domingo, 31 de enero de 2016

LA FILARMONICA, OTRA VELADA EXCEPCIONAL EN EL AUDITORIO NACIONAL

DIRECTORY SOLISTA: WAYNE MARSHALL, PIANO.


Auditorio Nacional, sala sinfónica.
Jueves 28 de enero de 2016

Obras:
G. Gershwin (1898-1937)
Obertura de "Of thee I sing"
“Rhapsody in blue”
Gershwin in Hollywood

L. Bernstein (1918-1990)
"West Side Story", Danzas Sinfónicas
Obertura y Suite de "Candide"

Una noche para dejarse llevar.
 Todo el mundo sabe que con las Danzas Sinfónicas de West Side Story o las respiraciones sincopadas de Rhapsodia in blue de Gershwin seguimos acudiendo al bagaje de nuestra memoria colectiva, ¿deberíamos decir de nuestro inconsciente colectivo?, porque la llevamos dentro sin siquiera darnos cuenta. Forman parte de nuestra historia musical e íntima.
 La fusión de ritmos de blues, negro spirituals y jazz que nos descubre, con otro color y otra factura el Maestro Marshall y la orquesta de Radio Colonia, ponen de manifiesto que son especialistas en el repertorio sinfónico norteamericano, el mismo que también suele rastrear, a fondo, el maestro Gustavo Dudamel.
Son dos versiones sentidas de otra manera, pero las dos un lujo.
 La Filarmónica, Sociedad de Conciertos, transita así por su cuarta temporada, buceando siempre en repertorios reconocibles pero necesarios e imprescindibles de la música clásica, no solo de la que figura en las tradicionales recopilaciones canónicas, sino también en la producción y enriquecimiento que los diferentes países y civilizaciones han hecho a este tipo de expresión artística.

 La Radio de Colonia, fundada en 1947,  es una institución europea que tiene una orquesta-big band dedicada al jazz y a la interpretación de la música americana del siglo XX. Recientemente descubrió el fascinante universo de la música para videojuegos y promovió el lanzamiento de un proyecto de música dubstep en 2012.
Wayne Marshall, director, pianista y organista afroinglés, es uno de los especialistas de este repertorio de mayor reconocimiento internacional. Es el Director Titular de la orquesta de Radio Colonia WDR, así como artista asociado del Bridgewater Hall de Manchester. La relación simbiótica y expansiva que tiene el director con su formación es evidente y se podría decir que se entienden sin ni siquiera abundar en gestos o en manifestaciones físicas. Son como una unidad de color y de sonido, fantástica.
 En 2007 fue nombrado Director Principal Invitado de la Orquesta Sinfónica de Milán Giuseppe Verdi y sus interpretaciones de Gerwshin, Bernstein y otros compositores norteamericanos del siglo XX, son ya célebres.
  El concierto dedicado por la Filarmónica a Gershwin y Bernstein, dos compositores judíos, a los que se vuelve como quien visita a los escritores y a pintores como Chagall, coincidió prácticamente con la conmemoración del Día del Holocausto y la prevención de Crímenes contra la Humanidad, que cada año recuerda las atrocidades de la II Guerra Mundial y las que continúan sucediéndose en el presente.
 En los años 20 del mismo siglo, los Estados Unidos vivieron el culmen de un tiempo de gran crecimiento económico, glosados por autores como Scott Fitzgerald o Mark Twain, cuestionando las bases, no siempre justas o adecuadas, sobre la que se estaba cimentando la expansión del imperio americano.
 Recordemos de estos escritores, la Edad dorada o El gran Gatsby o en el ámbito musical, el lenguaje propio de un Aaron Copland, que combinaban elementos del folklore popular y el jazz en las estructuras heredadas de la tradición europea.
 La trayectoria de George Gerwshin fue parecida pero al contrario. Había triunfado en los años 20 como compositor y arreglista de música popular en la creación de musicales en Broadway y reelaboró el concepto de fusión entre la música culta, la popular y el jazz.
 La Rapsodia en blue es un ejemplo claro de ello: un mix de diferentes encuadres de composiciones sencillas basadas en la melodía: la banda de calle, el vals vienés, la orquesta de baile, el charleston y el cabaret, la paleta sinfónica y el swing más trepidante.
 Fue durante el exilio forzoso de la II Guerra Mundial, cuando los Estados Unidos acogieron un número importante de refugiados europeos, que aportaron la música de vanguardia de Europa a la vez que incorporaron las vivencias musicales del lugar que los vio llegar del viejo continente.
 Hay obligatoriamente que fundar una reacomodación racial que a veces bordea el conflicto, pero Leonard Bernstein fue uno de los músicos que mejor nadó entre las aguas de mundos diferentes pero compatibles.
 Le debemos formas clásicas como música vocal, de cámara, sinfonías, así como obras para el cine, el musical y el ballet. La opereta Candide, basada en el clásico dieciochesco de Voltaire con libreto de la gran Lillian Hellman y letras de Richard Wilbur y el musical West Side Story,  Candide incide en la crítica a los Estados Unidos, tierra de promisión que sin embargo dista mucho de ser el mejor de los mundos posibles, como escribiera en su día el filósofo de las Luces.


La sala llena y muchísimos aplausos y bravi, con un programa de mano bien elaborado y las aportaciones específicas del polivalente escritor especializado Miguel Gené, cerraron una velada que tuvo su momento más brillante cuando el maestro Marshall, trepó escaleras arriba de los bancos del coro del Auditorio Nacional, la emprendió con el órgano maravilloso de esta sala y le arrancó unos acordes que hicieron vibrar a todos. Siempre desde el órgano, la Orquesta  de Radio Colonia lo acompañó en un epílogo que no podía menos que ser, también, apotéosico. Una maravilla.


Alicia Perris

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