martes, 28 de noviembre de 2017

NATURALEZA, MUERTE Y REBELIÓN. FUNDACIÓN HELGA DE ALVEAR

PEDRO DEL CORRAL
La Fundación Helga de Alvear reflexiona sobre la subsistencia del medio a través de una selección de obras de Julian Rosefeldt, Eva Lootz y Adolfo Schlosser
Decía Robert Macfarlane que para William Blake el mundo era un grano de arena, que a John Ruskin le fascinaba el desarrollo del musgo y de los líquenes en las rocas y que según Richard Jefferies la naturaleza virgen existía en los lugares sobre los que escribía con tanta pasión. Pero también que es amenaza y, como tal, un recuerdo de la fragilidad de la existencia en la Tierra. Esa naturaleza a la que el ser humano pertenece pero contra la que se rebela es el hilo conductor de Todas las palabras para decir roca. Naturaleza y conflicto, la undécima exposición que inaugura la Fundación Helga de Alvear en Cáceres y que tiene a la naturaleza como eje de discusión. "Se muestran artistas que no intervienen en ella pero que pasean o hablan con ella", explica Julián Rodríguez, comisario, escritor y editor. "Pasan de la contemplación a la reflexión en el ámbito del arte. Por eso resultan fundamentales, por su particular uso y su nueva relectura". Bajo los versos del poeta Gary Snyder, estos fondos de la Colección Helga de Alvear revisan el concepto desde distintas perspectivas: de la contemplación a la acción, de lo formal a lo simbólico. "Helga se ha ido preocupando de los problemas de la naturaleza desde los años 60 hasta ahora, quizá, porque es alemana y porque parte del pensamiento alemán del siglo XIX está basado en la poesía", explica Rodríguez, que ha destacado la pieza inmersiva Requiem, sobre la selva de Brasil, del alemán Julian Rosefeldt.

La Fundación Helga de Alvear reflexiona sobre la subsistencia del medio a través de una selección de obras de Julian Rosefeldt, Eva Lootz y Adolfo Schlosser
Decía Robert Macfarlane que para William Blake el mundo era un grano de arena, que a John Ruskin le fascinaba el desarrollo del musgo y de los líquenes en las rocas y que según Richard Jefferies la naturaleza virgen existía en los lugares sobre los que escribía con tanta pasión. Pero también que es amenaza y, como tal, un recuerdo de la fragilidad de la existencia en la Tierra. Esa naturaleza a la que el ser humano pertenece pero contra la que se rebela es el hilo conductor de Todas las palabras para decir roca. Naturaleza y conflicto, la undécima exposición que inaugura la Fundación Helga de Alvear en Cáceres y que tiene a la naturaleza como eje de discusión. "Se muestran artistas que no intervienen en ella pero que pasean o hablan con ella", explica Julián Rodríguez, comisario, escritor y editor. "Pasan de la contemplación a la reflexión en el ámbito del arte. Por eso resultan fundamentales, por su particular uso y su nueva relectura". Bajo los versos del poeta Gary Snyder, estos fondos de la Colección Helga de Alvear revisan el concepto desde distintas perspectivas: de la contemplación a la acción, de lo formal a lo simbólico. "Helga se ha ido preocupando de los problemas de la naturaleza desde los años 60 hasta ahora, quizá, porque es alemana y porque parte del pensamiento alemán del siglo XIX está basado en la poesía", explica Rodríguez, que ha destacado la pieza inmersiva Requiem, sobre la selva de Brasil, del alemán Julian Rosefeldt.
Este proyecto recorre algunas de las reflexiones más relevantes sobre uno de los grandes problemas de este tiempo, y lo hace en un lugar, Extremadura, donde un retraso antaño negativo (debido a la ausencia de revoluciones industriales) ha provocado una conservación de la naturaleza en muchos lugares de su territorio. En uno de sus ensayos, Snyder recordaba que "cuando uno se adentra en un camino trillado vuelve con las manos vacías, razón por la cual tiene que atreverse a adentrarse en lugares no roturados y sin explorar". Ya sea un bosque, una montaña o una selva.
"Hay una serie de autores que se han ocupado de fotografiar estos lugares. Pero hay que tener en cuenta una visión concreta", se pregunta el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial 2008 y director artístico de la galería Casa sin fin. "¿Es naturaleza o la recreación de la naturaleza? En esas preguntas también se establece el discurso de los artistas". La exposición, que estará abierta al público hasta el 27 de mayo, está integrada por 53 obras que abarcan pintura, vídeo, escultura, dibujo e instalaciones, de entre 33 artistas participantes entre los que se se encuentran Etel Adnan, Sergi Aguilar, Joseph Beuys, Lygia Clark, Axel Hütte, Wolfgang Laib, Gordon Matta-Clark o Pedro G. Romero.En ellas, no sólo se buscar generar una alegoría del media natural, sino construir un mensaje concreto. Ese es el caso de la creación de Álvaro Perdices, un trabajo repleto de ironía. "Él es un artista que vivió en Los Ángeles durante mucho tiempo. Gracias a eso tiene una mirada intensa hacia el lugar de dónde procede: es hortelano, es jardinero y tiene su propio huerto donde trabaja cada fin de semana. Su obra captura todos esos zarzales que hay alrededor de su pueblo. El mensaje va más allá de la propia naturaleza". Pues, como decía Snyder, la naturaleza no es sólo un lugar para visitar. Es el hogar……


http://www.elmundo.es/cultura/2017/11/27/5a1bf094e2704ef7768b45cb.html

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