Artículos y notícias de actualidad por Alicia Perris
domingo, 19 de noviembre de 2017
NUEVO DISCO, "SIGNOR GAETANO" (11/2022).VOLVIÓ JAVIER CAMARENA AL FESTIVAL DE VERANO DE EL ESCORIAL, 19 AGOSTO, 2022. Y ENTREVISTA POR ALICIA PERRIS EN 2017. VUELVE EL TENOR MEXICANO AL FESTIVAL DE VERANO DE EL ESCORIAL, 19 AGOSTO, 2022
EL TENOR JAVIER
CAMARENA IRRADIA SU CANTO LÍRICO DESDE EL TEATRO DE LA ZARZUELA DE MADRID HASTA
EL COLÓN DE BUENOS AIRES (Encuentro en el Hotel Suecia, de Madrid, noviembre de
2017)
RETRANSMISION DESDE EL TEATRO COLÓN, DE UN RECITAL DEL TENOR MEXICANO EN 2017.
El domingo 4 de octubre a las 20:00, se pudo disfrutar en el
escenario digital del Teatro Colón el concierto que significó el debut en el
coliseo sudamericano en Buenos Aires,
del tenor mexicano Javier Camarena, junto a la Orquesta Filarmónica de
Buenos Aires, dirigida por el maestro Enrique Arturo Diemecke.
El concierto realizado durante la temporada del año 2017
incluyó oberturas y arias de compositores como Charles Gounod, Georges Bizet,
Gioacchino Rossini, Gaetano Donizetti y Giuseppe Verdi, y de las óperas Roméo
et Juliette, Les pêcheurs de perles, Il barbiere di Siviglia, La Cenerentola,
La fille du régiment, Don Pasquale, Lucia di Lammermoor, La forza del destino,
La Traviata y Rigoletto.
Bises de “Ah! Lève-toi soelil”, de Roméo et Juliette de
Gounod, “El Día que me quieras”, de Carlos Gardel, Granada, de Agustín Lara y “Alma
Mía”, de María Grever.
Fue una gran velada en el teatro Colón y Javier Camarena,
uno de los grandes tenores del momento vio ampliamente recompensado su
dedicación, su esfuerzo y su talento por el público de Buenos Aires.
Entrevista en Madrid,
2017
Javier Camarena es un tenor
acrobático, carnal, atmosférico, expresivo, que tiene un fiato de virtuoso, una
emisión elegante. Es especialista en salvar coloraturas imposibles, con agudos
de impacto. Además es una persona proteica, muy risueña, muy festiva, claro,
limpio, pulcro, un punto ingenuo y generoso con su arte. Tiene una musicalidad
arrolladora y se entrega como un habitante de los mares, sin fronteras, porque
es, como diría Pablo Neruda, oceánico.
Es una mañana seca pero muy
fresca en Madrid, cuando llego a la cita con Javier Camarena, en el hotel
vecino del teatro donde estos días, canta zarzuela.
Vestido de forma “casual”,
destilan afabilidad sus inesperados ojos verdes cuando me dice, por recordarle
que me dijeron que tenía media hora para la entrevista, “no hay problemas de
tiempo, no te preocupes”.
A.P.: Esta es una
pregunta evidente: De sus famosísimos “encore” en el Metropolitan de Nueva
York, con “La cenerentola”, en el Teatro
Real de Madrid, con “La fille du régiment”, ¿cómo lo siente? Solo hay tres
tenores que lo han conseguido. Es un clásico de pregunta y se la habrán hecho muchas
veces, lo siento…
J.C.: En el Met también fue
“Don Pasquale”, “La fille” también en Barcelona, en las Palmas…
A.P.: ¿El público va a
los teatros especialmente a escuchar sus
bises? (Risas).
J.C.: Especificando aún
más, en el Met fue inesperado, muy emocionante, muy especial…Lo que puedo decir
es que hay una diferencia muy clara en la que se percibe el aplauso, la manera
en la que el público aplaude: cuando se reconoce la calidad vocal, lo virtuoso
que hayas sido, pero hay otro que es mucho más trascendental que se siente. La
atmósfera cambia por completo dentro de la sala que está llena de gratitud.
Porque creo que uno como artista, como intérprete, lo que busca es que la gente
reciba el mensaje que se envía no solo por los oídos, sino también por el
corazón y cuando se toca esa parte, cuando se tocan esas fibras, entonces el
público reacciona de una forma distinta. Y cada una de esas noches han sido
así, tan especiales y sobre todo no solo la admiración, sino la manifestación de
una real gratitud y es bello y es mágico vivir esos momentos.
A.P.: Acaba de cantar con
éxito “La favorite” en el Teatro Real,
donde por cierto vuelve para cantar “Lucia” en junio y ahora da un recital de
zarzuela, en un coliseo que vio cantar a tantos grandes como a Piero Cappuccilli, María Callas, Plácido
Domingo, ¿cómo se siente, porque hay aquí una enorme tradición y el público
que acude a La Zarzuela es un gran conocedor de este tipo de repertorio, es un
desafío…
J.C.: Claro que lo es,
pero es bueno salir de la zona de confort. Lucia y Favorita son parte de este
desarrollo que estoy haciendo hacia una
lírica…
A.P.: Que sigue siendo
belcantista…
J.C.: La zarzuela es otro
temperamento…otra forma de expresión…
A.P.: ¿Más cerca de la
música popular mexicana, peruana, hispanoamericana?
J.C.: Por supuesto que
ayuda mucho el idioma, pero no deja de ser puramente español y tiene este
feeling, estas cosas con pasión, con entrega. Las romanzas que seleccionamos
son de una belleza increíble.
A.P.: Además cantar en
español, lo he hablado con amigos cantantes, con expertos, es de una dicción
complicada. No siempre se entiende bien, no siempre se sigue el texto… ¿Cómo se
las arregla?, porque hay idiomas que parecen hechos naturalmente para la
música, como el italiano…
J.C.: Yo creo que ese es un tema tabú y hay mucho de mito. Le
corresponde a cada cantante responsabilizarse de hacer una buena dicción. Yo el
francés no lo hablo, pero he procurado estudiarlo y antes de ”La favorite” he
trabajado mucho con una coach. Hay quienes dicen que nasalizo, pero, el
francés, por ejemplo, tiene muchísimas nasales y yo quiero ser fiel a esa parte
de la fonética, es obvio que lo voy a hacer nasal. No hay otra manera de
hacerlo. En el caso del español, del castellano, me gusta cantar en mi idioma.
Canté todos los géneros, ranchera, rock, hay que hacer las cosas bien, es eso.
A.P.: En su repertorio
sobresalen óperas del belcanto, Mozart,
Verdi o compositores franceses como Gounod
(”Roméo et Juliette”), Bizet, (“Les
pêcheurs”), además tienes un álbum de Gounod…”La colombe”.
J.C.: Sí, “La colombe”,
es una ópera muy poco conocida, pero es preciosa. Una comedia muy fina, una
obra cortita, pero muy bonita, los personajes están muy bien definidos, a mí me
gustó mucho.
A.P.: Otra pregunta
habitual a los cantantes: ¿Cómo se plantea el futuro de su tessitura, en qué
roles?, porque la voz va cambiando…los cantantes que yo he entrevistado me
dicen: “Ahora canto esto, haré tal personaje cuando tenga tantos años, cantaré
hasta que tenga determinada edad, o ese papel es para más adelante o no lo haré
nunca”…
J.C.: Yo no tengo ninguna
urgencia por ir hacia un repertorio más pesado, hay mucho que probar en el
repertorio belcantista. La gente tal vez solo conoce “Lucia” o las óperas más
tradicionales, pero hay una tendencia ahora cambiante. No hace mucho hicieron
“Rosmonda” en Inglaterra y yo sí que quiero hacer roles más líricos pero aún
siempre en el belcanto. Seguir también con Mozart.
He cantado “La finta”, “Così fan tutte”, “El rapto”. Es un compositor que a mí
me fascina, sus serenatas para vientos, los conciertos para piano, la música
sacra, las sinfonías. Es de mis compositores favoritos. Es bueno seguir
conservando Rossini, que mantiene la voz flexible. En las futuras temporadas no
hay tanto nuevo, “Puritani”, “La fille” otra vez, aunque esta no es una ópera
que quiera hacer toda la vida, porque mi interés musical además está en otro
lado. Si me la hubieran ofrecido hace diez años, pero ahora mi voz está en otro
repertorio y, como bien mencionabas, la parte francesa, me llama mucho la
atención.
A.P.: Como la “grand
opéra”…
J.C.: Sï, pero voy por
partes.
A.P.: ¿Cómo se pasa del
repertorio lírico a la canción popular italiana, por ejemplo. Recuerdo “La
danza” de Rossini, que cantas, o la
música hispanoamericana o mexicana, porque parece para ti, “El ratón vaquero”
es casi un himno… (Se ríe con una risa desenfadada y cómoda, creo que le gustó
la pregunta). Es una maravilla de canción infantil y he visto un vídeo. El público
se entusiasma de verdad.
J.C.: En lo que respecta
a la canción italiana no hay tantas diferencias, puedo recordar las canciones
de Tosti, pero hablando del bolero,
de la música ranchera, creo que hay que respetar un poco el estilo y la forma
de cantar en cada uno de estos géneros. A mí me encanta cantar boleros y cuando
lo hago no es como si estuviera en un aria de ópera, porque pierde su esencia.
Con una ranchera pongo la voz impostada y todo, pero hay inflexiones del estilo
de la canción de mariachis, que no puedo quitar, porque cambiaría su
idiosincrasia.
En el caso del Ratón Vaquero, que es de un compositor, Francisco Gabilondo Soler, Cri-cri,
igual. Era un compositor que escribió material para niños, pero no eran arias
ni canciones, sino cuentos, porque a la vez que cantaba, las narraba. Entonces
imponer la voz operística dentro de estos cuentos mancha y echa a perder lo que
define al compositor, que era muy sencillo. “El ratón vaquero” es una de sus
canciones más queridas, hasta la fecha, todos los niños conocen esta canción
que ha trascendido más que cualquier otra. Así que, después de un concierto
donde había hecho como 24 canciones y no había cantado esa precisamente, ya
estaba yo dentro de las propinas, “El ratón” fue la que cerró el concierto y
fue la apoteosis de la noche. Todo el mundo la quiere y la disfruta y es muy
lindo porque también dimos un concierto masivo en Mexico, fueron como 25.000
personas, en un jardín grandísimo, los papás bailaban con los niños esa música,
disfrutando y los abuelos. Es la magia que tiene la música y contestando más en
concreto a tu pregunta, creo que es importante respetar las características de
cada género y no simplemente imponer la voz.
A.P.: ¿Y el sentido del
humor qué papel juega, (se ríe de nuevo sin cortapisas), porque “El ratón”
tiene también una carga de profundidad, una segunda lectura. Y en la ópera, una
“Fille du régiment” por ejemplo, no se podría hacer sin sentido del humor…
J.C.: Bueno, habría dos
vertientes, una la comedia, que lleva a la parte operística teatral, y la
comedia es algo que he hecho desde el principio porque he estado muy
involucrado en la tradición lírica bufa, con las óperas de Rossini, como “La
italiana en Argel”, “Le comte d´Ory”…
A.P.: “Don
Pasquale”…
J.C.: “La cenerentola”, “El
barbero”, “El elixir” y me encanta este tipo de obras. Me fascina hacer
comedia.
A.P.: Hay que ser también
un buen actor.
J.C.: Lo importante de
hacer comedia es no ser chistoso, que lo que haga reír sea la situación por la
que atraviesa un personaje que está viviendo tan seriamente como puede esa
situación y es lo que hace reír al público. La situación es la que te hace
reír. En lo que se refiere a mis presentaciones, a mis conciertos, la gente que
ha ido a mis conciertos en Sevilla, en Oviedo, sabe que me gusta establecer la
cercanía con el público, en la ópera en cambio estás más lejos, “allá”, el
concierto puede ser tan íntimo como uno lo permita y el sentido del humor,
retomando el tema, para mí es fundamental. Y en el caso de la música de Cri-cri,
donde hay muchas situaciones chistosas que se pueden contar, se trata de un
escritor de monólogos, y hay que saber hacerlo.
A.P.: ¿Qué diferencia hay
entre cantar en Europa, como en Berlín, Madrid, Zürich o en América, como en
Los Angeles, Chicago, Washington, Nueva York o en el Teatro Colón deBuenos Aires?
Como esta entrevista va para Música Clásica de Buenos Aires, estarán esperando
sus noticias.
J.C.: Lo del Colón fue
especialmente bonito porque había mucha expectación, desde hacía unos 4 años
tenía constantes preguntas en Facebook, en redes sociales sobre cuándo iba a
cantar al Colón. Del concierto en Buenos Aires, que fue en julio, me enteré
unos dos años antes.
A.P.: Fue precioso porque
el repertorio era una tentación. Bel canto, tradición francesa, Verdi, Donizetti, “Granada” de Agustín Lara y “Alma mía” de María Grever, acompañando a Gardel.
J.C.: Cuando empecé a
hacer guiños de que “posiblemente, dentro de poco”, me esperaban y luego, creo
sin lugar a dudas, que mi velada en el Teatro Colón fue el mejor concierto que
he dado, el mejor. Fue prácticamente perfecto, la relación con la orquesta, el
público, mi propia ejecución, mi canto, todo fue perfecto en realidad. Fue una
maravilla ver la reacción del público.
A.P. :¿Te has sentido arropado,
cuidado, allí?
J.C.: Me acuerdo que
empecé el concierto diciendo que estaba muy nervioso y era la verdad, estaba
muy nervioso, muy emocionado, por estar en ese escenario tan importante, en la
historia de la ópera…
A.P.: Con un público
inmisericorde, muy culto, muy preparado, pero que no tiene piedad, un poco como
en los grandes teatros italianos, La Scala, los Regios, el de Parma, el de
Torino…Pero a la vez es un público agradecido y muy apasionado si se hacen bien
las cosas.
J.C.: La del Colón fue
una experiencia muy bella, estuvieron entregados y yo me fui de Buenos Aires
con el corazón pletórico y el estómago lleno también porque la comida es
deliciosa. Esa ensalada que hacen con palmitos y palta y esa salsa…es algo de
otro mundo.
A.P.: Su propina de “El
día que me quieras” fue todo un homenaje a la cultura rioplatense, no?
J.C.: Sí, sí, no era la
versión más tanguera, y tampoco lo es la versión que yo escuché del propio
Gardel. Es una letra y una música con mucho de nostalgia y de utopía, de
ensoñación. Precisamente se trata de “El día que me quieras”, no es “ya me
quieres”. Tampoco es “Si no me quieres me mato”, hay tantos tangos bastantes
desgarradores, pero este arreglo que me hizo Dimitri, compositor ruso radicado
en Mexico, es muy parecido a la versión que hacía Alfredo Kraus.
A.P.: En España Alfredo Kraus es una leyenda,
justamente…siempre llorado, recordado. Y muchos siguen lamentando que no
entrara en aquel conjunto de “Los tenores”, podrían haber sido “los cuatro
tenores”, en realidad.
Teatro de la Zarzuela
¿Con qué directores de
orquesta se encuentra más cómodo para trabajar, porque el maestro que lo dirige
en La Zarzuela es de Guanajato, Iván
López Reinoso, y en el Colón, con otro compatriota como Enrique Diemecke. ¿Hay más feeling, más
empatía?, bueno, además ha trabajado con muchos otros.
J.C.: En el caso del
Colón el maestro Diemecke es el director titular y realmente fue muy buena la
colaboración, en el caso de Iván, es un director mexicano muy joven,
contratenor también, muy buen músico, muy completo, con el que me gusta compartir
por la confianza que puedo tener con él. Y eso es lo que a mí me gusta,
trabajar con un director que no sea un dictador, sino que sea también que forma
parte de un equipo y haciendo música con un artista que tiene su visión. Lo ideal
es tener la posibilidad de hacer música en equipo.
A.P.:¿Cómo se conjuga su
carrera musical con una familia, porque tienes una familia?
J.C.: Sí no es fácil,
estamos en contacto todo el tiempo, hoy día tenemos la gran ventaja de estar a
un click para hablar y vernos. Cuando me fui de México a Zürich donde vivo, un
año que pasé lejos de la familia, apenas empezaban las vídeollamadas. Antes era
carísimo, hoy con el teléfono, la tablet y en mi caso es importante, que mis
hijos me vean y platicar juntos y además como vivimos en Zürich, tienen un
programa de estudios en donde hay bastantes vacaciones.
A.P.: ¿Qué significado
tiene para ti cuidarte y cuidar la voz? Nadas, por ejemplo, como los alumnos de
José van Damm en “El maestro de
música”, aquella película mítica? El planteamiento de la música como una forma
de estar en el mundo, la realidad se percibe de otra manera, como cantante,
como músico, la relación con el maestro, que es fundamental.
J.C.: Sobre todo hoy día
la carrera del cantante tiene una exigencia mucho mayor, todo va más rápido,
nos desplazamos de un lugar a otro con rapidez. Hablabas de “La favorita”. Yo
acababa de hacerla en Los Angeles, son 9 horas de diferencia horaria,
batallando porque en Estados Unidos usan mucho el aire acondicionado, a todas
partes donde vayas te sientes como en un congelador, la sequedad, incluso en la
misma sala, era realmente complicado. Es muy difícil. Yo estuve batallando mucho con eso. Canté la
última función el 28 de octubre, todo el 29 fue el viaje y también con el miedo
a perder los enlaces en los aeropuertos. De Los Angeles a Nueva York, vía
Madrid, con retraso del vuelo, el miedo a perder la conexión y ahí ya empieza
el stress. Llegué a las 8 de la mañana a Madrid y a ensayar a las 4 de la
tarde. Parecemos atletas olímpicos, porque al final cantar es además una
actividad física de alto rendimiento y hay que estar a la altura. Me gusta
mucho caminar y es lo que más practico. Para la respiración, cuidar la
alimentación, he tenido que dejar el picante mexicano de mi dieta. Pero, en
vacaciones me desato.
A.P.: Otra pregunta de
música española, tienes un homenaje a Manuel
García, el padre de las Malibrán y
Pauline Viardot en el Festival de Salzburgo. A García, que es delicioso, lo
canta además Cecilia Bartoli.
J.C.: Estuve precisamente
cantando en Sevilla y fue un homenaje a Manuel García. Canté dos canciones pero
tampoco es tan conocido en esa ciudad. García vivió casi siempre fuera de
España. Es un personaje muy interesante en cuanto a su vida como artista, su vida
privada, como padre, para lograr esas maravillas de hijos, porque aparte de las
dos mujeres tuvo un hijo que será un experto en otorrinolaringología. El que
empezó con los estudios de las cuerdas vocales. El como personaje en la música
fue relevante y tomar esta parte de la historia de la música fue muy
interesante. Escribe una obra en Mexico, “Gitano por amor”, una en francés,
“Florestan”, hay que ver cómo fue influenciado por Mozart y por la amistad que
tuvo con Rossini. También ha sido un trabajo investigar sobre su música que no
siempre es de fácil acceso.
A.P.: ¿Cómo te definirías
como cantante?
J.C.: Honesto y sincero.
Me gusta ser así en todo lo que hago. El entregar mi canto tan limpio como sea
posible, sin grandes manierismos, sin pasiones falsas. Lo que siento lo siento
de verdad y trato de expresarlo también de acuerdo con lo que está escrito en
la partitura. Sin imponer.
A.P.: ¿Fueron importantes
para ti cantantes como Kraus, que ya mencionamos, Pavarotti o Richard Tucker, en cuya gala cantaste
con Nadine Sierra? Hubo una larga época
en que Tucker iba casi todas las temporadas a cantar al Colón y eran legendaria
su prestación y el recibimiento del público. Aquí está bastante olvidado. ¿Cómo
se define con respecto a estos artistas?
J.C.: Mis influencias son
Pavarotti, Fritz Wunderlich y el maestro Francisco Araiza,
sobre todo en el bel canto. De Richard Tucker conozco poco porque tenía otro
repertorio. En cada uno hay algo importante que aprender, la elegancia, la sobriedad
y la técnica impecable de Kraus, de Pavarotti el corazón, su sinceridad y entrega,
del maestro Araiza, uno de los grandes tenores mozartianos de su tiempo, qué
decir, sigue siendo mi maestro hasta la fecha. Se percibe cuando el cantante se
desnuda y entrega algo más que la voz.
A.P..: ¿Qué espera de la
vida Javier Camarena? Le hice una entrevista hace poco a Massimo Cavalletti y decía, “Yo, seguir cantando” y también dejarlo
a tiempo y también hacer otras cosas en la vida. (Camarena se lo piensa bien y
responde).
J.C.: Massimo Cavalletti,
gran amigo. ¿Qué espero? Espero poder vivirla. Hoy día la música es mi
profesión pero quiero trabajar para vivir y no al revés, a pesar de que es una
profesión hermosísima y disfruto mucho cantando. Pero quiero en un futuro ser
recordado no solo como cantante, quiero que me recuerden bien mi familia, mis
hijos, no solo como cantante sino también como persona. Y espero vivir la vida
al máximo y morirme satisfecho de haber aportado y aprovechado cada segundo, y
vivirla intensamente.
A.P.: ¿Querrías agregar
algo más?
J.C.: Pues nada, que
espero muy pronto volver al Colón, me fascinó la gente, la comida.
A.P.: Y la vegetación, y
los perfumes y el ambiente y los grandes espacios y los edificios, elegantes.
Aunque tienen muchos problemas de todo tipo como tantos países en la actualidad
y lo que visitan los turistas y la gente de paso, en general, es la parte más
luminosa.
J.C.: Espero de verdad
volver pronto. Me enamoré de Buenos Aires, del Teatro Colón, de la gente,
espero regresar para seguir cantándoles. A.P. Muchas gracias por
tu tiempo, Javier. Mucha suerte. A propósito, hacía mucho tiempo, mucho tiempo, que no me reía
tanto. Gracias. Alicia Perris
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