martes, 13 de enero de 2015

EL TESORO DE ROBERT L. STEVENSON

Graphiclassic homenajea a la gran novela de piratas de 'La Isla del Tesoro' y a la fascinante figura del enfermizo y genial escritor escocés


Stevenson con su mujer y dos indígenas de Samoa. Edwin J. Beinecke Collection of Robert Louis Stevenson

ZABALA DE LA SERNA Madrid
Tan subyugante como su isla fue el tesoro de la personalidad y vida de Robert Louis Stevenson (1850-1894), un enfermo profesional de salud de cristal; el padre del doctor Jekyll, mister Hyde, Jim Hawkins, Long John Silver y de 'La Isla del Tesoro', que es lo que nos trae y nos lleva como la marea (y la que provoca a Graphiclassic su publicación),homenajea a los soñadores de los mares del Sur, a la gran novela de aventuras y piratas, vigente a cualquier edad porque, como escribe Juan Tébar: "Jim Hawkins somos todos". Tébar es solo una de las firmas que se encadenan por y para Stevenson. Carlos Uriondo reúne a Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Fernando Savater, Luis Alberto de Cuenca, Rosa Montero, Alejandro Jodorowsky, Vázquez-Figueroa y un largo etcétera en el que sólo falta Arturo Pérez-Reverte, pero es que el maestro ya apareció en la anterior publicación de la editorial altruista que se rendía a 'Moby Dick' antes de profundizar en el estudio gráfico y literario del autor escocés.
'La Isla del Tesoro' vierte su cofre como un río caudaloso de inspiraciones. La novela gráfica por excelencia nace en el boceto infantil de una isla y muere en la eternidad infinita de ilustraciones -léase también cómics a la usanza de 'El Capitán Trueno', a la espera de una edición soñada de Dalmau- y películas, en stand by de la gran película, como dice Manuel Hidalgo: "Un cierto consenso entre críticos e historiadores señala que la mejor película sobre el relato stevensoniano es la realizada por Byron Haskin en 1950 (...) Pero todavía no existe la gran película de 'La Isla del Tesoro'". Y ya las ha habido. El editor del homenaje lo cuenta: "Stevenson es el más claro precedente de los guionistas de cine... Genera una especie de cola de cometa. No sólo cinematográfica".
El prototipo eterno del pirata nace de Stevenson, inspira películas y un sinfín de obras ilustradas
Como todos los genios, el escocés desbrozó un camino virgen que después todos siguieron. Long John Silver es el prototipo del pirata que en el imaginario colectivo todos figuramos desde la botella de Ron hasta las canciones de Sabina ("el pirata cojo, con cara de malo, con parche en el ojo y pata de palo"). Uriondo lo explica más allá: "Cambió la historia de la piratería. A partir de su obra ha de haber un tesoro escondido, un mapa... La verdad es que incluso 'Piratas del Caribe' sigue la estela de Stevenson".
Las películas de piratas forman un género en sí mismo que también, como el western, ha sufrido sus guadianas, sus desapariciones para volver a aparecer por sus ojos. "Se llegó a decir 'películas de pirata, fracaso seguro'. Hasta que llega alguien que le da una vuelta de tuerca como a los filmes del Oeste. [Clint Eastwood por ejemplo]. De todas las versiones que se han hecho yo me quedaría, sin lugar a dudas, con la del hijo de Charlton Heston (1990)". Pero hay una versión española que produce Andrés Vicente Gómez en 1972 plagada de rarezas desde que empieza con dos directores, cinco países en coproducción y hasta seis guionistas. Orson Welles imprime el sello en el papel de Silver con un sombrero de chiringuitero, quizá como homenaje a la playa de El Sombrerico (Mojácar, Almería) en la que se rodó. Hubo una pionera experiencia en cine mudo que se perdió en el silencio en los albores del siglo XX, cuando ni el loro contaba con voz.
Las leyendas de los mares del sur dicen que su riqueza provenía de un verdadero tesoro encontrado
Entre la fascinación por 'La Isla del Tesoro' y Stevenson, la disyuntiva se hace difícil de resolver. El tipo es un tipazo, como dirían por México. Su vida es una enfermedad continúa entre esputos sanguinolentos de tuberculosis desde una infancia de bronquitis. Que no muriese de un achaque pulmonar -derrame cerebral a los 44- le dio a Borges motivo de comentario con Sábato: "Stevenson murió mientras preparaba una ensalada. Él jamás había comido una ensalada. La aborrecía. Cuando alguien contó el episodio Chesterton, éste respondió: 'Ahora creo que Stevenson ha muerto. Era un hombre que siempre, siempre estaba haciendo cosas inesperadas...'".
Las leyendas del escritor de Escocia van más allá de su propia salud. Su elevado nivel de vida en Samoa levantó sospechas sobre que no todo provenía de la literatura: Stevenson habría encontrado un verdadero tesoro como sostenía el suizo Walter Hurni: "Se trasladó precisamente a Upolu porque sabía que en la cercana isla de Tafahi, una isla descubierta por los holandeses en 1616, estaba enterrado el llamado Tesoro de Lima y que además lo encontró...".
Fascina en Robert Louis Stevenson, de pulmones quebradizos, su afición por el tabaco y las bebidas espirituosas como le comentó a Henry James: "No me gusta pensar en la vida sin el vino tinto en la mesa y sin el tabaco con su encantadora brasa encendida". La gasolina para viajar de La Isla (...) a Dr. Jekyll y Mr. Hyde. El tesoro era Stevenson.


http://www.elmundo.es/cultura/2015/01/12/54b2bf81268e3ea0548b4576.html

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