martes, 21 de noviembre de 2017

“HISTORIAS DE LA SEXUALIDAD” ABRE EN MEDIO DE LA CRECIENTE OLA DE CENSURA EN BRASIL

por Alejandra Villasmil
En medio de la fuerte ola de conservadurismo en Brasil, que ha dado con la censura a eventos culturales con contenido sexual o de género, el Museu de Arte de São Paulo (MASP) acoge por estos días la exposición Historias de la sexualidad, un panorama amplio y diverso sobre las representaciones de la sexualidad a lo largo de la historia, a través de 300 obras provenientes tanto del acervo del MASP como de colecciones brasileñas e internacionales.
La muestra abrió no exenta de polémica: por incluir obras que presentan violencia, sexo explícito y lenguaje inapropiado, el acceso de menores de edad no está permitido, incluso con autorización o acompañamiento de sus padres o representantes. Se trataría, así, de una suerte de “autocensura” del propio museo que, en el actual clima de amenaza conservadora, fue llevado a acogerse a los criterios sugeridos por la Guía Práctica de Clasificación Indicativa del Ministerio de Justicia. Es la primera vez que el museo adopta esta restricción en 70 años de funcionamiento.

Varios hechos recientes en Brasil preceden este episodio del MASP. A mediados de septiembre pasado, la exposición Queermuseu, en el Centro Cultural de Santander de Porto Alegre, fue clausurada luego de que el ultra-conservador Movimiento Brasil Libre (MBL) la calificara de fomentar “la blasfemia, la pedofilia y la zoofilia”; días después, una obra de teatro en la que Jesucristo era representado como una transexual fue prohibida por orden judicial; hace poco, el performance La bête, presentada por el artista Wagner Schwartz en la apertura del 35º Panorama de Arte Brasileño, en el Museo de Arte Moderno (MAM) de São Paulo, fue blanco de protestas, que culminaron en agresiones físicas a funcionarios del museo y amenazas anónimas -hechas por teléfono- de daños al acervo de la institución (esta controversia está ligada a la circulación de un video en el que una niña de cuatro años se muestra tocando la pierna del artista, desnudo y acostado en el suelo, durante el performance); y hace unos días, durante una visita a São Paulo para dictar una conferencia, Judith Butler, filósofa post-estructuralista que ha realizado importantes aportes en el campo del feminismo y la teoría Queer, fue víctima de la intolerancia de la derecha brasileña, que no solo la acusó de promover una “ideología nefasta”, sino que además lanzó una campaña de recolección de firmas en internet para cancelar su presentación.
“No estamos viendo episodios aislados; es parte del clima político que se está construyendo y que entró en el campo de las artes, que siempre fue ese lugar autónomo, de provocación, de lo incómodo”, dijo a la AFP Ivana Bentes, curadora y ex viceministra de Cultura durante la presidencia de Dilma Rousseff…………….


NO HAY VERDADES ABSOLUTAS O DEFINITIVAS
Los trabajos reunidos en Historias de la sexualidad, de diferentes formatos, períodos y territorios, componen historias verdaderamente múltiples, que desafían jerarquías y fronteras entre tipologías y categorías de objetos de la historia del arte más convencional: del arte precolombino al arte moderno, del llamado arte popular al arte contemporáneo, del arte sacro al arte conceptual. Hay arte africano, asiático, europeo y americano; pinturas, dibujos, esculturas, fotografías, fotocopias, videos, documentos y publicaciones.
“En esas historias no hay verdades absolutas o definitivas”, apuntan los curadores. “Las fronteras de lo que es moralmente aceptable se desplazan de tiempo en tiempo. Las esculturas clásicas que son iconos de la historia del arte no pocas veces tuvieron el sexo encubierto. También las costumbres varían entre las culturas y las civilizaciones. En diversas naciones europeas y comunidades indígenas, es natural la desnudez expuesta en lugares públicos; la poligamia es aceptada en algunos países islámicos; la prostitución es práctica legal en algunos estados y condenada en otros; hay países donde el aborto es libre, pero hay otros donde está prohibido. Incluso el concepto de niño ha cambiado a lo largo del tiempo, así como las reglas de especificación etaria. Lo único absoluto, a lo que no podemos renunciar, es el respeto al otro, a la diferencia y a la libertad artística. Por lo tanto, es necesario reafirmar la necesidad y el espacio para el diálogo y que se creen condiciones para que todos nosotros -cada uno con sus creencias, prácticas, orientaciones políticas y sexualidades- pueda convivir de forma armoniosa”.


http://artishockrevista.com/2017/11/15/historias-la-sexualidad-abre-medio-la-creciente-ola-censura-brasil/

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