domingo, 1 de junio de 2014

EL BARÍTONO ALFREDO GARCÍA REDONDEA EL DISFRUTE EN OTRA SESIÓN DE “NOCHES DE MÚSICA Y VINO” EN LOS TEATROS DEL CANAL.


Alfredo García, barítono. Julio Alexis, piano. 
Maridaje sonoro.http://www.teatroscanal.com/actividad/catas-vino-musica/
 27 de mayo, 2014.

En “petit comité” y en la Sala Negra de los Teatros del Canal de Madrid, tuvo lugar otra de las catas programadas en un curioso proyecto de maridaje sonoro donde los presentes pueden paladear los mejores caldos, contextualizados en un escogido repertorio musical. Bajo el patrocinio de Iberia.


El proyecto se abordó con la colaboración de Bodega Santa Cecilia y fue presentado por Carmen González, Viceconsejera de Empleo, Turismo y Cultura de la Comunidad de Madrid, el director artístico de los Teatros del Canal, Albert Boadella, su responsable musical, Beatriz Arzamendi y la directora de compras de Bodegas Santa Cecilia, Mayte Santa Cecilia.

Según los organizadores, la iniciativa tiene como objetivo conseguir un estímulo emocional con nuevas sensaciones en la percepción sensorial. La selección musical resulta de una minuciosa elección siguiendo las características de los vinos que se escogen para la degustación.
 Un estudio de la Universidad Heriot Watt del Reino Unido, parece
haber demostrado el cambio en el sabor del vino vinculado a la melodía que se escucha. Apolo y Dionisos se conjugan así en una comunión que permite al público gozar de una excelente copa de vino con la mejor selección musical. Y meditar y soñar…


La noche del 27 de mayo fue la ocasión para que el barítono Alfredo García, acompañado del pianista Julio Alexis, pusiera con sus arias el toque especial a la velada.

El cantante madrileño, que se formó en la Escuela de Canto de la capital española y en la Hochschule vienesa ha cantado con orquestas de prestigio internacional como la New York Philarmonic, la Dresdner Philarmonie, la Orquesta Sinfónica de Israel, la Athens State Orchestra y con las más relevantes formaciones musicales españolas. Entre sus primeras actuaciones ya estaba presente Verdi (Un giorno di regno) y ha continuado su trayectoria con zarzuela, Britten, Tomás Marco o Gazzaniga, entre otras prestaciones. En su repertorio figuran además, la Serenata para barítono y Cello de Ginastera y numerosas grabaciones.
 En esta ocasión, el desafío para el cantante puede ser la cercanía del público que ocupa las mesas y las aportaciones de la especialista en vinos (Mayte Santa Cecilia) porque cada aria se ve precedida por una explicación de la cata que la acompaña y también de una ilustración musical sobre el compositor, la época o las características del pasaje operístico.


Sin embargo, esta circunstancia parece no interferir en Alfredo García, que despliega seguridad vocal y autoridad en todos los registros, con una voz amplia y melodiosa, sorprendente en el registro agudo y solvente en las zonas medias y graves, acompañada de una interpretación escénica volcada en la teatralización generosa del texto y de la música.

Comienza la velada de la quinta cata a las ocho de la tarde con un primer vino de  Lanzarote, malvasía, El Grifo, blanco. Viñedos raciales, prefiIoxéricos, con un sabor salino por la cercanía del mar. Explosivos, con gusto a fruta madura, un toque dulce, refrescante, que casa bien con pescados y también con comidas exóticas. Vino de la tierra de Jorge Manrique de un viñedo antiguo desde 1775. Hay toques minerales, atlánticos, volcánicos, isleños en una palabra. El vino ofrecido es de 2012.

Junto a este vino el barítono cantó el Aria de la ópera I Puritani de Vincenzo Bellini (1801-1835), “Or dove fuggo io mai…? Ah, per sempre io te perdei”, que relata las desventuras amorosas de los protagonistas en la procelosa Inglaterra de Oliver Cromwell.
 Se trata de un pasaje melancólico, con una desesperación que el paladar del vino atenúa y atesora como una joya emocional auténtica. La dicción del cantante es de una claridad manifiesta y digna de elogiarse, por lo poco frecuente.


La segunda oferta es un caldo Roda I, de Rioja, un vino de expresión diáfana con almacenamiento en roble francés. Uva tempranillo del 2007, con un color de ciruela negra y un sabor balsámico, potente, con aromas a tomillo, eucalipto, de la familia Agustín Santa Olalla, hecho con las mejores uvas antiguas, cosechadas a mano. Un vino ecológico sin quererlo expresamente porque no se utilizan productos químicos en el tratamiento de las cepas, y se cosecha a mano, en 14 hectáreas de la mejor zona de la Rioja. Un vino elegante.

Para este caldo que deja un retrogusto potente, el Aria de la ópera Macbeth de Giuseppe Verdi (1813-1901), “Perfidi! All’anglo contro me v´unite!...Pietà, rispetto, amore”. Macbeth, es de todos sabido, es una de las obras más intensas de Shakespeare, sobre la que el maestro de Bussetto ha esculpido una música que recoge uno a uno todos los sentimientos de los protagonistas, donde no están ausentes la suerte, el destino, el asesinato desleal y el elemento mágico. Alfredo García le da a este pasaje un empaque y una solvencia que van in crescendo.
El tercer vino es de Alicante. Santa Rosa, reserva, de la familia Enrique Mendoza con variedades de uvas foráneas (Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah. De sabor mediterráneos, con aromas también florales, a jara, estacionado en 17 meses de roble. Acunado por el Aria de Le Nozze di Figaro de W. A. Mozart (1756-1791), “Hai già vinta la causa…vedrò mentr´io sospiro”, el inefable texto basado en la obra teatral de Beaumarchais, recuerda los estertores del Ancien Régime y el alumbramiento de un nuevo orden social y político que se fraguará en la Francia del dramaturgo con la llegada de la Revolución Francesa, tal y como destacó, hablando del derecho de sometimiento sexual a las jóvenes esposas apenas casadas, la comentarista musical de la noche, Beatriz Arzamendi.
La última y cuarta cata nos traslada a un vino Viña Pedrosa gran reserva, Ribera del Duero, de 1988, con tinta del país, con un toque de Cabernet Sauvignon. Un vino poderoso, elegante, de color sepia, estacionado una parte en roble francés y otra en roble americano. Con sabor a fresas, vainilla y a madera, intenso. Para este caldo, que deja en la boca y en el paladar un  retrogusto vibrante y exquisito, la historia ahora así ya cuajada de la Revolución Francesa (esta noche va de levantamientos) con el Aria del Andrea Chénier de Umberto Giordano (1867-1948), “Nemico della patria”, basada en los hechos reales que tiñeron de sangre pero también de libertad el territorio galo.



Last but not least, una referencia obligada al trabajo de la ejecución y el acompañamiento del pianista Julio Alexis, discreto, exacto y medido que siguió al barítono con la precisión de un mecanismo bien ajustado. 
Hubo un bis, de I Puritani, que cerró la velada en la Sala Negra, en medio de los aplausos de un público colmado por todo, el vino, grande y la música, una maravilla.
Abajo, en la calle, a las puertas de los Teatros del Canal, se inauguraba la terraza de verano. Fuimos incluidos en la lista de los afortunados que pudimos degustar más alcoholes, el “champagne (el cava, en réalité )coulait à flot”, como diría un especialista. Unos canapés muy bien preparados y servidos terminaron con una noche excepcional, sinestésica, donde el vino y la música lo fueron todo, pero mecidos sin complejos, por los saludos, las risas y los besos.
                                                                                                                        Fotos J.Villanueva


Alicia Perris

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