cubismo y una línea de investigación que le
permitió profundizar en la relación entre forma y color. Tras la guerra, su
obra se llenaría de naturalezas muertas y de la armonía de los cuerpos al
estilo clásico, y después de 1945 retomó la investigación artística, con series
sobre billares, pájaros que representan la libertad creativa y paisajes
simplificados hasta convertirse casi en dos bandas.
http://www.elmundo.es/cultura/2014/06/13/5399fa3022601d16388b45a8.html
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