Alfredo García, barítono. Julio Alexis, piano.
Maridaje sonoro.http://www.teatroscanal.com/actividad/catas-vino-musica/
27 de mayo, 2014.
Maridaje sonoro.http://www.teatroscanal.com/actividad/catas-vino-musica/
27 de mayo, 2014.
En “petit comité” y en la Sala Negra de los Teatros del
Canal de Madrid, tuvo lugar otra de las catas programadas en un curioso
proyecto de maridaje sonoro donde los presentes pueden paladear los mejores
caldos, contextualizados en un escogido repertorio musical. Bajo el patrocinio
de Iberia.
El proyecto se abordó con la colaboración de Bodega Santa
Cecilia y fue presentado por Carmen González, Viceconsejera de Empleo, Turismo
y Cultura de la Comunidad de Madrid, el director artístico de los Teatros del
Canal, Albert Boadella, su responsable musical, Beatriz Arzamendi y la
directora de compras de Bodegas Santa Cecilia, Mayte Santa Cecilia.
Según los organizadores, la iniciativa tiene como objetivo
conseguir un estímulo emocional con nuevas sensaciones en la percepción
sensorial. La selección musical resulta de una minuciosa elección siguiendo las
características de los vinos que se escogen para la degustación.
Un estudio de la Universidad Heriot Watt del Reino Unido,
parece
haber demostrado el cambio en el sabor del vino vinculado a
la melodía que se escucha. Apolo y Dionisos se conjugan así en una comunión que
permite al público gozar de una excelente copa de vino con la mejor selección
musical. Y meditar y soñar…
La noche del 27 de mayo fue la ocasión para que el barítono
Alfredo García, acompañado del pianista Julio Alexis, pusiera con sus arias el
toque especial a la velada.
El cantante madrileño, que se formó en la Escuela de Canto
de la capital española y en la Hochschule vienesa ha cantado con orquestas de prestigio
internacional como la New York Philarmonic, la Dresdner Philarmonie, la Orquesta
Sinfónica de Israel, la Athens State Orchestra y con las más relevantes
formaciones musicales españolas. Entre sus primeras actuaciones ya estaba
presente Verdi (Un giorno di regno) y ha continuado su trayectoria con
zarzuela, Britten, Tomás Marco o Gazzaniga, entre otras prestaciones. En su
repertorio figuran además, la Serenata para barítono y Cello de Ginastera y numerosas grabaciones.
En esta ocasión, el desafío para el cantante puede ser la
cercanía del público que ocupa las mesas y las aportaciones de la especialista
en vinos (Mayte Santa Cecilia) porque cada aria se ve precedida por una
explicación de la cata que la acompaña y también de una ilustración musical
sobre el compositor, la época o las características del pasaje operístico.
Sin embargo, esta circunstancia parece no interferir en
Alfredo García, que despliega seguridad vocal y autoridad en todos los
registros, con una voz amplia y melodiosa, sorprendente en el registro agudo y
solvente en las zonas medias y graves, acompañada de una interpretación
escénica volcada en la teatralización generosa del texto y de la música.
Comienza la velada de la quinta cata a las ocho de la tarde
con un primer vino de Lanzarote,
malvasía, El Grifo, blanco. Viñedos raciales, prefiIoxéricos, con un sabor
salino por la cercanía del mar. Explosivos, con gusto a fruta madura, un toque
dulce, refrescante, que casa bien con pescados y también con comidas exóticas.
Vino de la tierra de Jorge Manrique de un viñedo antiguo desde 1775. Hay toques
minerales, atlánticos, volcánicos, isleños en una palabra. El vino ofrecido es
de 2012.
Junto a este vino el barítono cantó el Aria de la ópera I
Puritani de Vincenzo Bellini (1801-1835), “Or dove fuggo io mai…? Ah, per
sempre io te perdei”, que relata las desventuras amorosas de los protagonistas
en la procelosa Inglaterra de Oliver Cromwell.
Se trata de un pasaje melancólico, con una desesperación
que el paladar del vino atenúa y atesora como una joya emocional auténtica. La
dicción del cantante es de una claridad manifiesta y digna de elogiarse, por lo
poco frecuente.
La segunda oferta es un caldo Roda I, de Rioja, un vino de
expresión diáfana con almacenamiento en roble francés. Uva tempranillo del
2007, con un color de ciruela negra y un sabor balsámico, potente, con aromas a
tomillo, eucalipto, de la familia Agustín Santa Olalla, hecho con las mejores
uvas antiguas, cosechadas a mano. Un vino ecológico sin quererlo expresamente
porque no se utilizan productos químicos en el tratamiento de las cepas, y se
cosecha a mano, en 14 hectáreas de la mejor zona de la Rioja. Un vino elegante.
Para este caldo que deja un retrogusto potente, el Aria de
la ópera Macbeth de Giuseppe Verdi (1813-1901), “Perfidi! All’anglo contro me
v´unite!...Pietà, rispetto, amore”. Macbeth, es de todos sabido, es una de las
obras más intensas de Shakespeare, sobre la que el maestro de Bussetto ha
esculpido una música que recoge uno a uno todos los sentimientos de los
protagonistas, donde no están ausentes la suerte, el destino, el asesinato
desleal y el elemento mágico. Alfredo García le da a este pasaje un empaque y
una solvencia que van in crescendo.
El tercer vino es de Alicante. Santa Rosa, reserva, de la
familia Enrique Mendoza con variedades de uvas foráneas (Cabernet Sauvignon,
Merlot y Syrah. De sabor mediterráneos, con aromas también florales, a jara,
estacionado en 17 meses de roble. Acunado por el Aria de Le Nozze di Figaro de
W. A. Mozart (1756-1791), “Hai già vinta la causa…vedrò mentr´io sospiro”, el
inefable texto basado en la obra teatral de Beaumarchais, recuerda los estertores
del Ancien Régime y el alumbramiento de un nuevo orden social y político que se
fraguará en la Francia del dramaturgo con la llegada de la Revolución Francesa,
tal y como destacó, hablando del derecho de sometimiento sexual a las jóvenes
esposas apenas casadas, la comentarista musical de la noche, Beatriz Arzamendi.
La última y cuarta cata nos traslada a un vino Viña Pedrosa
gran reserva, Ribera del Duero, de 1988, con tinta del país, con un toque de
Cabernet Sauvignon. Un vino poderoso, elegante, de color sepia, estacionado una
parte en roble francés y otra en roble americano. Con sabor a fresas, vainilla
y a madera, intenso. Para este caldo, que deja en la boca y en el paladar
un retrogusto vibrante y exquisito, la
historia ahora así ya cuajada de la Revolución Francesa (esta noche va de
levantamientos) con el Aria del Andrea Chénier de Umberto Giordano (1867-1948),
“Nemico della patria”, basada en los hechos reales que tiñeron de sangre pero
también de libertad el territorio galo.
Last but not least, una referencia obligada al trabajo de
la ejecución y el acompañamiento del pianista Julio Alexis, discreto, exacto y
medido que siguió al barítono con la precisión de un mecanismo bien
ajustado.
Hubo un bis, de I Puritani, que cerró la velada en la Sala
Negra, en medio de los aplausos de un público colmado por todo, el vino, grande
y la música, una maravilla.
Abajo, en la calle, a las puertas de los Teatros del Canal,
se inauguraba la terraza de verano. Fuimos incluidos en la lista de los
afortunados que pudimos degustar más alcoholes, el “champagne (el cava, en
réalité )coulait à flot”, como diría un especialista. Unos canapés muy bien
preparados y servidos terminaron con una noche excepcional, sinestésica, donde
el vino y la música lo fueron todo, pero mecidos sin complejos, por los
saludos, las risas y los besos.
Fotos J.Villanueva
Alicia Perris
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