El director artístico e
intendente del Palau de les Arts Reina Sofia de Valencia, Davide Livermore, en
su despedida. JOSÉ CUÉLLAR
Davide Livermore se
presentó ayer en el aula magistral del Palau de les Arts de Valencia con una
factura bajo el brazo. Era la que certificaba que él mismo había gestionado la
rueda de prensa que estaba a punto de protagonizar, pagando de su propio
bolsillo el alquiler de la sala del coliseo operístico del que ha sido, hasta
ayer, intendente y director artístico. Hasta ayer, efectivamente, que presentó
su dimisión.
«¿Hay un deseo consciente de
cerrar el Palau de les Arts?», se preguntó. «Porque si lo hay, yo no voy a ser cómplice»,
confirmaba Livermore 24 horas después de presentar la primera ópera de la nueva
temporada 2017-2018.
¿Qué pasó en ese lapso de tiempo? Que a su
despacho llegó el borrador del informe de auditoría de la Intervención de la
Generalitat correspondiente al año 2016. «Tras tres años descubro que ni este
director ni su equipo siguen el procedimiento de contratación del sector
público», sentenció Livermore. Dicho con otras palabras, que no hubiesen podido
por ejemplo elegir al tenor Plácido Domingo como estrella de la próxima ópera
Don Carlo. «Su idoneidad está en entredicho por no haber superado un proceso
selectivo en base a los principios de publicidad, mérito y capacidad del
Estatuto Básico del Empleado Público», insistió.
«Deberíamos haber convocado
procesos de selección públicos, autorizados previamente por el Consell. Y todo
ello cuando llevamos hechas 58 solicitudes de contratación temporal este año y
sólo hemos tenido contestación para 14», criticó Livermore.Pero la Intervención
de la Generalitat pone en cuestión incluso el propio contrato de Livermore. «Lo
que dice la auditoría es que el Palau no puede tener un director artístico que
desarrolle su labor en otros teatros, cuando yo he demostrado que sí ;es más,
ya era director de escena cuando fui contratado», subrayó Livermore. Si bien
admitió que no ha recibido presiones políticas ni quejas por su gestión
artística, responsabilizó a la Conselleria de Cultura que dirige Vicent Marzà
de no encontrar una solución a este problema que, en todo caso, no lo es en
ningún otro teatro operístico del mundo (tampoco en Madrid o Sevilla, dijo).
«Hay trabas administrativas que paralizan y cuestionan nuestro funcionamiento
diario», según Livermore, quien se refirió a la inacción de la Conselleria para
aprobar una relación de puestos de trabajo o una masa salarial «acorde a las
necesidades del Palau».
«¿Alguien entiende que hablamos de arte y
cultura?», se preguntaba Livermore. Y la respuesta llegaba por la tarde del
secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, responsabilizando directamente
de la situación de ilegalidad a Livermore: «El ex intendente ha sido requerido
desde Cultura en diversas ocasiones, sin encontrar una respuesta satisfactoria
plenamente ajustada al criterio de la Intervención por parte de Livermore».
Pero lo cierto es que el ya ex intendente estuvo ayer arropado por buena parte
del personal del Palau, además de por el propio Plácido Domingo, uno de los
directores musicales del coliseo, Fabio Biondi, y el director económico,
Francisco Potenciano. Los tres acabaron aplaudiendo a Livermore. El tenor fue
claro en su análisis de la crisis: «Espero que esto sea una pesadilla y que el
teatro continúe como va». A su juicio, es «peligroso que el teatro esté en
manos de personas que no tengan la experiencia» necesaria, precisamente por querer
primar a artistas «españoles o valencianos». «Pero eso no puede ser porque el
mundo de la ópera está hecho de nombres internacionales», puntualizó Domingo.
Aunque el tenor expresó su deseo de continuar
vinculado a Valencia, consideró también inviable que los cantantes tengan que
pasar un proceso de selección público para ser contratados tal y como sostiene
la Intervención: «Los cantantes de ópera de primer nivel no vendrían a hacer
una audición», dijo. ¿Y qué tenía que decirle Girona? «No sé qué interés puede
tener lo que él diga sobre Les Arts».
LAS DECLARACIONES
Davide Livermore. «Si no
damos una excepcionalidad al Palau de les Arts, no puedo defender la calidad
artística de la Orquesta de la Comunidad Valenciana. Y si esto se vacía de
calidad, será una concha fantástica para rellenar con espectáculos de alquiler.
Pero, ¿qué aportaría?».
Plácido Domingo. «Hacer
audiciones para cantantes internacionales no tiene sentido, porque nadie se
prestaría. Los cantantes de ópera estamos con un calendario con 3-4 años de
antelación. ¿Quién vendría? Cantantes sin trabajo, que tendrán talento, pero no
la mayoría».
Fabio Biondi. «Esta
temporada estaré pero ya veremos si acabo el contrato. Estoy desmotivado».
http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2017/12/05/5a26a17246163fd3118b465e.html
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