Haifaa Al-Mansour, primera
mujer en dirigir una película en su país, recrea la vida de la escritora
creadora del mito de la criatura en ‘Mary Shelley’
JACINTO ANTÓN
Haifaa Al-Mansour,
retratada en Barcelona MASSIMILIANO MINOCRI
“Vi arrodillado al pálido estudiante de artes
oscuras junto a la cosa que había creado. Vi tendido el horrendo fantasma de un
hombre que acto seguido, en virtud de algún poderoso mecanismo, manifestó
señales de vida y empezó a experimentar un lento movimiento, como vivo a
medias”. Así describió Mary Shelley la pesadilla que le dio la idea de escribir
su inmortal novela Frankenstein o el moderno Prometeo (1818). El cine se ha
ocupado largamente de su monstruosa criatura pero poco de ella, de Mary (con
honrosas excepciones como Remando al viento, de Gonzalo Súarez). Pero ahora
otra mujer, y en circunstancias parecidas a las suyas, la ha convertido en
protagonista de una bella y emocionante película. Se trata de la cineasta árabe
Haifaa Al- Mansour (Az Zulfi, Arabia Saudí, 1974), directora de Mary Shelley,
un intensamente romántico biopic de textura gótica y paleta prerrafaelita que
se estrena esta semana (13 de julio) protagonizado por Elle Fanning y que se
centra en la agitada juventud de la escritora, su relación con el poeta Percy
Bysshe Shelley y el proceso creativo de Frankenstein - incluyendo la famosa
estancia en Villa Diodati aquel raro junio de 1816-, así como las vicisitudes
de su publicación.
El filme sigue esas
primeras etapas de la intensa vida de Mary Shelley, née Godwin, marcada por la
fuerte personalidad de sus padres, la filósofa y pionera del feminismo Mary
Wollstonecraft (la película recuerda que fue amante de Fuseli), que murió al
nacer Mary, y el pensador y editor William Godwin, que rompió con su hija por
su escandalosa relación con Shelley, con el que se fugó a los 17 años pese a
estar él casado. Al-Mansour fue la primera mujer en dirigir una película en
Arabia Saudí, La bicicleta verde (que compitío al Óscar a la mejor película
extranjera), y lo tuvo que hacer desde una caravana mediante un monitor porque
no podía salir al exterior y ser vista en compañía de hombres. Mary Shelley,
ganadora del premio a la mejor película en el pasado BCN Film Festival, la ha
rodado en cambio en Europa (especialmente en Irlanda, Luxemburgo y Francia) en
circunstancias muy distintas, “y fue fantástico”, dice.
“Entiendo su dolor porque
no la dejan hacer lo que quiere, su lucha contra los prejuicios hacia la mujer
artista, ¡yo soy de Arabia Saudí!"
“Por supuesto al leer el
guion sentí una conexión muy fuerte con la protagonista, que reta la moral y
los principios de su mundo”, explicó recientemente en Barcelona la directora al
presentar su película. El filme enfatiza los problemas del personaje por
rebelarse ante las convenciones de la época -propugnando la unión y el amor
libres-, y contra la postergación de las mujeres. “Entiendo su dolor porque no
la dejan hacer lo que quiere hacer, su lucha contra los prejuicios hacia la
mujer artista, ¡yo soy de Arabia Saudí!”, recalcó Al-Mansour. Para la directora
es muy significativo que “todo el mundo conozca al monstruo pero en realidad pocos
a la autora, lo que hubiera sido muy distinto de ser un hombre; las mujeres han
sido rechazadas en la historia en términos creativos, aunque afortunadamente
vemos que eso está cambiando con el actual despunte femenino y la lucha por la
igualdad”. Al-Mansour explicó que uno de los retos fue decidir qué poner y qué
no en la película. “A Mary Shelley le pasaron muchas cosas, incluida la pérdida
de tres hijos y la muerte de Shelley ahogado, así que me pareció esencial
centrarme en la relación entre su vida y la escritura de Frankenstein. Mostrar
cómo su experiencia directa como mujer resultó en la escritura de esa novela”.
Incluso la relación con Shelley, al que inicialmente se tuvo por su autor, es
vista en conexión con el libro.
La película no muestra más
que fugazmente al monstruo nacido de la imaginación de Mary Shelley. “No
queríamos que se lo viera mucho. Me pareció que ya es famoso, un icono de la
cultura popular, todo el mundo lo tiene en la cabeza, y en cambio se trataba de
dar a conocer a Mary”. Ella misma, Al-Mansour, había leído Frankenstein pero
desconocía que la vida de Mary Shelley, que de niña había escuchado recitar en
casa al mismísimo Coleridge e intimó con los dos más grandes poetas de la época
(y quizá de todas las épocas), Shelley y Byron, fuera tan rica. La actriz
protagonista, “era la que queríamos desde el principio, ha sido muy fácil
trabajar con ella. Necesitaba a alguien capaz de imprimir mucho dramatismo pero
al mismo tiempo no caer en la sobre interpretación, es una línea muy fina y
Elle Fanning borda el papel”.
Un fotograma de 'Mary
Shelley'.
Para la cineasta, el
momento decisivo y más emotivo de la película es cuando la hermanastra de Mary,
Claire, le dice que sabe quién es el monstruo de su historia: los hombres que,
como Shelley, Godwin o Lord Byron (amante de Claire) no se sienten responsables
de sus actos. El paralelismo con Frankenstein, que abandona a su criatura que
le pide amor, es claro. “Ese es un tema fundamental tanto de la novela como de
la película, y muy actual, el amor y el rechazo y el abandono”. La
monstruosidad de los sentimientos. “Exactamente”. La versión teatral de
Frankenstein que se ha estrenado este año en Barcelona incidía también en esa
idea.
El arduo y a la vez
intensísimo proceso de la creación, la chispa galvánica y el pulso titánico, es
otro de los temas de la película, con momentos muy profundos. “Así es, me
reconozco en la lucha por crear de Mary, y en lo que tiene de misterioso e
irracional ese proceso”.
La película no muestra más
que fugazmente al monstruo nacido de la imaginación de Mary Shelley. “No
queríamos que se lo viera mucho. Me pareció que ya es famoso, un icono de la
cultura popular"
En una película
arrebatadora visual y emocionalmente, se le puede reprochar el tratamiento de
Lord Byron (Tom Sturridge), algo clownesco. “Ah, no, a mucha gente le gusta
cómo lo hemos retratado, es el tono impetuoso, vehemente, del
Romanticismo. Byron resulta muy
machista, pero lo era aún más en el guion”. La película subraya la relación
entre Mary y Polidori, soslayando que este la perseguía. “Se hicieron mucho
caso en Villa Diodati, y se influyeron mucho, sin duda; él le aportó mucha
información médica; tenían que haber acabado juntos”. A propósito de la
relación de Mary con su padre, tan importante en el filme, ¿qué tal es la de la
cineasta con el suyo? “Mi padre es un encanto, me ha apoyado siempre mucho.
Pero ¡le habría dado un infarto si yo me hubiese fugado con un hombre casado!”.
De la tímida apertura en su
país, manifestada en que las mujeres puedan conducir y se hayan abierto cines,
la directora cree que es un fenómeno real no un maquillaje político, y que ha
venido para quedarse. “Creo que es una apertura auténtica. Lo de los cines me
parece un paso enorme, porque las mujeres pueden disfrutar relajadamente en un
lugar público. Definitivamente, estoy esperanzada. El ambiente del país ha
cambiado, antes me decían que iría al infierno solo por escuchar música. Ahora
se baila por las calles, y ves muchos colores, hay una alegría. En todo caso,
vuelvo allí para rodar en septiembre, El candidato perfecto, sobre sobre una
mujer que se presenta a las elecciones; ya veremos". Al- Mansour ha hecho
un filme para Netflix, Desmelenada, sobre la rebeldía de una joven
afroamericana.
https://elpais.com/cultura/2018/07/10/actualidad/1531250785_697802.html
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