El arquitecto critica la apertura “prematura” de su Filarmónica, con
exterior inacabado
Aspecto del exterior de la nueva
Filarmónica de París. / CHARLES
PLATIAU (REUTERS)
Tras una década de tensa espera,
París cuenta con su propiaFilarmónica.
El edificio fue inaugurado hace una semana en una ciudad todavía conmocionada
por la violencia yihadista. El concierto inaugural, en el que se escuchó a
Ravel y Varèse, tuvo un efecto catártico en el patio de butacas, donde se
encontraban François Hollande, destinatario de una inesperada ovación, y la
alcaldesa de París, Anne Hidalgo. “Cada movimiento de una sinfonía conjura al
terrorismo”, dijo esta última. Sin embargo, el acto contó con una destacada
ausencia: la de su arquitecto, Jean Nouvel, descontento
con una apertura que considera “prematura”.
No le falta razón. El interior del
edificio se encontraba a punto para acoger a los primeros concertistas, pero no
su exterior, que no estará terminado “hasta dentro de dos o tres meses”, como
reconoce el presidente de la Filarmónica, Laurent Bayle. El motivo es sencillo:
las obras debían haber terminado el año pasado, como muy tarde. Los conciertos
fueron programados meses atrás y las entradas, puestas a la venta. “Retrasar la
inauguración era imposible. Entiendo la reacción de Nouvel, pero debo respetar
a nuestro público y a los músicos contratados, además de las subvenciones
recibidas”, explicaba Bayle.
El descomunal edificio diseñado por Jean Nouvel es una estructura irregular y
angulosa de 87.000 metros cuadrados y se sitúa en pleno Parque de la Villette,
a dos pasos de la Ciudad de la Música del arquitecto Christian de Portzamparc.
A partir de ahora, formarán una entidad única, que tendrá la vocación de
convertirse en “un Centro Pompidou de la música”, en palabras de Bayle. Es
decir, estará abierto a disciplinas variadas y será susceptible de acoger a un
público diverso. Y, si es posible, también joven.
El peligro que corre la música
clásica es el envejecimiento de sus espectadores, así como su carácter
excesivamente homogéneo”, reconoce el presidente de la Filarmónica.
Su receta consistirá en alternar
conciertos de todos los géneros, incluidos el jazz, el flamenco o la chanson, con
actividades en sus espacios pedagógicos, que aspiran a seducir a más de 100.000
personas al año, así como exposiciones para el gran público. La primera estará
dedicada a David Bowie y abrirá este 3 de marzo. Le seguirá otra dedicada al
compositor Pierre Boulez, uno de los grandes impulsores de este proyecto.
La fachada está formada por 340.000
piezas metálicas que dibujan una bandada de pájaros, con una segunda membrana
también inacabada, igual que las distintas terrazas panorámicas situadas en el
tejado, situado a 52 metros de altura. La sala de conciertos, de suelos
ondulados, palcos flotantes y escenario central, es un amplio espacio modulable
que puede acoger hasta 3.600 espectadores. Más del doble que la Sala Pleyel,
mítico templo parisiense de la música clásica situado en el rincón opuesto de
París, en las avenidas burguesas próximas a los Campos Elíseos. De hecho, una
de las dudas es si la nueva Filarmónica conseguirá que su público natural cruce
la ciudad para acercarse a esta sede, situada en un barrio popular pegado al
bulevar de circunvalación.
Nouvel ha quedado insatisfecho. “La
arquitectura ha sido martirizada. Los detalles, saboteados. El contribuyente
tendrá que pagar una vez más para corregir estas aberraciones”, ha dicho Nouvel
en una violenta tribuna publicada en Le Monde. Además, el
coste del proyecto es muy superior a lo previsto. El Estado francés ha
terminado invirtiendo 387 millones en él, casi el doble de los 200 millones
inicialmente presupuestados. Pese a todo, Nouvel confía en que esta historia
tenga final feliz. El arquitecto ha declarado sobre la obra que “con el tiempo
y muchos cuidados, como sucede con los bebés prematuros, sus estigmas
desaparecerán”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/19/actualidad/1421695358_154046.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario