sábado, 31 de enero de 2015

EL FESTIVAL DE ANGULEMA ES CHARLIE. EL ATENTADO DE PARÍS MARCA LA GRAN CITA DEL CÓMIC, QUE HOMENAJEA A LOS DIBUJANTES ASESINADOS.



El certamen ha aumentado sus medidas de seguridad


Obra del dibujante Wolinski, asesinado en la masacre de 'Charlie Hebdo', en una muestra que repasa en Angulema la historia de la revista. / AFP

En la pelea de los lápices contra los kalashnikov está claro quienes ganan la batalla de la fuerza. Pero la historia cuenta con algunos ingeniosos que ganan guerras. Las ideas necesitan algo más que el miedo para volatilizarse. Los atentados de París contra Charlie Hebdo han armado a un ejército de lápices, movilizados por todo el mundo en defensa de su libertad creativa. Y Angulema, convertida en la capital del cómic durante su 42º festival internacional para el que se prevén 200.000 asistentes, es el territorio perfecto para evidenciar que la conmoción por la muerte de personas que atacaban con risas es tan grande como la falta de miedo.
“Para nosotros ha sido muy fuerte. La gente sigue muy afectada y se hace preguntas sobre muchas cosas que hace tres semanas no nos preguntábamos, pero creyendo que deben tener respuesta dentro de nuestro modelo republicano”, expone Pilar Muñoz, la directora de la Casa de los Autores, un singular espacio creado en julio de 2002 en Angulema para acoger a historietistas de cualquier nacionalidad que desarrollan algún proyecto creativo durante su estancia.
Por casi todas partes asalta el Je suis Charlie: en escaparates de tiendas o en grafitis en muros, en muchas conversaciones y, por supuesto, en los espacios propios del festival. Se cumplió lo anticipado por Franck Bondoux, delegado general del certamen, días antes: “El Festival de 2015 será un tiempo de memoria”.
En Angulema, que ha reforzado sus medidas de seguridad notablemente y donde hoy se celebrará una manifestación en defensa de la libertad de expresión, es posible ya comprar el libro colectivo El cómic es Charlie, en el que han participado 175 autores, que han donado sus dibujos para una obra cuya recaudación se destinará a las familias de las víctimas de los atentados de París. Colaboran, entre otros, Milo Manara, Guy Delisle, Manu Larcenet, Gipi, Mana Neyestani, Frederik Peeters o Robert Crumb, que ha cedido la viñeta Un dibujante cobarde, que difundió Libération poco después del atentado. En ella Crumb recurre al humor para reflejar el temor: el dibujante se autorretrata sujetando el dibujo de unas nalgas con el título “¡Culo peludo de Mahoma!”. Tembloroso y asustado, Crumb sostiene que se trata de una broma: “En realidad es el culo de mi amigo Mahoma Bakhsh, un productor de cine que vive en Los Ángeles”.


Un policía vigila el Ayuntamiento de Angulema, que exhibe un cartel de homenaje a 'Charlie Hebdo'. / PIERRE DUFFOUR (AFP)

Contrarreloj, el festival ha improvisado la exposición La historia de Charlie Hebdo, en el Museo del Cómic, para rendir homenaje a creadores que habían estado muy vinculados a Angulema, como es el caso de Wolinski, que recibió el Gran Premio en 2005. En la muestra se incluyen ejemplares de Hara-Kiri, precedente del semanario satírico, donde ya ondea la irreverencia religiosa que tan a menudo inspiraría a Charlie Hebdo en el futuro, como la portada de Cavanna titulada Las aventuras del pequeño Jesús, donde puede verse a Cristo clavado en la cruz por las orejas. En el repaso histórico no faltan ejemplares emblemáticos como el de la llegada del hombre a la Luna o portadas alusivas al final de la dictadura de Franco, aunque pocos temas, con la salvedad del sexo, llegan a ser tan recurrentes en la revista como la cuestión religiosa.
“Las religiones no son un discurso neutro, no es algo que esté al margen, tienen una vocación de injerencia en nuestras vidas. El humor y la blasfemia no son un ataque, si no una defensa frente a la injerencia de la religión. Me inquieta que se hable de Charlie Hebdo como si fuera una revista especializada en ofender a las religiones. Yo no creo que las religiones merezcan un respeto mientras ellas no nos lo tengan a nosotros como individuos librepensantes”, reflexiona el guionista Antonio Altarriba, un clásico de Angulema, que todavía recuerda la humildad de las primeras ediciones y que poco podría aventurar que acabaría convertido, junto al dibujante Keko, en el primer español en recibir el Gran Premio de la Crítica, que le entregaron el jueves por el álbum Yo, asesino.
Altarriba y Keko también acudieron ayer a los Estados Generales del Cómic, una suerte de asamblea fundacional de la profesión que pretende sacar a los autores de cierta postración laboral. En Francia se publican entre 5.000 y 6.000 títulos al año, una cifra que ha crecido en los últimos tiempos sin que el volumen de negocio (entre 400 y 500 millones de euros anuales) se haya incrementado proporcionalmente. “Es cada vez más difícil vivir del cómic”, señala Karim Rimka, un historietista de Toulouse, reconvertido en profesor. El creador es la parte más débil del negocio, que apenas se embolsa el 10% de un cómic frente al 40% de las librerías, el 30% de las editoriales o el 15% de los impresores (el resto es IVA). Un comité en el que participan sociólogos, economistas e historiadores elaborará un estudio sobre la situación de los autores de cómic en Francia para plantear reformas para mejorar su situación, incluido el aumento de sus ingresos por derechos de autor.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/30/actualidad/1422644082_034891.html

IPHIGÉNIE EN TAURIDE NOUVELLE PRODUCTION . AU GRAND THÉÂTRE DE GENÈVE



Tragédie en 4 actes de Christoph Willibald Gluck.
Livret de Nicolas-François Guillard, d’après la tragédie éponyme de Guymond de La Touche, elle-même inspirée d’Euripide.
Créé le 18 mai 1779 à Paris, à l’Académie royale de musique.
Prêtresse de Diane sur l’île de Tauride, Iphigénie ignore tout des malheurs qui ont frappé sa famille. Jusqu’à une nuit où elle fait le rêve prémonitoire d’un double meurtre : l’assassinat par sa mère Clytemnestre de son père Agamemnon, roi de Mycènes, et le fratricide qu’elle commet elle-même en tuant Oreste. Les événements vont se précipiter lorsque ce dernier, accompagné de son fidèle ami Pylade, fait son apparition sur l’île où le roi Thoas a décidé que les étrangers seraient mis à mort... L’amour fraternel d’Iphigénie pour Oreste sera-t-il plus fort que son fanatisme religieux ? En s’emparant du thème de la malédiction des Atrides, Christoph Willibald Gluck réinvente la tragédie antique en composant une musique qui au fil des scènes magnifie le texte en épousant à la perfection ses contours dramatiques. Créé à Paris en 1779, Iphigénie en Tauride représente pour le compositeur d’origine allemande l’aboutissement d’une grande carrière lyrique durant laquelle il n’a cessé d’œuvrer pour une modernisation du théâtre musical. Alliant poésie, musique et danse, Iphigénie en Tauride est un ouvrage incontournable de la fin du Siècle des Lumières.


Direction musicale
Hartmut Haenchen
Mise en scène
Lukas Hemleb
Décors
Alexander Polzin
Costumes
Andrea Schmidt-Futterer
Lumières
Marion Hewlett
Collaboration chorégraphique
Joanna O’Keeffe


Iphigénie
Anna Caterina Antonacci (25, 29 janvier, 2 & 4 février 2015)
Iphigénie
Mireille Delunsch (27 & 31 janvier 2015)
Oreste
Bruno Taddia
Pylade
Steve Davislim
Thoas
Alexey Tikhomirov
Diane
Julienne Walker
Un Scythe
Michel de Souza
1ère Prêtresse
Mi-Young Kim
2ème Prêtresse
Marianne Dellacasagrande
Une femme grecque
Cristiana Presutti
Le Ministre du sanctuaire
Wolfgang Barta
Chœur du Grand Théâtre de Genève
Direction : Alan Woodbridge

Orchestre de la Suisse Romande

http://www.geneveopera.ch/production_203

AUDRA MCDONALD. 'SOY INCAPAZ DE CANTAR ALGO SI NO LO SIENTO REALMENTE'



Aunque en España todavía le falte mucho para ser una estrella, en EEUU es una de las voces más conocidas y está considerada la 'reina' de Broadway. La cantante con más premios Tony de la historia (seis en total) actúa este sábado en el Teatro Real de Madrid


La cantante Audra McDonald, que este sábado actúa en el Teatro Real de Madrid. 

DARÍO PRIETO
Quizá su nombre no despierte en España las mismas pasiones que Anna Netrebko, Angela Gheorghiu o Cecilia Bartoli, pero Audra McDonald (Berlín, 1970) es, seguramente, la voz del momento en Estados Unidos. Coronada como la reina de Broadway, la cantante estadounidense es la persona con más premios Tony en su haber -seis en total-- por sus papeles en musicales de éxito, que van de 'Ragtime' a 'Porgy and Bess', pasando por 'A raisin in the sun'. Un currículo suficiente como para abrirle las puertas del Teatro Real de Madrid, donde este sábado McDonald dará uno de sus dos únicos recitales en Europa (el otro fue en Nápoles el pasado día 24) antes de retomar su gira estadounidense.
Durante la presentación de la temporada 2014-2015, hace un año, el director artístico del Real, Joan Matabosch, subrayó la presencia de McDonald en el programa. Su inclusión respondía, dijo entonces, al deseo de abrir el coliseo madrileño a nuevos espectáculos y públicos. Mientras en los auditorios de su país son habituales estos 'crossover', en España todavía hay que andar justificándolos. Audra dice no sentir el peso de la responsabilidad por ello ni tampoco se siente molesta por la explicación que surge por su presencia en la programación del Real: "No soy muy conocida en España, ni tampoco en otros países de Europa. Por eso no me molesta que se me tenga que presentar o explicar quien soy. De hecho, ésta es una buena oportunidad para presentarme ante un público que no es aquel ante el que actúo habitualmente".
Tampoco dice sentir "miedo" por actuar en escenarios operísticos y espera que actuaciones como la suya sirvan para normalizar el flujo recíproco entre cantantes del mundo de la ópera y de los musicales, como sucede en Estados Unidos. "Pero tampoco considero que el público de ópera deba aprender algo ni que yo deba enseñar nada", puntualiza. "Más que nada, porque no creo que sea un público tan distinto del de los musicales. En ambos casos son historias con una fuerte carga emocional y donde la voz es el elemento principal para comunicar las emociones", añade.
De hecho, McDonald no es ajena a lo estrictamente operístico y ha participado en montajes como 'Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny', de Kurt Weill y Bertolt Brecht, y 'La voz humana', de Jean Cocteau y Francis Poulenc, además de cantar piezas de John Adams. "Aunque mi formación musical es clásica [estudió en la prestigiosa escuela Juilliard], creo que mi voz y capacidad interpretativa se ajustan más al repertorio de los musicales", apunta a este respecto McDonald.
Y de musicales se nutre precisamente el repertorio que interpretará en el Real. Hay piezas de Kander y Ebb, como el 'Maybe this time' de 'Cabaret' y 'Sing happy', de 'Flora, the red menace'. Y también clásicos como el 'Summertime' de George Gershwin para 'Porgy and Bess', el 'I could have danced all nigh' de 'My fair lady' o 'Moonshine lullaby', de Irving Berlin.
El criterio para escogerlas es sencillo. "Se trata de canciones que me hagan sentir, que me recuerden algún momento especial de mi vida o que hagan referencia a algo que me emocione", detalla Audra. «Por eso me gusta 'Climb Ev'ry mountain', de Sonrisas y lágrimas, que también cantaré el sábado, porque, aunque interprete a una monja, la Madre Abadesa, la pieza tiene un mensaje con el que me identifico: no dejes pasar las oportunidades que llaman a tu puerta, vive tu vida y escribe tu destino", explica.
"Soy incapaz de cantar algo si no lo siento", dice al respecto. "Era lo que decía Billie Holiday. Por eso me gustan tanto las intérpretes como ella, que eran todo sentimiento". Precisamente fue su interpretación de la atormentada vocalista en 'Lady Day at Emerson's bar and grill' la que le valió su sexto Tony, el pasado año. En su discurso de agradecimiento, Audra recordó a sus padres, por "desobedecer las órdenes de los doctores y no medicar a su hija hiperactiva".
"Cuando dije eso me refería a mi situación concreta. Y Dios me libre de querer decir cómo tienen que hacer las cosas los demás. Pero en mi caso fue real", recuerda McDonald. "Gracias a la música encontré una forma de canalizar toda la energía y lo que me pasaba. Y por eso le estaré eternamente agradecida a mis padres, por no haberse dejado llevar por el primer impulso y permitir que encontrase mi vocación".
Además de por su voz, Audra empieza a ser conocida por su faceta puramente interpretativa. Ha participado en películas como 'Mucho más que amigos' (1998), 'Abajo el telón' (1999), 'Cosas de familia' (2003) y 'Rampart' (2011). También en la serie de televisión 'Sin cita previa', un 'spin-off' de 'Anatomía de Grey': "Personalmente, no soy capaz de separar a la cantante de la actriz y en mis recitales siempre hay un gran despliegue dramático".

http://www.elmundo.es/cultura/2015/01/30/54caa4ef268e3ed9138b458c.html