El museo exhibe a los maestros de la pintura inglesa del XIX en la
colección Pérez Simón
'Las rosas de Heliogábalo'
(1888), de Lawrence Alma-Tadema, una de las obras que se expone en el Thyssen.
/ EFE
La colección de arte del empresario mexicano de
origen asturiano Juan Antonio Pérez Simón (Turanzas, 1941) ronda las 3000 obras
de arte, muchas de las cuales figuran desde hace tiempo en exposiciones
temporales de los grandes museos de todo el mundo. El socio de Carlos Slim en
el grupo Carso es de los que opina que el place de comunicarse con una obra es
una fiesta para dos, pero mejor si en ella participan los amigos. Parte de esta
colección ya pudo verse en el Thyssen en 2006, en la exposición De Cranach
a Monet, una de las más exitosas en la historia del museo Thyssen. Ahora le
llega el turno a Alma-Tadema y la pintura victoriana en la Colección
Pérez-Simón, una muestra de 50 obras en la que se incluyen los maestros
más sobresalientes de la pintura inglesa del XIX: Lawrence Alma-Tadema,
Frederic Leighton, Edward Coley Burne-Jones, Albert J. Moore o John William
Waterhouse. Todos son artistas que preconizaban la vuelta al clasicismo de la
Antigüedad, el culto a la belleza femenina y la armonía visual en escenas
narradas sobre suntuosos escenarios plagados de flores o restos de
construcciones medievales, griegas o romanas. La exposición ya se ha podido ve
en París y Roma y a partir del otoño viajará a Londres.
Guillermo Solana, director artístico del museo
Thyssen explica que es un tipo de arte mal conocido en España que se ha
revalorizado mucho en los últimos tiempos. Adquiridas o encargadas entonces por
quienes detectaban el poder económico, eran cuadros destinados a dar
suntuosidad a las viviendas privadas. “Representaban todo lo que la modernidad
odiaba, el stablishment que querían derribar. Las
rosas de Heliogábalo, una de las más icónicas de la exposición, representa
el amor al lujo y la deliciosa perversidad en la que se deleitaba Alma-Tadema
que fue marcado con el sello de excluido y ha permanecido durante un siglo como
tal”.
'La bola de cristal'
(1902), de John Williams Waterhouse, que forma parte de la colección Pérez
Simón. / EFE
Recuerda Solana que el parisino museo de Orsay ya realizó una exposición en la que unió a los impresionistas junto a los academicistas. “Creo que los museos tenemos la obligación de dar a conocer todo el arte del XIX sin sectarismos.
Véronique Gerard-Powell, profesora honoraria de la
Université Paris-Sorbonne, ha organizado la exposición en orden cronológico.
Desde 1860, con la disolución de los prerrafelitas hasta el inicio de la Gran
Guerra. Las obras están distribuidas en seis capítulos temáticos: El
eclecticismo de una época, belleza ideal, belleza clásica, Alma-Tadema, Entre
reconstrucción histórica y ensueño; El rostro, espejo de la belleza; del
prerrafaelismo al simbolismo y Entre tradición y modernidad.
En torno a dos grandes arreglos florales cuyo
perfume impregna las salas de manera contundente, el visitante se encuentra con
muchas obras protagonizadas por mujeres. Soñadoras, bondadosa o malvadas,
aparecen lujosamente vestidas o sugerentemente semidesnudas en medio de palacios
o paisajes como heroínas de la Antigüedad o del Medievo.
La comisaria destaca en especial la belleza de El
cuarteto. Tributo del pintor al arte de la música (1868), de Albert
Joseph Moore, “una obra imprescindible para entender el movimiento", y Muchachas
griegas recogiendo guijarros a la orilla del mar (1971) de Frederic
Leighton.
De Alma-Tadema se exhiben quince obras con las que
se intenta reflejar los grandes momentos de su carrera. “Fue el pintor de la
luz”, explica la comisaría “que supo responder al mercado inglés con escenas de
la vida cotidiana de Pompeya. Esa luz destaca especialmente en Las
rosas la Heliogábalo , el mejor cuadro que se conserva de esa época”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/06/24/actualidad/1403626469_467677.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario